Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Autor: Estudios Revolución Publicado: 03/11/2022 | 11:16 pm
En Mantua —a más de 200 kilómetros de La Habana— el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, siguió la votación contra el bloqueo que tuvo por sede este jueves a las Naciones Unidas.
Allí donde se lidia hace más de un mes con los daños dejados por un huracán de gran intensidad y hace más de 60 años —como en la Isla toda— contra el huracán permanente de la hostilidad del Gobierno de Estados Unidos, el mandatario fue testigo de cómo la pantalla de la Asamblea General se iba pintando de verdes, por encima de poquísimos puntos amarillos y rojos. Fueron 185 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones sobre la resolución que por 30 años ha presentado Cuba.
Los puños en alto, en señal de conmovedora victoria, y los aplausos en una pequeña y modesta sala donde hasta ese minuto se hablaba de más de mil viviendas dañadas (44% recuperadas), del restablecimiento del servicio de agua, de la electricidad y de las comunicaciones en el municipio, fueron la esencia de esta jornada en Pinar del Río. En otras palabras, un país que sufre un brutal bloqueo y se levanta todos los días para saltarlo.
Era la octava visita del Jefe de Estado al territorio desde aquel 27 de septiembre, cuando el huracán Ian entró por La Coloma y salió por Puerto Esperanza, derribando todo lo que pudo a su paso.
Esta vez la ruta fue Sandino, Guane y Mantua, que han ido recuperando la cotidianidad, con las heridas aún abiertas de sus viviendas dañadas: 2 106 en Sandino; 4 352 en Guane y 1 166 en Mantua.
«Es significativo que precisamente cuando se está produciendo ese respaldo a Cuba estemos aquí en Mantua, estemos aquí en Pinar del Río, compartiendo con nuestro pueblo, porque precisamente ese reconocimiento de la comunidad internacional en la lucha contra el bloqueo, además de reconocer los valores de la Revolución Cubana, es un reconocimiento a la heroicidad de ese pueblo del que todos formamos parte», dijo Díaz-Canel a decenas de mantuanos que se concentraron en el pueblo cuando supieron que por allí andaba el Primer Secretario.
En lo que se asemejó más a un sentido acto de fervor por la reciente y rotunda victoria, que a uno de los intercambios habituales que se dan en estos recorridos, el mandatario señaló que con un bloqueo recrudecido, más el paso de un ciclón que nos devastó, nuestro pueblo ha hecho hasta lo imposible y en todos los municipios de la provincia se ha trabajado muy duro. «Esa heroicidad del pueblo cubano es la que promueve que el mundo nos comprenda y nos apoye», sentenció.
Este recorrido había iniciado por Sandino, donde el Presidentevisitó un organopónico y el Combinado Lácteo del municipio; e intercambió con las autoridades locales y el pueblo sobre la recuperación del territorio, el más occidental de la provincia. A ellos reconoció la agilidad con que «se pusieron de pie» y la solidaridad puesta en marcha cuando sus brigadas, luego de recuperar lo dañado allí, se movieron a otras localidades.
Díaz-Canel —acompañado en todo el recorrido por el vice primer ministro Alejandro Gil Fernández y por Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República y coordinador de los CDR— se trasladó luego hasta Guane, donde visitó la Planta de impregnación de postes para telefonía y electricidad, con altísimademanda en esta fase recuperativa. También estuvo en la escuela primaria Celestino Pacheco, ya rescatada de los destrozos dejados por Ian y que ha podido seguir su curso docente.
El Jefe de Estado visitó después a María de los Ángeles Dorta, conocida en el barrio como Pupy, a quien se le construye una confortable vivienda de madera con dos cuartos, sala, cocina y baño (de mampostería y placa). Este es un proyecto piloto, que se levanta en unos diez días y que por su fortaleza y facilidad en la construcción debe extenderse su uso en la provincia.
Aquí el mandatario llegó también hasta el aserradero Combate de las Tenerías, uno de los más grandes del país, donde el ajetreo es constante de cara a la zafra tabacalera y la recuperación de viviendas.
Y todo esto sucedía mientras en la ONU el mundo cerraba filas con Cuba en su batalla contra el bloqueo, y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla hablaba por esta Isla que resiste y crea: Lo hago, dijo, «en nombre del valiente, noble y digno pueblo de Cuba, que a pesar de las adversidades no ha sido ni será derrotado; en nombre de nuestras niñas, niños y jóvenes, que se oponen a las políticas de odio, pero sufren sus crueles efectos; en nombre de las generaciones de cubanas y cubanos que han nacido y de los que van a nacer bajo el sistema de medidas coercitivas más cruel y prolongado que se haya aplicado jamás contra país alguno y que debe ser abolido por el bien de todos».