De una fuerza estilística excepcional, que se siente de principio a fin y que va revelando un ritmo de escritura apasionado, este libro muestra la también apasionada lectura de una joven, Mirta Aguirre (1912-1980, poeta, crítica literaria y ensayista), sumergida en la obra cervantina, especialmente El Quijote, y en los vericuetos de la España y la Europa en que vivió Cervantes.