Los estudiantes aprendieron a desplazarse con el fusil AKM. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/01/2025 | 11:26 pm
CIEGO DE ÁVILA.— Yipsy Navarro García, estudiante de 3er. año de Agronomía, dice que no tiene miedo. Lo repite y te mira fijo: «No, no tengo miedo». La joven asegura que no tiene el temor de tomar en sus manos y manipular un fusil automático AKM.
«¿Qué miedo voy a tener? —insiste—. Además, ya yo he tenido un AKM en mis manos. Eso no es nuevo. Pero es que, mira, eso hace falta. Mucha falta en estos tiempos».
Ante ella hay una explanada inmensa, llena de árboles. Es parte de la sede Manuel Ascunce Domenech, de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez. Hacia allí se dirigen cientos de muchachos.
La concentración obedece al Bastión Estudiantil Universitario 2024. Divididos en varias áreas, los muchachos recibirán instrucciones del arme y desarme del fusil AKM, preparación de tiro con armas de infantería, a desplazarse y orientarse en el terreno y a protegerse de ataques con armas de destrucción masiva, entre otros conocimientos.
Pero antes se realizó un acto, con la presencia de las autoridades universitarias y la Doctora Alicia Alonso Becerra, viceministra de Educación Superior. Además de explicar las actividades, en el acto se realizó la firma e ingreso de los estudiantes a las Milicias de Tropas Territoriales.
Luego pasaron a los ejercicios prácticos, cuyo propósito principal es unir a los jóvenes y los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en los principios de la guerra de todo el pueblo, la concepción defensiva asumida por Cuba para defenderse de la agresión externa.
Algo que se necesita
En el recorrido por las áreas, uno ve los rostros con gorras y barbas a la moda, muchachas con aretes y piercing. Algunos sonríen, otros observan incrédulos el armamento. Los oficiales de las FAR les explican la manera de colocarse las caretas antigás ante un ataque con armas de destrucción en masa.
«Tiene que ser rápido», dicen los oficiales. Un muchacho se traba a la hora de ajustarse la careta. «Profe, esto no me sirve. No es mi talla».
Un oficial se acerca sonriente. «¿Tú crees?». Toma la careta y con gestos precisos se la pone. Luego la retira en un segundo. «Ahí está el secreto. No puedes titubear. Hazlo rápido y verás que sale».
Las exclamaciones de júbilo confirman que la lección se aprendió. En otra área enseñan a desplazarse por el terreno con el armamento de combate.
El oficial, con boina y uniforme de camuflaje, le da las instrucciones. Los muchachos adoptan las posiciones. En los fusibles se ve el Vilma, un visor fabricado por Cuba, capaz de asegurar la efectividad del tiro con rapidez.
Cristian Manuel Palomino es uno de esos muchachos que reciben el entrenamiento. Es un muchacho delgado, de pelo largo y que usa espejuelos. En la actualidad es presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez.
Explica: «Trump acaba de revertir una medida tomada por Biden, y nos vuelve a incluir en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Es una señal y aquí nosotros estamos dando la nuestra: la del compromiso con la independencia de Cuba. Por eso este Bastión hace falta. Mucha falta».