Se ha trazado un plan económico que busca llegar a un crecimiento del producto interno bruto del tres por ciento, con respecto a 2022. Autor: Nelson Rodríguez Roque Publicado: 24/10/2022 | 11:41 pm
Hemos comenzado a caminar por el 2023 y, como es lógico, no se deja de pensar en cómo mejorará nuestra vida cotidiana tan afectada en los últimos tiempos. Abrimos las puertas de un año en que apostamos porque nuestra economía logre verdaderamente el despegue que necesitamos. Sabemos que nada «nos va a caer del cielo» y que el éxito en esa cuesta arriba dependerá de muchos factores, entre ellos el trabajo colectivo y la resistencia creativa de la cual hicimos gala en los últimos largos 12 meses.
En amplio intercambio con directivos y funcionarios del @MEP_CUBA puntualizamos hoy las principales prioridades y tareas del 2023. A trabajar duro, con unidad, optimismo y seguridad de que sí se puede, ese es el camino para alcanzar los objetivos y metas del Plan.#JuntarYVencer pic.twitter.com/8mhIT5nXRD
— Alejandro Gil Fernández (@AlejandroGilF) January 4, 2023
Para unirnos en esa certeza, se ha trazado un plan que busca llegar a un crecimiento del producto interno bruto del tres por ciento, con respecto a 2022. Hay en ese posible aumento un fundamento concreto y viable, pues se han creado condiciones para ello, como explicó el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, recientemente en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Hacia esa mayor celeridad en la recuperación gradual influirán los resultados de las recientes giras internacionales de la dirección del país, con acuerdos concretos para la economía en sectores estratégicos; el gran interés que existe por Cuba —a pesar del recrudecimiento del bloqueo—, demostrado durante la recién finalizada Feria Internacional de La Habana, y fortalezas como la recuperación más dinámica del turismo y la diversificación y complementariedad de los actores económicos.
Sin embargo, Cuba deberá enfrentar todavía situaciones muy adversas: la escasez de divisa libremente convertible, que es el factor crítico en todos nuestros procesos económicos para lograr alcanzar la revitalización en la producción y los servicios, así como el recrudecimiento del bloqueo norteamericano que sigue intacto y el incremento de los precios de las materias primas e insumos, fundamentalmente de los alimentos y los combustibles.
Para desafiar estas realidades, nos toca también resolver las deficiencias en el sistema empresarial y avanzar en las trasformaciones propuestas; corregir los errores al aplicar las políticas para los nuevos actores económicos, lograr una planificación estratégica y financiera, menos administrativa y burocrática; potenciar el desarrollo territorial y local, así como perfeccionar el comercio interior.
También es necesario buscar vías para abastecer las tiendas en moneda nacional y mejorar las ofertas desde la producción nacional, urge escuchar a la gente y beber de la sapiencia popular y enfrentar esos a pillos de temporada, que devenidos en «cuidadores de colas», se han convertido en auténticos coleros, acaparadores y revendedores de los escasos productos que podemos adquirir.
Como decía el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en diciembre último en el Parlamento, no es secreto que en los últimos años se han producido importantes desequilibrios macroeconómicos que «se expresan principalmente en los niveles de inflación, escasez de oferta, depreciación e inconvertibilidad de la moneda nacional, fenómenos que han producido un deterioro sustancial del poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y pensionados, y de las condiciones de vida de la población».
Entonces, urge resolver esos desequilibrios económicos, algo concebido en el Plan de la Economía de este año, el cual arroja luces; pero que alcanzarlas, al decir del Jefe de Estado, «implica trabajar duro, innovar, aplicar la economía circular, exportar y aumentar la competitividad de nuestras producciones». Son estos tiempos de «sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas y superar la autocomplacencia». Solo así y trabajando con pasión y con ganas podremos superar contradicciones, vencer obstáculos y que venga realmente la esperanza.