El Presidente de la República recorrió este jueves la finca Nazareno, en la provincia de Mayabeque. Autor: Estudios Revolución Publicado: 14/10/2021 | 08:45 pm
«eS una muy buena experiencia, ahora lo que necesitamos es multiplicarla». Con esa frase, contundente y sin titubeos, resumió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la visita que realizó en la mañana de este jueves a la Unidad Básica de Producción «Nazareno», ubicada en el municipio de San José de las Lajas, en la provincia de Mayabeque.
Nacida a finales de 1963, del empeño del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, la finca pertenece hoy a la Entidad de Ciencia, Tecnología e Innovación (ECTI) Plantas Proteicas, y se ha convertido en un pilar esencial para el desarrollo de la fase agrícola de diversos proyectos experimentales y la alimentación animal con plantas proteicas.
Como quería y soñaba Fidel, las 60 hectáreas de que dispone la entidad son un «gran laboratorio», cuyo objetivo esencial es encontrar caminos para mejorar la salud y la alimentación del pueblo.
En la actualidad, allí no solo se promueve la siembra de plantas proteicas como la Sacha Inchi, la Cratylia, la Moringa y la Morera, sino que en sus propias áreas se emplean como alimento para el ganado bovino, los cerdos de ceba, los conejos, las gallinas rústicas y la ceba de ovejos en áreas estabuladas, o tarimas.
Precisamente por estas últimas instalaciones inició el Presidente Díaz-Canel su recorrido este jueves, donde pudo apreciar cómo se desarrollan los 64 animales que en estos momentos están en el proceso de ceba en tarima. Minutos antes, el mandatario había participado de manera virtual en una nueva sesión del Consejo Supremo Económico Euroasiático.
De acuerdo con la explicación ofrecida por Norma Reyes Rodríguez, administradora de la Unidad Básica de Producción, los animales entran a estas áreas con unos 15 kilogramos de peso y aproximadamente en cinco meses alcanzan entre los 35 y 45 kilogramos, momento a partir del cual ya están listos para el consumo. Comentó, además, acerca de la recuperación de otra nave en la cual tienen cien reproductoras de carnero que permitirán fomentar la masa y tener más carne.
Lo logrado en esta finca ha demostrado que cuando se aprovechan conocimientos y recursos —aunque sean rústicos— es posible obtener buenos resultados. «Esta es la vía para lograr más producciones», comentó el mandatario cubano, quien insistió en la necesidad de multiplicar con agilidad las experiencias en cada lugar del país que sea posible.
Al respecto, el vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca detalló que se han seleccionado 422 fincas en todo el territorio nacional para desarrollar las técnicas que aquí han demostrado su efectividad desde hace varios años. No obstante, es válido reconocer que en los últimos años se han potenciado en algunos territorios los conceptos promovidos por Fidel, aunque todavía no se logra que se aprovechen en toda su magnitud.
Acompañado también por el ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, y las máximas autoridades del Partido y el Gobierno de Mayabeque, el Jefe de Estado recorrió otras áreas de la unidad en las cuales pudo apreciar cómo avanzan el desarrollo de reproductoras y sementales ovinos, así como la cría de conejos. De igual manera, conoció acerca de la siembra de frijol, plátano, maíz, yuca, boniato y acerola, una fruta que se comenzó a cosechar allí por iniciativa del Comandante en Jefe.
Asimismo, enfatizó en la importancia de tener presentes conceptos esenciales como el fomento de la genética para que no haya cruzamientos entre razas; diversificar las producciones con los derivados de la leche; promover la mecanización de diferentes labores en la medida de las posibilidades; y sembrar todo lo que se pueda, porque si no sembramos no tenemos comida.
Nazareno es lugar de referencia obligada para conocer sobre modos de hacer que permiten aprovechar mejor las potencialidades de cada palmo de tierra y el conocimiento de nuestra gente. La máxima de trabajo ha estado clara aquí desde siempre, aseguró Norma a la prensa: «Hay que pensar en no importar pienso, sino en desarrollar las cosas que tenemos en el país para poder tener más comida».
El bloqueo nos afecta —reconoció la experimentada trabajadora— pero lo que más nos afecta, es no trabajar y no producir lo que necesitamos para vivir.
En Nazareno, donde Fidel soñó y materializó tantos experimentos agrícolas pensando en la alimentación del pueblo, el reto sigue estando en extender las múltiples y enriquecedoras experiencias que allí se ponen en práctica para contribuir a incrementar la producción de alimentos en Cuba.