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Familias cubanas: diversidad respetada

Desde el reconocimiento de los múltiples desafíos jurídicos, sociopolíticos y sanitarios existentes en nuestra sociedad para legitimar y proteger las nuevas formaciones familiares y dentro de estas las familias homoafectivas, se desarrolló el foro debate Deconstruyendo mitos entorno a las familias y parejas homoafectivas como parte de la XIII Edición de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Madre, padre e hijo…Abuelos y nietos…Madre soltera y bebé… Tía y sobrino…Dos padres y una hija…Dos madres y un hijo…En pleno siglo XXI, ¿existe un modelo único de familia?

El No rotundo es la primera respuesta a esta interrogante porque si determinadas personas comparten un proyecto vital común, con sus responsabilidades, roles y afectos y son capaces además de establecer relaciones intensas de intimidad, reciprocidad y dependencia, ¿por qué hay que dudar en torno a la legitimidad de nombrarlos familia? ¿Continuaremos etiquetando de “normal” solo al modelo hegemónico imperante y dejando fuera las familias monoparentales, las reconstituidas, las sustitutas, las reensambladas, las extensas y ampliadas, entre otras…?

Para dialogar sobre el tema a partir de la esencia básica de que sigue siendo la familia el hábitat natural del ser humano y su primera instancia de socialización pero en constante evolución, y sin discriminar los diversos tipos de familia que se generan en los tiempos actuales, se desarrolló el foro debate Deconstruyendo mitos entorno a las familias y parejas homoafectivas como parte de la XIII Edición de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, liderado por las especialistas del Centro Nacional de Educación Sexual  Lilian Rosa Burgos Martínez y Delia Rosa Suárez Socarrás y la doctora Patricia Arés Muzio.

Mitos, falsas creencias sustentadas en elementos irracionales o con total desconocimiento pero que, sin dudas, condicionan de forma negativa la vida de las personas, propician la rigidez de los prejuicios y favorece la estigmatización, incluso en Cuba, donde  también se reconoce la multiplicidad de tipologías de familias, influenciadas por factores demográficos determinantes como la inserción laboral de las mujeres, la reducción del número de hijos por parejas, el envejecimiento de la población, las migraciones, entre otros.  

Conscientes de que las familias homoafectivas muestran la misma capacidad que otras para ejecutar autoridad, educar en los valores socialmente avalados, entregar amor a sus miembros, lograr apegos seguros y proporcionar la seguridad necesaria para el desarrollo y el crecimiento adecuado de niños y niñas, las moderadoras insisten en que la orientación sexual de las personas no incide negativamente en la crianza sino aquellas  pautas no saludables.

Obstaculizar el ejercicio pleno de los derechos sexuales de estas personas que conforman este modelo familiar violaría lo establecido en la actual Constitución de la República de Cuba, en la que se introduce el concepto plural de “familias” en su Capítulo III para reconocer la importancia de trascender el modelo más tradicional por la confluencia en nuestra sociedad de múltiples configuraciones familiares.

Sobre la base del respeto a la diversidad de opiniones, el  espacio virtual transcurrió a través de la plataforma https://entrediversidades.nat.cu y fue evidente, en el intercambio, que no es precisamente la estructura de las familias sino su funcionamiento lo que las hace armónicas o no.

En respuesta a las preguntas y opiniones compartidas, la doctora Patricia Arés Muzio afirmó que se acepta la diversidad familiar en Cuba, pero que, lamentablemente, la familia homoafectiva no tiene la misma visibilidad y protección legal. «Es algo que estamos discutiendo para el nuevo código. Los criterios de rechazo o aceptación no siempre se fundamentan en argumentos científicos sino en prejuicios. Se están desarrollando varias acciones para que estas familias existentes en Cuba sean aceptadas socialmente y tengan protección legal, y por ello es importante lo que se pueda hacer desde el punto de vista educativo para ir creando sensibilidad social y un mayor respeto a la diversidad. No basta con que aparezca en el código, es necesario mover conciencias e ir desarticulando argumentos».

Arés Muzio insistió en que todo lo que hacemos hoy será para conquistar un futuro mejor. “Hay que confiar mucho que en habrá prejuicios que se irán desterrando con el tiempo. Hubo prejuicios con el aborto, con el divorcio, con la familia monoparental y ya hoy no existen . Espero que la familia y pareja homoparental terminen teniendo el mismo rumbo. Hay que seguir desarticulando los imaginarios sociales”.

Abordó las acciones principales: Las legales ( re escritura y procesos de discusión del nuevo código), las educativas (acciones de sensibilización); las científicas, que implican las investigaciones de estas familias en nuestro país, sus particularidades, necesidades y demandas y las comunicativas, que implican realizar estrategias a través de medios y redes sociales para ir desmontando mitos y prejuicios.

«Se trabajará con mucho ahínco, sabemos que no es fácil porque existen sectores muy conservadores pero contamos con una constitución aprobada que le ofrece una sombrilla legal. De no ser aprobado este nuevo código no solo se verán vulnerados los derechos de este tipo de familia sino también otros importantes que quedarían en un limbo jurídico, además de que mostraríamos al mundo un rostro obsoleto y conservador. El progreso siempre es hacia adelante».

La psicóloga comentó que en Cuba tenemos ya una serie de investigaciones que dan cuenta de las fortalezas y debilidades de diferentes tipos de familia. «La familia homoparental no marca diferencias en cuanto al desarrollo normal de su descendencia, tampoco su funcionalidad se ve afectada por el hecho de la orientación sexual. Son familias que tienen fortalezas comparadas en cuanto a la flexibilidad de roles y el poder».

Aseguró que las familias lésbicas, por ejemplo, funcionan más desde el anonimato e invisibilidad, ya que dos mujeres viviendo juntas no produce la misma sospecha que dos hombres. «El problema aquí no es la orientación sexual sino la cultura homofóbica que hace complicada la relación con la familia de origen y con el normal ajuste social que implica aceptación y normalización».

La licenciada Lilian Rosa Burgos Martínez respondió a aquellos que inquirían sobre el momento de que se plebiscite el Código. «El trabajo de divulgación y concientización sobre los contenidos fundamentales del Código se ha venido desarrollando desde diversas instituciones, grupos y activistas que defienden los derechos de personas LGBTIQ. Este trabajo previo es fundamental para sensibilizar a la población cubana al respecto».

Destacó que la Constitución de la República vigente promueve la igualdad de todas las personas, sin distinciones por motivo de color de la piel, género, identidad de género, edad, etc...y se proclama en contra de la violación de este principio de igualdad.

«El código penal en su capítulo VIII comprende los delitos que atentan contra el derecho a la igualdad. La discriminación como acto amenaza este principio. Esto es algo que ya tenemos adelantado desde las normas jurídicas. Necesitamos seguir sensibilizando y capacitando a educadores, operarios del derecho, profesionales de diversos sectores sociales, para que denuncien y resuelvan con efectividad y justicia tales actos».

La Licenciada Delia Rosa Suárez Socarrás se refirió a las situaciones de exclusión para distintas familias como las homoafectivas, como consecuencia de la existencia de patrones hegemónicos en los modelos de familia.

«Sigue siendo un tema pendiente y a debate en nuestro contexto porque si bien estamos hablando de minorías, lo cierto es que son personas que no gozan de los mismos derechos que otras, como el derecho a formar una familia, que trasciende la tenencia de hijos/as/es.

«Las modificaciones al Código serán llevadas a consulta popular y referéndum. Si después el Código no quedara redactado de forma que se garanticen los derechos de todas las personas, pues el proceso deberá pasar a manos de las decisiones oportunas de nuestra Asamblea. Lo que será inadmisible es aceptar un Código de Familia que sea anticonstitucional».

 

 

 

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