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El fino arte de comunicar, arma esencial de la Revolución y asunto de todos

Este pasado lunes en la tarde tuvo lugar desde el Salón de los Plenos en el Palacio de la Revolución el Balance sobre el trabajo realizado en el 2023 por el Instituto de Información y Comunicación Social

Autor:

Alina Perera Robbio

(Tomado del sitio web de la presidencia de Cuba)

En estos tiempos marcados por el cambio de época que entrañan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pensar los contenidos para interactuar con otro -o con los otros- ya no es asunto privativo de algún grupo social. Es algo que, de por sí, obliga a una revolución mental, a un reestreno educativo que concierne a todos.

Por este concepto y por otras ideas de valor, este lunes en la tarde, desde el Palacio de la Revolución, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, valoró de muy interesante y rico en aportes el debate suscitado durante la reunión de Balance en torno a lo que ha significado el 2023 para el Instituto de Información y Comunicación Social (ICS), organismo nacido precisamente en ese lapso.

El año analizado no solo fue el contexto en que dio sus primeros pasos el ICS, sino también el momento en que nació la Ley de Comunicación Social. Eso explica que el Jefe de Estado afirmara que «estamos en un momento distinto de la Comunicación Social en el país».

Habló de un momento diferente porque en su entender hay estructuras, hay equipos de trabajo en muchas de esas estructuras, hay estrategias de comunicación -unas, dijo, más coherentes que otras-; «pero lo cierto es que en el país, por lo general, ya nada de lo que se plantee hacer sale sin por lo menos un enfoque desde la comunicación».

El surgimiento del ICS «propicia la atención a temas pendientes», hacia «emas que antes estaban desatendidos, desconocidos», expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista en una jornada que también contó desde la presidencia con el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; así como con el Secretario de Organización del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda -ambos, miembros del Buró Político.

El Balance –en el que estuvieron directivos y artífices de la comunicación, así como con creadores y artistas-, también estuvo presidido por la viceprimera ministra Inés María Chapman Waugh; por el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes; y por Alfonso Noya Martínez, Presidente del Instituto de Información y Comunicación Social de Cuba.

Luego de un análisis colectivo que abordó el tema de la comunicación desde múltiples aristas, el Presidente Díaz-Canel volvió sobre el valor de la educación para la comunicación; lo hizo porque «todo el mundo está participando en la comunicación. Las redes sociales hoy hacen que todo el mundo sea usuario, pero que también sean comunicadores».

El dignatario recalcó que «las redes sociales son una plataforma de colonización cultural en la que tenemos que estar con nuestros contenidos», al tiempo de no dejarnos colonizar sino más bien actuar para «contrarrestar esa colonización».

Temas como el alusivo a lo publicitario, o a la misión que la nueva Ley y el Instituto tienen en cuanto a fomentar los nuevos modelos de gestión de los medios fueron abordados por el mandatario en su intervención que puso especial énfasis en el asunto de la comunicación comunitaria.

Sobre este último, resaltó la necesidad de dar una mirada diferente a la comunicación comunitaria, la cual debe ser vista más allá de algo que se irradia desde los medios, porque también conforma un proceso social a realizar desde el escenario en el cual las personas están construyendo sus vidas.

«Hay que estructurar mejor, como ustedes decían, los flujos informativos», dijo el dignatario a sus interlocutores, en sintonía con la necesidad de complementar análisis y generar contenidos con calidad: «Y aquí tenemos, enfatizó, mucho que hacer porque, además, el desafío es tremendo, porque los que colonizan a través de las redes y los medios de ellos, con todo el poder que tienen, hacen facturas que penetran mucho, lamentablemente manipulando las emociones de las personas».

Otras reflexiones sobre el arte de comunicar

Defender la calidad de la realización audiovisual –«que es hoy el código comunicacional con el que más podemos llegar a la gente»-; construir bien los mensajes para lograr la reflexión. Sobre tales temas reflexionó el Jefe de Estado, quien reparó en el mérito de que Cuba se haya convertido en estas horas, por tercera ocasión, en sede del Coloquio Patria, un evento donde «estamos aglutinando, valoró, a lo mejor del pensamiento de izquierda en la comunicación social; en particular, en las redes sociales».

Ahora se trata de aprovechar ese encuentro, dijo, «como evento internacional, como coloquio», pero también se trata de incorporarlo a «nuestros saberes, en nuestras maneras de hacer; y también de que logremos, con esa presencia y con lo que debatimos, la articulación necesaria desde la izquierda, para enfrentar también desafíos de comunicación, y ya digamos de comunicación política, enfrentando la lógica imperial».

A quienes confluyeron en el Balance desde el Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución, el mandatario les comentó: «Una vez más les pido cerrar el paso a la chapucería, a la banalidad y a la vulgaridad en todo lo que hacemos en los medios. Todavía hay expresiones de vulgaridad, de banalidad, de cosas que no aportan mucho». Habló de cerrar el paso “sobre todo a los intentos que pueda haber del enemigo de penetrar algunos de nuestros medios».

Defendamos mucho lo cubano en nuestras realizaciones, sin negar, por supuesto, lo que es universal, pidió en otro momento el Jefe de Estado.

La lógica imperial de este minuto contra Cuba

«Para describir hoy a lo que estamos sometidos -explicó el mandatario- yo digo que hay dos elementos que se están combinando por parte de la lógica del Gobierno de los Estados Unidos: por una parte, la asfixia económica; y por otra, la intoxicación mediática».

En cuanto a la asfixia económica, hizo referencia al recrudecimiento del bloqueo, y a la inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo. Díaz-Canel reconoció que «todavía no hemos sido capaces, por mucho que se ha explicado, de llevar a la población cubana, de verdad, lo que significa estar incluido en esa lista».

Sobre lo anterior, subrayó que «esa lista es la que más limita»; denunció que con la combinación de todos los elementos del cerco se busca «llevar al estallido social. Y ayer (domingo 17 de marzo) tuvimos un ejemplo de lo que es la intoxicación mediática».

Para ilustrar la idea anterior el mandatario dijo que «de inmediato apareció la articulación muy grande de incitadores», de políticos a los cuales les hicieron hacer un papelazo porque denunciaron hechos que no habían ocurrido. Denunció a la Embajada de Estados Unidos y su «mensaje injerencista, hipócrita, prepotente»; y no pasó por alto a los odiadores, a los «connotados terroristas que empezaron a dar fórmulas de cómo había que actuar de manera agresiva en Cuba».

Las fakenews, montajes de imágenes con inteligencia artificial, mentiras, videos falsos, construcciones, la transmisión de directas, o de supuestas directas desde los lugares desde donde se suponía que estaban ocurriendo los hechos -que mantenían como línea de mensaje que las cosas estaban ocurriendo cuando ya en esos lugares había total normalidad-. Todos esos ingredientes de la guerra mediática orquestada contra la Revolución fueron mencionados por el Jefe de Estado, quien hizo un recuento de lo que sucedió en realidad:

«Los dirigentes, las personas al frente de un grupo de instituciones fueron a hablar con las personas, y conversaron con las personas; y las cosas se aclararon y las gentes regresaron a sus lugares, algunos se quedaron más tiempo -es parte de las complejidades que tenemos-. Lo que sí hubo fue diálogo y conversación con las personas, y eso es legítimo».

«Nosotros entendemos también que con la dureza que se está viviendo en los tiempos actuales tienen que haber insatisfacciones; pero también tienen que saber sobre lo que se está haciendo, porque aquí no hay nadie de brazos cruzados, aquí todos los días la mayor parte del tiempo se está dedicando a ver cómo encontramos soluciones».

«Sí se están haciendo cosas», afirmó el Presidente cubano, quien además expresó: “Nosotros tenemos problemas de eficiencia económica, de producción nacional»; y añadió que tales condiciones están muy lejos de ser «la causa fundamental de lo que nos está pasando», porque «hay un bloqueo recrudecido de verdad, y una tremenda persecución financiera y energética a lo que hace este país».

Sobre los acontecimientos del pasado domingo, el dignatario denunció que los enemigos «estaban desesperados porque ayer hubiera un estallido social en Cuba; y no lo lograron, no lo lograron porque se trabajó con unidad, se trabajó como hacemos la política: teniendo en cuenta la historia, teniendo en cuenta el Derecho que es lo justo, y teniendo en cuenta la verdad, y explicándole la verdad a la gente y enfrentando con la verdad las dudas que podía tener la población».

Sobre ese momento difícil el dignatario razonó que significó «otro momento de preparación y de aprendizaje para articular más las fuerzas revolucionarias y seguir enfrentando todo ese montaje de asfixia económica y de intoxicación mediática. Y una vez más se muestran los propósitos, la perversidad, el desprecio del gobierno de los Estados Unidos por el pueblo de Cuba, y el desprecio por la Revolución cubana, y el desprecio porque nosotros queramos ser libres, soberanos, independientes y defender nuestra autodeterminación».

Díaz-Canel Bermúdez recordó lo que ya había expresado en la red social X: «Lo expresé en un tuit: Toda la disposición del Gobierno cubano, del Partido, de las instituciones nuestras, para dialogar con nuestra población, para explicar, para convocar, para unir, para trabajar, para seguir buscando con nuestros propios esfuerzos y con nuestro propio talento cómo vamos a superar esta situación, sobre todo la de los últimos cuatro años».

El año fundacional del Instituto

Un video-informe fue el pórtico del Balance de este lunes. Desde esa propuesta se enunció que el 2023 significó para el Instituto de Información y Comunicación Social (ICS) el gran desafío de dar sus primeros pasos como organismo de la Administración Central del Estado.

Por otra parte, «la aprobación de la Ley de Comunicación Social y la elaboración de sus disposiciones normativas reglamentarias, así como el sostenimiento de la actividad de un centenar de emisoras y 42 canales, potentes sistemas de comunicación subordinados al Instituto, significaron lo más trascendente de un período en el que se acentuaron las carencias en materia de equipamiento tecnológico, transporte, portadores energéticos y otros recursos indispensables».

Como parte de la implementación -expresa el Informe- del ICS, «un tema de marcada atención ha sido el seguimiento a la conformación de las direcciones provinciales de Información y Comunicación Social y las unidades organizativas a nivel municipal».

A nivel territorial, «la mayor complejidad radica en que todavía no se ha comprendido en algunas provincias y municipios el verdadero alcance de la misión y funciones de estas unidades organizativas, responsabilizadas con el control de los procesos de comunicación social en su demarcación».

Garantizar la fuerza de trabajo necesaria; fortalecer alianzas que «promuevan el desarrollo integral de la comunicación social en sus diferentes ámbitos y espacios»; superar distorsiones y fallas identificadas; política de cuadros; ciencia, tecnología e innovación; transformación digital; gestión de los recursos humanos; proyecciones… Entre otros temas, el Informe hizo referencia a estos que buscan el propósito de «contribuir a afianzar el papel decisivo de la comunicación social en tanto pilar de la labor política e ideológica del Partido y la gestión de Gobierno».

Se sucedieron las voces de los artífices y expertos en comunicación, quienes hablaron sobre la trascendencia de alianzas entre el Instituto y otras entidades de la nación; sobre la importancia de entronizar una comunicación cada vez más interactiva y participativa; sobre no dejar espacios de silencios que puedan ser aprovechados por quienes son enemigos de la Revolución; sobre saber provocar las mejores emociones; y sobre pensar, siempre que sea posible, en cómo hacer ese arte tan delicado que es comunicar.

Ideas necesarias

Hacia el final del encuentro el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, subrayó que Cuba vive en un escenario de economía de guerra, y en un escenario de guerra mediática que implica ataques diarios por parte de los enemigos de la Revolución; y todo eso, «en un momento complejo que vive el país en lo económico, en lo social».

Por lo anterior, el Jefe de Gobierno habló sobre la importancia del trabajo de los comunicadores sociales: «Realmente, en momentos complejos como estos, se requiere mucho de este protagonismo que ustedes juegan, y no se trata de hacer un poco más de lo mismo; necesitamos hacer cosas diferentes para poder buscar soluciones propias a los tantos problemas que enfrentamos; y el hilo conductor del trabajo tiene que ir dirigido a la implementación de eso que ustedes han mencionado en varias ocasiones hoy en el balance: las proyecciones del Gobierno para corregir distorsiones y para reimpulsar la economía».

«Los planteamientos que ustedes han hecho son muy precisos, muy profundos», expresó Marrero Cruz a los comunicadores. Y recordó: «A ustedes les ha correspondido librar estos combates en un momento también complejo para ustedes, donde están implementando nuevas estructuras, nuevas funciones, y ese es el escenario en que les ha tocado echar esta pelea, y hay que seguirla librando».

El momento requiere de mucho esfuerzo, de formación, de capacitación, de ahí la importancia -resaltó el Primer Ministro- «que le damos a este ejército de hombres y mujeres de la comunicación social, con el cual la dirección del país cuenta para seguir librando esta pelea, con el convencimiento de que juntos la vamos a ganar».

Este lunes fue también oportunidad para que el Presidente Díaz-Canel reflexionara sobre las cuatro prioridades que se ha trazado el Partido Comunista para el trabajo en este 2024: Sobre la primera, el fortalecimiento de la unidad, dijo que «lograremos más unidad cuando logremos más participación de la población en todo lo que hacemos».

La otra prioridad, explicó, es fortalecer la labor ideológica. Y en ese punto de su intervención afirmó que «la mejor labor ideológica que podemos hacer cualquiera de nosotros, cualquiera de las instituciones en función de la credibilidad, de la confianza, es hacer bien lo que nos toca hacer; y este mismo debate que ustedes han hecho alrededor de la calidad de los contenidos, de la manera en que tenemos que tener las estructuras que viabilicen todos los procesos que sean aportadores desde la comunicación social, es la labor ideológica».

Sobre cómo apoyar las medidas recientemente aprobadas en la Asamblea Nacional del Poder Popular habló también el mandatario. Y al referirse a la cuarta prioridad de trabajo, habló de «cómo a la vez que vamos avanzando en lo económico», no dejamos atrás «lo espiritual, lo sentimental, lo emocional», y vamos enfrentando entre todos «las desviaciones que hoy tenemos en nuestra sociedad, que hay que combatir y que hay que sobrepasar».

Díaz-Canel mencionó a la corrupción, la indisciplina laboral, el egoísmo, la falta de sensibilidad con los problemas de las personas, y la no aplicación consecuente de la ciencia y la innovación. E insistió en la importancia de desarrollar los pilares de la Gestión de Gobierno en el Instituto (Transformación digital, Comunicación social, y ciencia e innovación).

Sobre las potencialidades que hay en el Instituto, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba afirmó que la dirección del país tiene confianza en que en dicho organismo hay talento, hay voluntad, y compromiso para lograr los propósitos trazados.

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