Durante el intercambio, el gobernador de La Habana, Reynaldo García, explicó que adoptaron la decisión de construir en otras zonas las casas de los 106 núcleos familiares que viven a 20 y 50 metros del río, para evitar que se repitan las afectaciones por inundaciones.
Al respecto, Díaz-Canel insistió en que las personas deben participar en la construcción de sus viviendas y precisó a las autoridades la responsabilidad de que esas áreas no vuelvan a ser habitadas.
Enfatizó que los nuevos inmuebles deben ser casas decorosas y conoció que en un primer momento serán priorizadas las viviendas de peor estado constructivo ubicadas a 50 metros de las márgenes del río.
Las autoridades del Partido y el gobiernos de la mayor de las Antillas y de la capital cubana recorrieron los caminos interiores de El Fanguito e intercambiaron con los vecinos sobre condiciones de vida y la participación de los pobladores en la construcción y reparación de sus hogares.
Díaz-Canel entró a las casas, saludó a los niños, sostuvo en sus brazos a un nuevo hijo de este barrio, y llegó hasta el proyecto comunitario La Bibliocasa, iniciativa que calificó de emancipadora y a la que prometió ayudar con otros textos. Asimismo, explicó a los habitantes que la Revolución del presente es cambio que todavía sigue.