La joven asegura que este trabajo será una oportunidad para ser el sustento de su pequeña hija. Autor: Juan Carlos Dorado Publicado: 29/11/2023 | 11:11 pm
HORQUITA, Cienfuegos.— Mailén González Rizo amaneció ataviada con muchas más prendas de las que su diminuta anatomía acostumbra a vestir. Escondió cada tramo de piel tras esa carga de textil para estrenarse en un trabajo que conoce e ignora a la vez.
Difícil que alguien nacido y criado en El Puntillo, ubicado en Horquita, no tenga al menos noción sobre la siembra de papa. De hecho, mucho antes de que esta joven de apenas 18 años naciera, ya este lugar se había constituido como uno de los polos productivos más importantes del centro del país, distinguido en especial por el cultivo del tubérculo.
Las primeras horas de la mañana del 14 de noviembre último la encontraron junto a otras mujeres más entendidas, sentada en la estructura trasera de un tractor que recorre el surco con pausa mientras ellas depositan las simientes. Casi sin saberlo, González Rizo decidió estrenarse en la que constituye la mayor campaña de siembra de la última década.
A los trabajadores de las siete unidades productivas que asumen el reto corresponde plantar 560 hectáreas, por lo que les esperan jornadas bastante fuertes. Así que, hasta diciembre, González Rizo tendrá otras muchas despedidas matutinas cuando su pequeña de apenas un año aún no despierta.
«No pensé que este trabajo fuera así. Realmente, no podemos decir que es muy difícil, pero tampoco es tan simple. Primero hay que tener las habilidades para ir al ritmo de la máquina, echar las mejores semillas y rendir al máximo el tiempo que dure la jornada», comentó González Rizo al pie del surco.
Enormes máquinas de riego adornan como gigantes el campo donde pronto germinará la papa. Tanto los equipos reparados como los 11 de nuevo ingreso han sido disgregados en áreas de la Empresa Agropecuaria Horquita para garantizar la irrigación constante. En estas condiciones, se augura una cosecha de más de 10 600 toneladas, asunto que también requerirá de otras jóvenes para acopiar el tubérculo antes de que empiecen las lluvias.
González Rizo es consciente de que el trabajo ennoblece y le enorgullece saber que está en sus manos la oportunidad de ser ella el sustento de su pequeña. Pero lo que más le complace es que también tiene la posibilidad de seguir cultivándose profesionalmente.
«Incluso si les toca ser madres tan jóvenes como yo, no podemos perder de vista que la escuela es lo más importante. No se deja por nadie», aconsejó González Rizo a quienes se inician como padres tempranamente.
Por eso espera con ansias el otorgamiento de carreras en su centro escolar. Ella apostó por perfiles de la salud como farmacéutica y rehabilitación. Mientras, disfruta de la utilidad de sus manos para apoyar a su familia.