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El rescate de Yodelmis

El traslado por vía aérea de un niño reportado de grave y con peligro para la vida, desde el municipio de Baracoa, demuestra la valía de Cuba, que en medio de carencias y contingencias, y a pesar del bloqueo, garantiza la salud de su pueblo

Autor:

Daylin Herrera Bayard

SANTIAGO DE CUBA.— Hay miedos que se vencen  con grandes proezas. La tripulación de la aeronave de la FAR y un equipo multidisciplinario de médicos de Santiago de Cuba aguardan indicaciones para su vuelo hacia el municipio de Baracoa, en la provincia de Guantánamo. La misión definía la vitalidad y salud de un pequeño.

A más de 146 kilómetros en las alturas se visualizaba el paisaje natural de los valles y mogotes del territorio oriental y a la vez los daños que ocasionó el huracán Oscar a su paso por la región. Tras la llegada al aeropuerto baracoense, directivos de Salud Pública del territorio recibieron a sus homólogos y precisaron el estado de salud y evolución del paciente pediátrico, atendido en el hospital docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja.

Según explicó Linier Rodríguez, subdirector de Asistencia Médica de esa institución, en las primeras horas de evolución siempre mantuvo estabilidad, sin complicaciones, más allá del trauma sufrido. «Hasta ahora ha estado controlado y la evolución está siendo bastante favorable. Por supuesto, el propósito del traslado es precisamente para una evaluación por las especialidades pertinentes con un nivel de atención que en estos momentos nosotros no podemos brindar acá», enfatizó.

Se trataba de Yodelmis Furones Matos, niño de apenas seis años de edad. Los fuertes vientos provocados por el evento meteorológico ocasionaron el derribo de un árbol en el techo de su vivienda, incidente que le causó un traumatismo cerebrovascular y daños leves a su familia.

La licenciada Nuri Faez, enfermera intensivista del hospital docente Octavio de la Concepción y de la Pedraja, explicó que el niño llegó medio inconsciente. «Vinieron los radiólogos a hacerle ultrasonido. Rápidamente canalizamos su vena, le dimos los golpes de líquidos que había perdido, porque llegó muy pálido, pero se recuperó rápidamente.

«Nosotros, las intensivistas de la sala, les dimos también mucho apoyo a los padres, quienes estaban desesperados», dice la enfermera. Y sus palabras fueron reconocidas por Kirenia Matos Labore, madre de Yodelmis: «Estoy muy agradecida a todos por ayudarlo, por tratarlo bien», dice mientras las lágrimas corren por su rostro.

Cada minuto cuenta. La rapidez del personal de la Cruz Roja y las FAR para el traslado del infante al Hospital Infantil Sur Antonio María Béguez Cesar de la urbe oriental demuestra la valía de Cuba, que en medio de carencias y contingencias, y pese al bloqueo, garantiza la salud de su pueblo.

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