Con algunos de sus más relevantes versos, Cuba y su Casa de las Américas rindieron postrer tributo este martes al poeta y amigo uruguayo Mario Benedetti.
Vivirá cuanto viva su Casa de las Américas, que él contribuyó como pocos a hacer realidad, dijo en la ceremonia Roberto Fernández Retamar, presidente de esa institución, según la AIN.
Señaló que el autor de Gracias por el fuego ha sido uno de los más leídos y admirados escritores, y fue autor, dijo, de una obra múltiple y rica, y de una conciencia inclaudicable.
Retamar evocó la labor fundacional de Benedetti en la segunda mitad de los años 60 en la Casa, y su retorno en 1975 tras haber sido perseguido en su país primero, Argentina después y Perú, de donde fue expulsado.
La noticia de su muerte conmovió al mundo entero, expresó, y de manera particular a quienes estamos vinculados a Casa de las Américas como lo estuvo él mismo hasta el fin de sus días.
Destacó que junto a su obra es imprescindible destacar la hermosa y valiente dignidad de su conducta.
Al propio tiempo que en Montevideo, capital de Uruguay, desde el Panteón Nacional, se daba el adiós definitivo al poeta, fallecido a los 88 años el pasado domingo, tuvo lugar este homenaje que reunió en la Sala Che Guevara a numerosas personalidades de la cultura.
También a representantes diplomáticos de Uruguay, Argentina, México, Chile, Paraguay, Haití, Venezuela e islas del caribe.
Abel Prieto, ministro de Cultura, participó en el homenaje en el que poetas de la talla de Pablo Armando Fernández y Nancy Morejón, ambos Premios Nacionales de Literatura, y el propio Benedetti, a partir de los discos con su voz, leyeron algunos de sus más emblemáticos poemas, incluído el Padrenuestro latinoamericano.
El amor y el compromiso, sus lecciones de solidaridad y defensa de la utopía con la mirada siempre puesta en el Sur, caracterizaron la vida y obra del escritor y periodista Mario Bendetti, quien legó unos 80 volúmenes.