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Mucho ruido, una esperada serie

Este lunes comenzó por Tele Rebelde la esperada serie juvenil que dirige Mariela López, quien conversó con Juventud Rebelde sobre una de las principales propuestas de la Televisión Cubana para este verano

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Mariela López, la exitosa realizadora del afamado espacio La sombrilla amarilla, es la directora de Mucho ruido, la esperada serie juvenil que estrenó ayer la Televisión Cubana como parte de su programación de verano y que, durante 30 capítulos de 27 minutos, aparecerá los lunes, miércoles y viernes, a las 7:00 p.m., por Tele Rebelde.

La constante demanda de este tipo de gustado producto audiovisual fue lo que impulsó a Mariela a dirigir Mucho ruido. Fue la experiencia que vivía Mayteé Vila con sus hijos adolescentes lo que la motivó a escribir junto a su hermano, Ricardo Vila, la historia de 16 muchachos de diferentes procedencias que se encuentran en un campismo.

«Durante los seis primeros capítulos, comentó Mariela a Juventud Rebelde, se presentan los personajes. Esta es una serie coral que trata las diferentes problemáticas que enfrentan estos jóvenes: el alcoholismo, la sobreprotección, la carencia de amor, la falta de comprensión que tanto necesitan, el derecho que tienen a elegir una carrera, el valor de la amistad y la lealtad...

«Mucho ruido les muestra a los adolescentes y jóvenes que tienen toda la capacidad para determinar lo que quieren en la vida y les enseña los recursos que poseen para lograrlo. Soy de la idea de que mientras más pronto lo aprendan, mejor».

—¿Cómo fue la selección del casting?

—Partí de las características físicas, buscando diferencias y multirracialidad mientras descubría las potencialidades actorales, de comunicación, y de química que podía haber entre ellos.

«La selección del casting determina el éxito de una obra. Hay nervio en el actor que se siente a prueba, al igual que en el director que siempre teme al error. Yo empiezo por presentarles una breve sinopsis de los personajes y les entrego escenas que marcan sus líneas, así como las relaciones entre estos. A partir de sus propuestas, trabajo con ellos como si estuvieran en un ensayo común. En dependencia de la comunicación y del resultado que obtengo, decido; nunca espero del casting el personaje hecho, busco la semilla».

—¿Cómo fue la convocatoria?

—Por entrada libre. Pudo presentarse todo el que se enteró. Primero busqué en el grupo de Olga Alonso, que dirige Humberto Rodríguez. Allí encontré a Milton, quien interpreta a Carlos Enrique; y a Daniela que hace de María Carla. Laura Lupe (Fernanda), Ariadna (Yaíma), Rachel (Claudia), Reinier (Cristian) y Rubén Araujo (José Ángel), eran estudiantes que cursaban el 3er. año de la ENA (para ellos hubo que reajustar el plan de estudios) en el momento del casting.

«Clarita (Laura) y Fabián (Robertico) estaban en 4to. año. Ahora ya están graduados y culminaron sus tesis con cien puntos. Fabián la hizo con una selección de las escenas de la serie, y Clarita presentó escenas de la misma. Ella se graduó, además, con una obra de teatro que dirigió Carlos Díaz.

«Manolito (Luis Manuel), Leandro (Eric), Néstor Enrique (Leandro) y Marlon (Henry), eran recién graduados, mientras que Ingrid (Patricia), es estudiante de Informática; Hani (Ana), de Economía; y Samira (Siana), de Música».

—¿Resultó difícil trabajar con actores tan jóvenes?

—Yo me comunico muy bien con los jóvenes. Todos resultaron ser muy talentosos y buenos seres humanos; hicimos un pacto de sinceridad y lealtad en el plano personal y profesional. Me gusta la sinceridad de los jóvenes, no han perdido la inteligencia de los niños y son conocedores de la naturaleza humana. Es muy cómodo trabajar con quienes están deseosos de aprender, confían en ti, te respetan y te quieren. Trabajar con jóvenes es como sembrar en tierra virgen y fértil, todo se da.

—¿Y el equipo de realización?

—La banda sonora pertenece a Maykel Alfonso, quien además grabó todo el sonido directo en locaciones difíciles: playas, barcos, bailables, karaokes, serenatas y un concierto de rock. El editor es el experimentado Pável Ramírez; y Rafael García (conocido director de fotografía de La Sombrilla amarilla, Hola Habana, El elegido del tiempo...) se encargó de la corrección de color. Ambos diseñaron la presentación, la despedida y los efectos visuales.

«Tony Sánchez realizó la dirección de fotografía en los dos últimos y difíciles meses del rodaje; la asistente de dirección general es Indira Magaz —mi apoyo incondicional y quien cuidó de los detalles junto a Omar Valdés—; Yolanda Iglesia, mi asesora; el diseño de vestuario es de Nieves Valdés y el de maquillaje de Idaleidys Santana. La producción general corresponde a Luis Orlando.

«Tuve un excelente equipo de sonido y de asistentes de producción, especialidades de las que no se habla pero que son determinantes de la calidad. En este grupo están Omar Valdés (efectos especiales) y Pupy (efectos de luces)».

—¿La música es original? ¿Quiénes la interpretan?

—El tema de presentación y el de despedida son originales. El primero es de la autoría de Israel Rojas y está interpretado por Buena fe; mientras que el segundo es cortesía de los actores Néstor Enrique Jiménez, Fabián Mora y Rubén Araujo. El arreglo musical del grupo Aria y la mezcla la llevaron a cabo los reconocidos Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galván.

«La serie está musicalizada con fragmentos de temas de autores cubanos, como Carlos Varela, Santiago Feliú, Haydée Milanés, Buena fe, Van Van, Oguere, Aria, Raúl Paz, Vanito, Thelmaris, Interactivo, Descemer Bueno, Gema y Pável, X Alfonso, Orishas, Charanga Habanera, etc».

—¿Alguna anécdota que contar sobre la filmación?

—Acabo de editar una escena que cuando se rodó había mucho frío, mientras que la serie transcurre en el verano. Pasaron un frío terrible, porque no podía grabar de día por los frentes fríos, de manera que había que hacerlo en las noches para no atrasarme; así que sufrieron el frío de la madrugada, en una aparente noche de «verano». Sin embargo, no se quejaron; y por suerte tampoco se me enfermaron.

—¿Qué te mantuvo durante tanto tiempo fuera de la pequeña pantalla?

—La «cola» que debemos hacer los directores entre un proyecto y otro debido a las disponibilidades de producción y la carencia de proyectos y presupuestos. El otro motivo es que escojo los proyectos que dirijo, no hago todo lo que me ofrecen.

—¿Por qué dejaste a un lado un proyecto tan exitoso y necesario como La sombrilla amarilla?

—No lo dejé a un lado; no tenía los recursos y las condiciones para hacerlo mejor. Y La sombrilla amarilla no podía convertirse en un programa rutinario, que no cumpliera con las expectativas del público infantil.

La sombrilla... tuvo la virtud de educar al tiempo que entretenía a su público. ¿Te propusiste lo mismo con Mucho ruido?

—Es la única forma que tengo de hacerlo. No realizo una obra de la cual no se pueda aprender, aunque sea una mínima cosa que sirva para la vida. Sería como echar agua en un colador. Por otra parte, el público tampoco gusta de obras que le resulten aburridas. La mejor manera de transmitir valores, de enseñar, es lograr que no se percaten de que estás «dando una clase».

—¿Por qué tu interés en el público infanto-juvenil?

—Porque se parece a mí (risas).

—Después de mucho tiempo sin una serie nacional de este corte en pantalla, mientras permanecen en la TV otras de factura extranjera, ¿cómo has hecho para garantizar la dignidad de la puesta en escena dentro de tantas limitaciones económicas?

—No hacer concesiones de principio en la puesta y garantizar el «pollo del arroz con pollo», que es el trabajo de actuación de los muchachos, apoyándolos, además, con actores de experiencia y prestigio como Marta del Río, Corina Mestre, Eman Xor Oña, Rubén Breña, Silvia Águila, Kike Quiñones, Dianelys Brito, Osvaldo Doimeadiós, Irela Bravo, Amarilys Núñez, Daysi Quintana, Edith Massola, Jazmín Gómez, Ketty de la Iglesia, Jorge Treto y Rolando Nuñez, entre otros.

«La lista de las actuaciones especiales y de los actores invitados es bien grande. A ellos les agradezco haber accedido a compartir la serie con jóvenes que están empezando su carrera».

—¿Satisfecha?

—Con el trabajo de los muchachos sí. Desde el punto de vista formal de la puesta no pude hacer todo lo que tenía pensado, pero estoy conforme y en paz conmigo misma. Para mi suerte, me queda mucho por aprender.

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