La delegada Yaremis Pérez fue la primera en rendir cuenta a sus electores en Isla de la Juventud. Autor: Roberto Díaz Martorell Publicado: 21/09/2024 | 07:58 pm
Como una oportunidad para fortalecer el tejido social, el compromiso con el socialismo y la participación ciudadana en la solución de las dificultades que apremian a cada comunidad, las rendiciones de cuenta de los delegados a sus electores constituyen uno de los momentos claves para revisar cuánto se ha hecho y pautar lo que resta por hacer en beneficio de todos.
Estas reuniones, que comenzaron el viernes por todo el país, denotan un ejercicio pleno de democracia y transparencia en medio de un dificilísimo contexto socioeconómico para los cubanos.
En Matanzas, Isla de la Juventud y Pinar del Río, tres jóvenes fueron de los primeros en dialogar directamente con el pueblo sobre su gestión.
Hay que seguir adelante, confiando en el pueblo
A solo unos minutos de empezar la reunión de rendición de cuenta en la circunscripción uno, del área uno, del reparto José Luis Dubrocq, en el consejo popular Versalles, en Matanzas, una tormenta intensa provocó que con celeridad se desmontara todo del patio de la escuela primaria Máximo Gómez Báez. La delegada Alisbeth Issac Drig, junto a varios electores recogían la bandera, el escudo, el audio y el televisor. Ella solo movía la cabeza, en señal de que no lo podía creer, después de prepararlo todo con tanto amor. «Tenemos la variante del comedor de la escuela, porque no la suspenderemos», nos dijo con seguridad quien lleva seis años como delegada.
La joven matancera Alisbeth Issac confía en el pueblo. Foto: Hugo García
Tras una lluvia torrencial, truenos y relámpagos, rápidamente se emprendió la tarea de avisar a los vecinos que no se había suspendido. Se secaron las sillas y se colocaron en su lugar. Poco a poco llegaban parte de los 148 electores. La joven de 39 años de edad suspiró en medio del nerviosismo, al constatar que se llenaba el patio.
«Este período ha sido muy difícil, con mucho sacrificio, pero considero que hemos tenido buenos resultados con el apoyo de los vecinos, los trabajadores sociales, las instituciones.
«De tal manera se han resuelto 32 planteamientos en la comunidad, hemos ayudado a las 23 familias en estado de vulnerabilidad y logramos que 11 jóvenes desvinculados se incorporaran al estudio».
En la etapa se han rehabilitado la escuela, las calles, la bodega, el consultorio del médico de la familia y la placita: «Estoy muy agradecida por la participación de los vecinos y de las instituciones, pues muchos de los planteamientos estaban muy envejecidos, con más de 20 años».
La estudiante de tercer año de la Licenciatura en Gestión Sociocultural para el Desarrollo, en la Universidad de Matanzas, amplía que es necesario que se sigan planteando los problemas con tiempo para hacer un diagnóstico enriquecido, emprender un plan de acción y darle solución.
—¿Cuál consideras el principal desafío de un delegado en estos tiempos?
—El trabajo con la población es duro por los diferentes caracteres de las personas, pero lo que hay que tener es voluntad y deseos de hacer las cosas bien. Todo lo que he hecho ha sido por el apoyo de mi esposo y mis dos niñas pequeñas, porque son muchas reuniones y trabajo por las noches.
Ella es también la presidenta del consejo popular Versalles, donde hay más de 300 planteamientos por solucionar. Además, es diputada a la Asamblea Nacional.
«Hay que seguir adelante, confiando en el pueblo, que siempre se acerca en la calle más que en los días de despacho, encuentros ocasionales que son fructíferos.
«Un delegado debe tener mucha sensibilidad, mucha empatía para ponerse en el lugar de las personas con dificultades, sentir su dolor y poner empeño para tramitar los problemas.
«Tengo fuerzas para seguir adelante», resaltó al término de su rendición de cuenta.
Más participación, más soluciones
Enfocada en los servicios públicos y la situación socioeconómica local, la delegada Yaremis Pérez, de la circunscripción 36 de Isla de la Juventud, habló de los problemas más significativos para esa comunidad.
Entre ellos se refirió a los planteamientos aún por resolver, relacionados con la desobstrucción de aguas albañales, la impermeabilización de edificios multifamiliares y la calidad de los viales, asuntos encaminados con las instituciones locales y en la agenda del gobierno local.
Su rendición de cuenta fue, además, una oportunidad para que la vecindad se involucre también de manera activa en la resolución de los problemas.
Hubo solo una intervención por parte de los electores. Enrique Matos, vecino de esa comunidad, pidió la palabra para llamar a los presentes a la participación, con énfasis en que muchas soluciones no dependen exclusivamente de recursos o instituciones, palabras que son un recordatorio de que la iniciativa popular es esencial.
La higiene del barrio y la producción de alimentos son ejemplos claros de cómo la comunidad puede contribuir al bienestar colectivo sin esperar por respuestas institucionales, dijo.
Todavía agitada por la tensión del momento, la delegada comentó que para incrementar la participación es imperativo que los delegados tracen estrategias junto a sus comunidades.
«La creatividad y la iniciativa del delegado son importantes, pero sin el respaldo y la voz activa del colectivo, cualquier esfuerzo será efímero. La sostenibilidad de nuestras acciones depende de una colaboración genuina entre todos los actores sociales», subrayó la joven.
En la loma de la quinta
En uno de los puntos más alto de la ciudad de Pinar del Río, cerca del hospital pediátrico Pepe Portilla, una de las preocupaciones constantes de la población es el abasto de agua.
Por ello fue recurrente el tema en la rendición de cuenta del joven Bruno Rodríguez Enseñat, delegado de la circunscripción 49, del consejo popular Celso Maragoto Lara.
En su segundo mandato, el muchacho ha aprendido a dialogar con sinceridad y transparencia con sus electores, a decirles cuándo las gestiones fructifican y cuándo no hay una solución inmediata. Igual de profundo y explícito fue su informe.
Quizá por ello es respetado allí, porque sabe escuchar y actuar en consecuencia.
«Los organismos hoy no responden como la población requiere, pero siempre se da una respuesta a los presidentes del CDR y demás representantes de las organizaciones del barrio. No obstante, hoy el escenario precisa de más agilidad, compromiso, entrega y profesionalidad de los cuadros de dirección y calidad en la solución de los problemas», admite.
Bruno Rodríguez insiste en que este es un proceso fuerte y democrático. Foto: Dorelys Canivell
Sobre el proceso de rendición de cuenta recién iniciado significó que la preparación ha sido muy realista, aterrizada en los problemas actuales, en los momentos que se viven.
«Es un reto hoy intercambiar con nuestro pueblo, a partir de la situación del país y las interioridades de nuestro barrio; pero en medio de tantas adversidades, agudizadas también por el bloqueo, Cuba sigue adelante», dijo.
Señaló que este es un proceso fuerte y a la vez democrático y participativo, libre para expresar todo lo que sintamos en pos de mejorar las condiciones internas de nuestros barrios y demarcaciones en aras de tener un país mejor.
A su juicio el papel del delegado es fundamental, es el eslabón más importante del Poder Popular: «Es el oído pegado al pueblo; es el tramitador de sus inquietudes y sugerencias; y es el agente fundamental en el trabajo comunitario integrado como vía de solución popular».