Sancti Spíritus registró durante 2024 la más baja tasa de mortalidad en menores de un año en Cuba, con 3,6 por cada mil nacidos vivos. Autor: Tomada del periódico Escambray Publicado: 16/01/2025 | 08:10 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Cuando Raisa Jiménez escuchó la palabra ingreso sintió que el suelo del consultorio del médico y la enfermera de la familia se abría entre sus pies. Pasaba el primer trimestre de embarazo y más de una complicación la obligaba a estar de reposo y bajo vigilancia especializada.
«Ingresé, primero en el hogar materno, y luego culminé el embarazo en el hospital provincial Camilo Cienfuegos. Aunque nada se compara con las condiciones de la casa, no tengo quejas de ninguno de los dos lugares como tampoco del seguimiento a mi pequeño Raudel», cuenta ya pasados los ocho meses de disfrutar a su primogénito, a quien ahora lleva en brazos.
Ella y su pequeño integran la larga lista de espirituanos atendidos a través del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) en este territorio, con resultados a la vanguardia del país.
«No hablamos de resultados de un año, sino que trabajamos guiados por una estrategia de interrelación de la atención primaria con la secundaria, el constante intercambio y la capacitación de nuestros profesionales rectorados por la Universidad de Ciencias Médicas del territorio —reconoce el doctor Francisco García González, jefe de dicho programa en Sancti Spíritus—, y la unión de muchos factores sociales, desde un consejo popular hasta los grupos temporales de trabajo del Gobierno».
Como colofón de ese andar se coronó este territorio en 2024 como el de más baja tasa de mortalidad en menores de un año en Cuba, con 3,6 por cada mil nacidos vivos. Resultado que se equipara con naciones del llamado Primer Mundo y que ubican durante cinco años a Sancti Spíritus con resultados de lujo en uno de los principales indicadores de progreso en el bienestar infantil.
«Nosotros tenemos que buscar la forma de que nuestras mujeres lleguen en buen estado de salud y con los menos riesgos posibles al embarazo. Por eso hemos desarrollado programas que atienden a las espirituanas en edad fértil para que en el momento en que decidan experimentar ese proceso estén minimizados los riesgos».
Proyectos implementados en todos los policlínicos de los ocho municipios de la provincia permiten examinar minuciosamente al grupo de mujeres potencialmente madres y a quienes ya conocen de llevar en sus vientres una vida.
«Está establecida la atención prenatal. Desde la captación, el PAMI tiene diseñadas las consultas que lleva una embarazada a partir del primer trimestre hasta el tercero por la consulta multidisciplinaria, ultrasonidos establecidos —como mínimo cuatro—, más la atención diferenciada según la patología o el riesgo que padezca cada paciente. Todo ello tiene su espacio tanto en la comunidad, desde el consultorio hasta el nivel secundario o, incluso, si alguna precisa el nivel terciario».
Esa constancia de los profesionales espirituanos por mantener saludables a los grupos que se miran con lupa por el PAMI no escapa de chocar con tropiezos como la ausencia de medicamentos y recursos tecnológicos, secuela del bloqueo económico, comercial y financiero que sostiene el Gobierno de Estados Unidos contra nuestro país.
«La estrategia no es solo de nuestro territorio sino de toda la nación. Cuando llegan los medicamentos y otros insumos se distribuyen según las prioridades que en cada momento se establecen. Y en ellas siempre está el PAMI porque cuando un menor de edad y embarazada se enferman o precisan de un recurso específico, se agotan todas las alternativas para que lo reciban.
«Además, fortalecemos nuestros equipos de profesionales con los de mayor experiencia, quienes guían a los que comienzan. Y aunque los últimos tiempos han sido complejos porque ha decrecido el número de nuestros recursos humanos, intentamos minimizar sus cargas laborales e intencionamos la atención diferenciada en cada colectivo».
En el umbral de la vida
Uno de los servicios que ha catapultado al PAMI espirituano es el de Neonatología. Su motor principal late en una pequeña sala del hospital provincial Camilo Cienfuegos, en la ciudad de Sancti Spíritus, que rompe con cualquier imagen fría de una institución sanitaria.
«Es un centro de referencia nacional y aunque parezca simplista decirlo, ha logrado eso por el amor que transpira allí todo su colectivo», acota el especialista.
La joven Isabela de la Caridad López, procedente de La Sierpe, califica con ese término el más efectivo antídoto ante los temores e incertidumbres que por más de diez días experimentó cuando nació su segunda hija, Clara Isabel.
«Han pasado cinco años y nunca voy a dejar de decir gracias porque me pusieron en mis brazos a mi niña sana y eso no tiene precio. Además, me acogieron con tanta dulzura en esa sala que, cuando más grave estuvo, recibí los pronósticos reservados con la seguridad de que saldríamos como sucedió: victoriosas en esa lucha contra la muerte».
Expresiones de agradecimiento similares se encuentran entre la mayoría de los familiares de los pacientes recién nacidos que son atendidos en la principal institución sanitaria de la provincia o en Yaguajay, Trinidad y Cabaiguán, donde también hay maternidades. Justamente, por sostener resultados positivos en el servicio de Neonatología se efectuó en Sancti Spíritus el 1er. Simposio Internacional de Neonatología Cuba-Argentina 2025.
Dicho espacio contó con la presencia de alrededor de 50 especialistas de casi todo el país, quienes conocieron sobre el empleo de la ecocardiografía funcional como herramienta en el manejo de los recién nacidos en el hospital provincial general Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus. Proceder que constituye un salto en la calidad de la atención a los neonatos, evidente en la mejoría en los indicadores de sobrevida de esos pacientes.
Así lo reconoció la doctora María Cristina Osio, jefa del Servicio de Neonatología del Sanatorio Otamendi, de Buenos Aires, Argentina, una de las abanderadas en América Latina y Europa en la aplicación de ese medio de diagnóstico. Igualmente, significó la importancia de contar con un espacio como el efectuado en Sancti Spíritus durante dos jornadas, que se convirtió en plataforma efectiva para el intercambio de saberes en torno al manejo de la hemodinamia neonatal y, en particular, del empleo de la ecocardiografía funcional en la observación de la evolución y respuesta a las diferentes terapéuticas.
Vale destacar que ese medio de diagnóstico en neonatos graves y críticos aún no resulta una experiencia extendida en todos los países de Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo, de acuerdo con la experimentada neonatóloga espirituana Amary Yumar Díaz, la aplicación de la Ecocardiografía Funcional Neonatal durante tres años en Sancti Spíritus ha reducido notablemente la mortalidad y morbilidad de los recién nacidos.
La salud, un derecho desde el primer instante
El Plan Turquino espirituano contabiliza su mortalidad infantil en cero. Cifra que se sostiene por el fortalecimiento a su atención primaria y el accionar constante de minimizar los problemas que puedan presentar sus poblaciones.
«Nuestra terapia intensiva pediátrica también tiene resultados de lujo. Cuando se analiza que más del 98 por ciento de los pacientes que han presentado condiciones de grave o críticos se han salvado, ello compensa todas las madrugadas y desvelos, incluso para sortear todas las dificultades objetivas y subjetivas que encontramos en el camino».
—Doctor, cuando apenas camina este año, ¿qué retos tiene el PAMI espirituano?
—El mayor: mantener los resultados, independientemente de la situación compleja que atraviesa el país, porque es un programa que depende de muchos factores, no solo de nuestro sector. Precisamos trabajar mucho más en la promoción y reducir los embarazos en adolescentes, así como minimizar los riegos porque sabemos que pueden presentarse partos pretérmino y los nacimientos bajo peso. Pero nos toca trabajar porque mientras tengamos un fallecido, no nos sentiremos satisfechos. Y para ello contamos con lo principal: la entrega de nuestros profesionales y el apoyo de las máximas autoridades gubernamentales y políticas de Sancti Spíritus», concluyó.