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Revive la «enemiga» de La Farola

De interés nacional y con tantas ventajas como lo que cuesta, la reparación capital de este vial os del oriente cubano avanza al amparo de una inversión que supera los 50 millones de pesos

Autor:

Haydée León Moya

 

Baracoa, Guantánamo.— No es, digamos, un vial cualquiera. Por lo que cuesta, por el impacto social y económico, y por lo que depara la naturaleza a quienes viajan por ella, es monumental la carretera de 67,2 kilómetros de longitud que se reconstruye entre Baracoa y el municipio holguinero de Moa.

La obra, iniciada en 2015, comenzó a avanzar con celeridad a raíz de los embates del huracán Mathew que, entre sus múltiples daños, hizo sucumbir las hasta entonces potentes estructuras del puente sobre el río Toa, dejando incomunicada a la Primada de Cuba con una de las zonas industriales más importantes del nororiente cubano.

Y fue la nueva pasarela sobre el más caudaloso de Cuba el primer objeto de obra de una inversión que demuestra la prioridad del Estado cubano de ejecutar su presupuesto con fines económicos, pero sobre todo sociales, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, recrudecido a raíz de la COVID 19.

La obra anda con buen paso sobre un terreno montañoso donde predominan las múltiples curvas y los suelos de alto contenido de metales, como hierro, magnesio, cromo, cobre, níquel y cobalto, que ponen a prueba la pericia de especialistas, técnicos y obreros de la construcción, pertenecientes a una decena de empresas de ambas provincias.

Con pavimentación ya se benefician más de 10 kilómetros, pero la tarea demandará en total unas 100 mil toneladas de asfalto, y su costo final supera los 50 millones de pesos.

«La vieja carretera (28,5 kilómetros ubicados en el municipio Moa y 38,7 en Baracoa), presentaba daños por desgaste en el pavimento flexible, estructuras incompletas, baches o pérdida total del pavimento asfáltico caliente, entre otros problemas técnicos», dijo a Juventud Rebelde Pavel Rodríguez Rodríguez, director del Centro de Vialidad de la vecina provincia, entidad inversionista sobre la que recae el mayor peso de las labores.

Por eso, explica el joven ingeniero civil, antes de comenzar a «tirar» el primer tramo de pavimento fue necesario demoler 7,3 kilómetros (km) del vial, construir nueve kilómetros de terraplenes y 7,74 km de paseos, además de estabilizar otros 6,3 km de suelos con cemento, fortalecer 3,7 km con base pétrea y construir o desobstruir numerosas alcantarillas y 9,9 km de drenaje soterrado.

Y no es todo: Será preciso un trabajo similar en los restantes 57,2 kilómetros de esta carretera y reparar 24 puentes, en nueve de los cuales ya es un hecho la fundición de juntas y dos están en ejecución.

Hoy las labores se centran en la pavimentación. Por un extremo avanzan las brigadas de la mayor empresa constructora de la ciudad del Guaso, y por el otro un colectivo holguinero de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería ECOI-17.

«En dependencia de las posibilidades financieras y de recursos, esta obra tendrá continuidad en los planes anuales de la Economía hasta completar la reconstrucción o reparación de toda la vía y los puentes pendientes de intervención», precisó Rodríguez Rodríguez.

Al destacar la importancia de la ruta, el directivo destaca ante todo que su terminación beneficia directamente a 86 mil habitantes de 26 asentamientos poblacionales de los dos municipios implicados, e indirectamente a otros 62 mil que se movían a diario por la zona en diversos medios de transporte.

Las labores de pavimentación han podido avanzar más gracias a la moderna planta de asfalto instalada en Baracoa.

Ocho rutas de transportación pública podrán reactivarse, cuando termine la reparación, para facilitar el acceso a una veintena de instalaciones de salud de esa región, 30 de educación, 16 industrias, 28 bases de producción agropecuaria y 49 centros de servicios, incluyendo 12 del turismo.

Precisamente para ese último sector, que tiene en Baracoa un importante polo, el mejoramiento de la carretera facilitará el flujo de visitantes extranjeros desde y hacia la Primera Villa de Cuba, pues disminuye en casi 150 kilómetros la distancia de las excursiones que se comercializan desde Holguín, e incluyen entre sus opciones la visita y/o estancia en el Parque Nacional Alejandro de Humbolt.

La presencia del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la terminación del más complejo objeto de obra de la carretera Moa-Baracoa, es resaltada por el ingeniero civil Pavel Rodríguez Rodríguez como muestra de la prioridad que para el país tiene esta inversión.

La prioridad de esta inversión responde también a resolver las dificultades para la transportación terrestre que tiene como origen y destino a la Primada, hoy limitada al viaducto La Farola, lo cual alarga en 75 kilómetros los itinerarios nacionales de cargas y pasajeros, así como el movimiento en vehículos automotores privados.

Viajar por la carretera Moa-Baracoa no solo da la posibilidad de encontrarse con una belleza natural de asombro en un entorno en el que abundan cascadas, playas y monte virgen, o la posibilidad de usar puertos alternativos al de Santiago de Cuba y evitar el uso de patanas para trasladar mercancías hacia el Norte oriental de la isla, con los riesgos que para la navegación significa el Paso de los Vientos.

Es, por añadidura, un asunto de seguridad vial, pues hoy circulan por La Farola, pródiga en curvas y rasantes sumamente peligrosas, decenas de rastras cargadas, por ejemplo, de combustible, procedentes de la ciudad de Guantánamo.

 

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