Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Gana concurso La Rosa Blanca un texto de René Valdés

Margarita Cun Cun se suma a la lista de obras de este narrador y poeta pinareño que salta al mundo en alas de lo auténtico

Autor:

Zenia Regalado

 Foto: Daniel Mitjans Pinar del Río.— Creció bajo la magia de los niños guajiros: vigilando a los cocuyos en las noches y escuchando las historias de sus abuelos hijos de esclavos.

De güijes traviesos, fantasmas y brujos están poblados los recuerdos de su infancia, aún sentada junto al tronco del ciruelo donde la abuela materna encantaba los oídos de sus muchísimos nietos, descendientes de sus once hijos.

«La abuela de Margarita Cun Cun desayunaba con pétalos de marpacíficos y flores de jazmín, el perfume le salía por la boca y se olía en toda la casa. A comer flores la enseñó el moro Ahmed que venía todos los sábados a vender ropas, telas, argollas, sortijas»...

Y así transita el campo vueltabajero en la vida del narrador y poeta René Valdés. Margarita Cun Cun —publicado por la editorial pinareña Cauce— fue seleccionado recientemente como el mejor texto en el concurso La Rosa Blanca, auspiciado por la UNEAC.

Este hombre alto y delgado, con imagen de maestro antiguo, lleva a sus libros las remembranzas de su infancia en su humilde casa de San Luis, con su amplio portal y su jardín lleno de plantas medicinales: tilo, manzanilla, yerbabuena...

Ese mundo de frescores y estampas campestres asoma para deleite de los niños corredores de papalotes, en sus noveletas Bajo el aire y el sol de Buena Vista, y Los hijos del vendedor de tinajas, ambas de la editorial pinareña Hermanos Loynaz.

«Trabajo mucho la palabra, tengo cuidado con mis libros. Mi poesía no es de fuegos artificiales, ni vocablos rebuscados, sino que es dura en los asuntos que toca, con fuerza en los verbos, según han dicho los críticos José Alberto Lezcano y Ricardo Noriega; pero también es muy humana, no molesta, sino que hace pensar. Con franqueza, sin traiciones», confiesa René, que acaba de recibir también el premio Francisco (Paco) Mir Mulet de Poesía, y de quien debe salir publicado este año Aventar las cenizas.

Asimimo es autor de una novela que está por salir, Tom Sagar. «Se encuentra en manos de la Editorial Letras Cubanas. Dicen los que la han leído que es muy etnográfica. Tom Sagar es un pueblo... Es un poco la historia de San Luis antes de la Revolución... A veces los cubanos somos algo desmemoriados. Mi pueblo es hermoso... Ese es mi mundo. Yo no puedo hablar de París, no puedo inventar una novela con personajes ingleses, me quedaría muy fría.

—¿Qué escritores prefieres?

—Toda la generación del 98, Lorca, Miguel Hernández... pues mi poesía es muy social, incluso hasta en lo amoroso.

—Eres un escritor muy apegado a tus raíces. ¿No temes que te digan aldeano?

—No me molestaría si alguien lo dice. Por la aldea empieza el mundo.

—Me han contado de un cuento tuyo, Pasión de árbol, que bebe de esa aldea.

—Mis libros todos están ubicados en el escenario donde nací. Pueblo de oro, Buena Vista, Agua pura... Dicen los críticos que en mis obras siempre surge mi terruño: su paseo, su iglesia, sus vegas.

René Valdés fue finalista en 1996 y 1997 de un concurso español de cuentos llamado La Ferguera, y también ha publicado en México. Allá obtuvo mención en un concurso de la revista Plural.

—¿Cuál de tus obras es la que más te gusta?

—Una que trata el exilio a nivel mundial. Se llama Bajo el aire y el sol de Buena Vista. Es un texto publicado por la editorial Loynaz y que recibió primera mención en el concurso Ismaelillo. Cuenta la historia de un niño a quien los padres traen a visitar la tierra en la que nacieron. Es el reencuentro con sus raíces, recibiendo el calor humano de una familia que no conocía. Al final se va triste y a la vez feliz por encontrar un mundo que se le había perdido entre sueños y palabras.

«También valoro mucho A solas con Casandra, mi primer volumen de poemas; un libro duro, honesto, que respondió a un momento de nuestra vida».

—¿Algún texto en esta XVI Feria?

—Sí, uno publicado por la editorial Gente Nueva, titulado Inés, mi gato y yo. Es un cuento para niños que refleja el valor de compartir lo que se tiene, la belleza del dar.

—Algunos consideran la literatura para niños un género menor...

—No lo creo así. Fíjate que muchos grandes han tenido deseos de hacer un libro para niños, pero no se han atrevido nunca.

—¿Cuál es la magia?

—Tienes que ser un niño. Hay quien escribe para ellos y no los soporta. A veces se hace una literatura que responde a los gustos de los adultos, y decimos entre nosotros: “¡qué libro más bueno!”, pero después, en el universo infantil, no funciona.

Y así anda René, yendo y viniendo a la imaginación.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.