Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un ejército con brazos jóvenes

Con el deber de servir al pueblo en la defensa y en el desarrollo socioeconómico del país, el Ejército Juvenil del Trabajo llega a su medio siglo de creado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias

Autor:

Edel Alejandro Sarduy Ponce

Hay momentos tan valiosos adheridos a la historia de un país, por su trascendencia, su importancia, o quizá, por sus consecuencias y resultados para la posteridad. Esos sucesos, planificados o inéditos, conforman la epidermis de una nación, de la cual se nutre el presente, para construir el futuro.

No hubo brisa más acogedora o un sol tan brillante como aquel que renacía esa mañana del 3 de agosto de 1973 en Camagüey, pues con la llegada de ese día, encontraría su origen un batallón de guerreros jóvenes, sin contar con una mínima idea de todas las victorias y logros que alcanzarian con su empeño en las cinco décadas posteriores. Así nacía un nuevo ejército, pero no solo de combatientes, sino de trabajadores.

Imposible olvidar ese momento, en el cual el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, intercambió la gorra del sargento Alfredo Luis Fuentes, con el sombrero de yarey de Walter Pupo, miembro de la llamada Columna Juvenil del Centenario en aquel momento, gesto convertido en el símbolo de la fusión de dicha estructura con las unidades militares a cargo de la producción, quedando instaurado el Ejército Juvenil del Trabajo.

A medio siglo de existencia, las unidades que conforman las filas del EJT mantienen su eficacia y los deseos de aportar desde su posición para lograr una revolución más sostenible. ¡Y vaya que lo han logado!, pues esa fuerza con preparación militar centra su campo de acción en la esfera productiva, fundamentalmente.

De vuelta a las raíces

Según recoge la historia, esta agrupación dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias despliega las tradiciones efectuadas por el Ejército Rebelde en su momento, que además, de sus objetivos primarios, logró participar en otras tareas de índole social y económica.

Su surgimiento fue a causa de la necesidad de combinar en una sola estructura todos los esfuerzos requeridos en aquel contexto correspondientes a la agricultura, para lograr un trabajo más conciso y organizado, lo cual iba a propiciar la obtención de resultados de una forma más rápida. De ahí la fusión de las fuerzas armadas destinas a la producción con la Columna Juvenil del Centenario, encargada es esos trabajos antes de la fundación del ejército.

Han sido incontables las acciones realizadas por los jóvenes integrantes del EJT en el ámbito económico y social. Estas abarcan desde el campo productivo, el trabajo agropecuario, el sector de la salud y la higienización, así como acciones para la protección del medio ambiente, el cuidado de la flora y la fauna nacional, hasta medidas para el uso racional de los recursos naturales.

El rescate de cultivos como el café y el cacao, la participación en las zafras azucareras, la construcción de edificaciones económicas como escuelas al campo o industrias, los aportes realizados en la reparación y el mantenimiento de las líneas del ferrocarril, así como campañas higiénicas como la desplegada en contra de la eliminación del mosquito Aedes aegypti, son solo algunas muestras de la enorme labor bajo la obra de los jóvenes miembros del EJT.

Cuna de jóvenes comprometidos

Si bien las unidades del ETJ desempeñan un rol esencial al interior de las actividades productivas de la Isla, sus aportes no cesan ahí, pues constituye más allá de un grupo, de un ejército, una familia y, a la vez, una gran escuela para los muchachos que integran sus filas.

Los miembros de este singular ejército son en su gran mayoría jóvenes en el cumplimiento de su servicio militar activo. Estos muchachos desempeñan las tareas asignadas, contando con la posibilidad opcional de integrar sus filas de forma permanente una vez concluido su período de acción en la unidad correspondiente.

Los jóvenes son dotados de los más disímiles valores morales para su crecimiento personal, acordes con la responsabilidad, la independencia, la disciplina y el amor a la Patria presentes en todo ciudadano de bien.

También son preparados en los ámbitos deportivos, cultural y académico, a través de eventos, actividades y diversas iniciativas, otorgándole la posibilidad de encontrar o pulir talentos propios. Por eso, a medio siglo de su surgimiento, en tiempos realmente complejos debido a la situación económica que vive el país y la constante incidencia de la gran potencia del norte, el rol de estas unidades duplica su valía.

La utilidad de sus labores alcanza un grado superlativo en materia de ayuda al mantenimiento de una sociedad más sostenible, por tanto, de su constante trabajo al servicio de la producción nacional depende una parte del mejoramiento de la situación actual de la Isla. La actitud y espíritu incansable característicos del EJT, deben mantenerse intactos, como mismo estuvo presente en 1973, esos 50 años de esfuerzo, y seguramente, durante muchas décadas más.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.