Si algo define a las juventudes que empujan un país con compromiso, inteligencia y amor, son estos versos entrañables del trovador Vicente Feliú: «créeme que quiero ser machete en plena zafra/Bala feroz al centro del combate».
A esa fuerza de avanzada, a quienes llevan tatuadas en su corazón las cuatro letras que nombran nuestra Patria, estuvo dedicada, la víspera, la gala política-cultural por el aniversario 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el 61 de la Organización de Pioneros José Martí, a la que asistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En la velada, efectuada en el Salón Universal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, entregó un reconocimiento al General de Ejército Raúl Castro Ruz —que recibió el mandatario cubano— por su consagración, lealtad, y por dedicar su vida a esta tierra y sus sueños. Similar estímulo merecieron los comandantes José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés Menéndez, invitados especiales.
Una pintura que recrea a un Fidel quijotesco, del artista holguinero Cosme Proenza, obsequió a las nuevas generaciones de cubanos, el miembro del Buró Político del Partido y ministro de las FAR, el general de cuerpo de ejército Álvaro López Miera, por estos ser continuidad del legado histórico que le antecedió.
«Creer que es hora de autocomplacencias o aplausos sería imperdonable. Existen muchas amenazas al acecho, planes bien trazados para apartarnos del camino (…) La historia atestiguará que, ante cada prueba, los hijos más jóvenes de esta tierra tienen bien claro el reto de vencer lo difícil y elegir un proyecto de vida tejido por la solidaridad y los intereses colectivos.
«Tenemos necesarias motivaciones para creer que siempre seremos más los que anclemos los sueños en esta Isla y luchemos por ellos», afirmó Aylín Álvarez, al pronunciar las palabras centrales del acto. Y ante un auditorio colmado de rostros y almas jóvenes, la máxima dirigente de la UJC sentenció: «Las banderas de la continuidad jamás serán arriadas. La hora de crear y de defender el socialismo siempre será la hora de los jóvenes cubanos».
El canto a las profundas raíces de la identidad nacional desde el repentismo, la tradición coral, la trova, la poesía y la música afrocubana, matizaron el espectáculo que se destacó por su belleza y brevedad.
Antes de retirarse del teatro, el Presidente Díaz-Canel se dirigió a los presentes y les dijo «Felicidades juventud, ¡vamos con todo!», y en aquel saludo estuvo implícito el orgullo por sus muchachas y muchachos, y la voluntad de seguir contando con ellos para grandes tareas.
Junto a los jóvenes, también estuvieron otros miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del Partido, representantes del Gobierno, de las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, así como una representación de pioneros y jóvenes de la capital.
