Con la intervención integral al monumento como centro, se transforma el entorno de San Lorenzo. Autor: Omar López Publicado: 24/02/2024 | 09:51 pm
SAN LORENZO, Santiago de Cuba.—Declinó la invitación para almorzar: no se sentía bien; en su lugar se sumergió en la habitual rutina del último mes y medio: las clases a los niños de la comunidad, cuyos progresos en la lectura traían a su alma, herida por la traición y la indiferencia, un poco de regocijo; tanto como las partidas de ajedrez en casa de los vecinos o los baños en la poceta de Manacal.
Dicen que hasta el último momento escribió en su diario agudas valoraciones sobre aquellos que le apartaban de la Revolución. Iba de levita y paño, un atuendo nada apropiado para convivir en una estancia, lo que hizo a algunos sospechar que presentía el fatídico momento.
No había cumplido los 55 años, pero los sufrimientos de cinco años de guerra, habían mellado su sensibilidad multifacética y gastado el cuerpo; estaba cansado y con la visión limitada por las cataratas.
Aun así, la tarde del 27 de febrero de 1874 presagiaba un día normal en San Lorenzo, hasta que una de las niñas llegó hasta la casa de Panchita Rodríguez en busca de sal y con la noticia: cerca avanzaban tropas españolas.
Sorprendido, sin tiempo para mucho, el viejo Presidente, como todos le llamaban, solo y sin más protección que su revólver, se internó en la manigua ya seguido de cerca por el enemigo, que intentaba capturarlo vivo. Fiel a su historia de vida, lección constante de ética y civilidad, el héroe planta combate; se vira, dispara en falso y su pecho es alcanzado a quemarropas por una bala enemiga que lo lanza al barranco, «como un sol de llamas cayendo en el abismo», escribiría certeramente Manuel Sanguily.
Así, una columna de soldados españoles del batallón de San Quintín, conducida hasta allí por la denuncia de un informante, ponía fin a la vida de Carlos Manuel Perfecto del Carmen de Céspedes Loynaz y del Castillo; el iniciador de las gestas independentistas del pueblo cubano, el Presidente de la República en Armas, destituido y abandonado por la Cámara de Representantes en Bijagual, Jiguaní, a finales de 1873.
San Lorenzo se renueva
A 150 años de aquella jornada aciaga, el recuerdo del patriota que José Martí reconoció como el hombre del ímpetu que la patria necesitaba, es presencia constante en San Lorenzo.
En días en que la figura del Padre de la Patria revive al evocar su caída en desigual combate, el orgullo y sentido de pertenencia de los pobladores de aquellas serranías que él mismo definió como gente sencilla, amable y solidaria, se fortalece.
Todos juntos apuestan a que el sitio conmemore la efeméride vistiendo sus mejores galas, y liderados por el Partido y el Gobierno en el municipio de Tercer Frente y en la provincia, hacen de la veneración por su pasado inspiración motivadora en pos del bienestar del intrincado paraje.
En el consejo popular El Laurel, donde está enclavado San Lorenzo, incluido entre los barrios en transformación de la provincia, los últimos meses han sido de ajetreo y trabajo intenso. Un amplio movimiento popular con la intervención integral al monumento como centro, ha emprendido la construcción de nuevas viviendas y despliega acciones de rehabilitación que ya dignifican la bodega, la farmacia, la escuela y el consultorio del médico de la familia.
Georgis Ramírez, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en el montañoso municipio, explicó a la prensa que para saludar la fecha, el influjo transformador ha llegado hasta comunidades como Otero, El Laurel, Paso las Minas y al 90 por ciento de las circunscripciones del consejo popular.
Un notable mejoramiento recibe el camino a San Lorenzo, un reclamo de larga data de los moradores de la zona, cuya rehabilitación además de facilitar el acceso hasta el mismo poblado, redundará en la prosperidad económica de estas serranías, zona cafetalera de gran prominencia.
La escuelita que lleva su nombre, respondiendo a una petición de los pobladores de la zona y del Comandante Juan Almeida Bosque, exhibirá en lo adelante una réplica de la emblemática foto del patricio bayamés que se expone en su Casa Natal.
Interpretar la grandeza
Y es que en el lugar que sintió por última vez sus pasos, Carlos Manuel de Céspedes es presencia latente; cada cual enarbola desde el orgullo la leyenda propia de su presencia y la preservación de su memoria es desvelo de historiadores y especialistas de la conservación patrimonial.
Por eso se trabaja en el remozamiento del monumento que preserva el sitio donde cayera el ilustre bayamés, una obra de Guarionex Ferrer erigida en 1974, en ocasión del centenario de la caída de Céspedes, declarado Monumento Nacional en 1979 y convertido en Parque Histórico Conmemorativo en 1999.
El máster arquitecto Omar López Rodríguez, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba (OCC), quien encabeza los trabajos en la obra, explicó que en esta ocasión se ha hecho énfasis en la conservación de la escalinata que permite llegar hasta el punto más alto del Parque y en el realce del paisaje circundante.
A partir de este 27 de febrero, precisó el también Premio Nacional de Arquitectura, las lecciones de las últimas horas del Padre de la Patria llegarán al visitante de una manera más completa, atemperada a las tendencias más actuales del trabajo patrimonial, con la incorporación al sitio histórico San Lorenzo de un centro de interpretación, que posibilitará el conocimiento integral del hecho.
Toda la información relacionada con la presencia en estos lares del Padre de la Patria, las circunstancias y visiones de su muerte, y el traslado de su cadáver a Santiago de Cuba, hasta su entierro en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, ha sido compilada en tarjas y pancartas, que se expondrán en una confortable edificación para que todo el que llegue no solo aprecie el monumento, sino que sea capaz de comprender el hecho en todas sus dimensiones.
López Rodríguez destacó el aporte a ese propósito de los pobladores del serrano municipio, de empresas como la de Mantenimiento Constructivo y Forestal del Tercer Frente, de investigadores e historiadores liderados por la Doctora en Ciencias Aida Liliana Morales Tejeda, presidenta de la filial santiaguera de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y de especialistas de patrimonio de las provincias de Granma y Santiago de Cuba.
Los actuales esfuerzos, significó, son la continuidad del camino trazado por el médico y apasionado de la historia Manuel Sánchez Silveira, padre de Celia Sánchez, el primero en colocar una tarja en el sitio exacto donde cayó Céspedes, que por suerte se conserva, y de otros como los integrantes del Grupo Humbolt, perteneciente a la Sociedad de Geografía e Historia de Santiago de Cuba, que tras varias visitas describieron la zona e hicieron hasta un plano del recorrido del cadáver, y de Eusebio Leal Spengler, quien pronunció las palabras centrales en la inauguración del parque histórico y por deseo expreso hoy tiene en su tumba tierra de San Lorenzo.
A ellos, como a los habitantes de estos parajes, los une la certeza. Beber de la grandeza, enaltecer y venerar el ímpetu de Carlos Manuel de Céspedes es inspirar el futuro.