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La economía cubana hacia la «era» posCOVID-19

Hoja de ruta que da continuidad a los documentos rectores de la sociedad cubana aprobados en los recientes congresos del Partido, y la nueva Constitución de la República

Autor:

René Tamayo León

EL paradigma neoliberal se está haciendo añicos. El casi centenario Henry A. Kissinger, una de las mentes más lúcidas y taimadas del imperialismo estadounidense, lo reconocía entrelíneas (dudo que a él lo traicione el subconsciente) en un reciente artículo para The Wall Street Journal.

«Las naciones son coherentes y prosperan con la creencia de que sus instituciones pueden prever calamidades, detener su impacto y restaurar la estabilidad. Cuando termine la pandemia de Covid-19, se percibirá que las instituciones de muchos países han fallado (...)». (1)

Fue él uno de los que más y mejor movió los hilos de la geopolítica para la imposición del neoliberalismo en el mundo a partir de los años 70 del pasado siglo. Y el neoliberalismo es lo que subyace en el fracaso de los sistemas sanitarios de muchos países para contener la pandemia y proteger a su gente.

«La realidad es que el mundo nunca será el mismo después del coronavirus. Discutir ahora sobre el pasado solo hace que sea más difícil hacer lo que hay que hacer», dicen las dos últimas oraciones del párrafo que citamos arriba.

El texto de Kissinger en WSJ es uno de los medios para un fin más perverso todavía: «El esfuerzo de crisis, por extenso y necesario que sea, no debe desplazar la urgente tarea de lanzar una empresa paralela para la transición al orden posterior al coronavirus», en el que Estados Unidos (resume este redactor) tiene que conservar su supremacía.

En medio de un correlato sobre «proteger a sus ciudadanos de la enfermedad», este «cerebro detrás de las bambalinas» llama a preservar lo que denomina «los principios del orden mundial liberal» desde la sinopsis del artículo, cuando persuade al Gobierno de EE. UU., o mejor aún, a los poderes reales, a «comenzar el trabajo urgente de planificar una nueva época».

El mundo en la «era» posCOVID-19 ya no será el mismo. Mas no necesariamente, mejor. Y bastante mal andaba antes de que viniera la pandemia. Soy pesimista. Las «manos peludas» de los poderes hegemónicos ya están moviendo sus hilos. Alerta.

Cuba con luz larga

En el nuevo escenario que se abre, aunque todavía se está configurando, hay que pensar diferente. Muchas cosas habrá que hacerlas de otra manera. Cuba no solo ha «tomado nota», sino que empieza a actuar para lo inmediato y para el «después».

Es lo que interpreta este redactor, de la reseña publicada este martes en los medios de comunicación sobre la sesión plenaria de abril del Consejo de Ministros, que aprobó un ajuste al Plan de la Economía 2020, así como indicaciones para la elaboración del Plan y el Presupuesto de 2021. (2)

El propósito —se indica— es «dar una respuesta organizada, sin improvisaciones, a los efectos que la pandemia generada por la COVID-19 tendrá en el desarrollo inmediato de Cuba», lo cual permitirá «conducir el país de manera más objetiva y crear las condiciones para su recuperación».

Cuba no se duerme en medio de sus laureles... y de sus «espinas» (las propias y las que constantemente nos «tira» —y «a matar»— el Gobierno «del Norte»). Cuba siempre mira más allá.

El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, lo deja claro: «No podemos conformarnos —dice la reseña— con el ajuste al Plan y la planificación para 2021, porque estamos enfrentando una crisis mundial». En ese difícil contexto, «tenemos que salir con cosas distintas, y preparar una Estrategia de Desarrollo Económico y Social, donde se ratifique que no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera».

La estrategia busca atenuar los efectos sobre nuestro país de la actual crisis sanitaria y económica mundial. Abarca todos los sectores de la economía nacional. Mantiene nuestras conquistas en justicia social, equidad, oportunidades sociales para los de menores ingresos, políticas públicas que ayuden a los más vulnerables... No podía ser de otra manera.

Es una mirada holística, de largo aliento, que debe conducirnos en «el camino hacia el próximo Congreso del Partido».

Constituye una hoja de ruta que tiene su fundamento y da continuidad a los documentos rectores de la sociedad cubana contemporánea aprobados en los recientes congresos del Partido: los Lineamientos de la Política Económica y Social, la Conceptualización del Modelo y las Bases del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, así como a la Constitución.

Díaz-Canel planteó la necesidad, por ejemplo, de dirigir el trabajo de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo en función de evaluar «cómo, de una manera más rápida, más decidida, más organizada, implementamos un grupo de cuestiones que están pendientes», entre ellas la definitiva puesta en marcha de algunas formas de gestión y propiedad y el redimensionamiento del sector empresarial y del privado. 

 Rondan las 500, las medidas del Gobierno para enfrentar la COVID-19. Desde enero el Consejo de Ministros aprobó un Plan para la Prevención y control de la amenaza. Entonces China reportaba unos pocos miles de casos infectados por «un» coronavirus, escasos países tenían presencia de él, se informaba la muerte de poco más de un centenar de personas, y la Organización Mundial de la Salud pedía a los Gobiernos del mundo estar alertas y actuar para prevenir el contagio,

Se creó a la par un grupo temporal de trabajo para dirigir las acciones de prevención y preparación ante el evento, como mismo se hizo en el pasado para el Ébola y el H1N1. (2)

Más adelante —en marzo—, con un perfil claramente económico, pues al frente se designó al vicepremier y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, el Gabinete estableció otro grupo temporal de trabajo, encargado de presentar nuevas medidas para fortalecer el enfrentamiento al virus. (2)

En un contexto donde se arrecia el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de EE. UU. contra el pueblo cubano, en los últimos meses hemos sido testigos de un ingente y fructífero esfuerzo de la dirección del país, con decisiones a todas luces muy bien pensadas y consensuadas.

Aunque trascendió poco del encuentro, uno de los puntos culminantes debió ocurrir el pasado 17 de abril, cuando el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido, presidió una reunión de análisis sobre la situación en el país, donde se pasó revista al plan para la prevención y control del SARS-CoV-2, y fueron evaluadas las afectaciones al desempeño de la economía nacional generadas por la pandemia y las medidas para mitigar sus efectos en la población.

La Revolución es una actualización permanente frente a cada adversidad y desafío. Pese a no lograr por causas propias y ajenas la robustez que se necesita y demanda, y más allá de guarismos y realidades —empezando por el plato que cada familia lleva a la mesa—, la economía cubana es hija de esa épica.

Además de esta fuerza inconmensurable, también tiene a su favor fortalezas que muy bien ha explicado el viceprimer ministro Gil Fernández, quien ha asumido magistralmente la vocería de los asuntos económicos del Ejecutivo. Son ellas:

—Economía planificada centralmente: los recursos no los asigna el mercado ni van a donde tengan más rentabilidad. Permite tomar decisiones en favor del pueblo.

—Soberanía en el manejo de los recursos presupuestarios: no estamos sujetos a ningún organismo internacional, el Gobierno se debe al pueblo y le rinde cuentas a través de la Asamblea Nacional, respetando los límites establecidos por esta.

—Política social inclusiva: nadie sobra.

—Experiencia en medidas de ajuste: resiliencia ante más de 60 años de asedio por parte del país más poderoso y brutal de la historia.

Tenemos muchas fortalezas. Pero también debemos tener muy presentes las palabras del compañero Díaz-Canel en la reciente sesión del Consejo de Ministros, cuando señaló que en las actuales circunstancias impuestas por la pandemia, es cuando más innovadores tenemos que ser, cuando más podemos avanzar en cuestiones postergadas. «Hay que tener valentía y tenemos que hacer las cosas diferentes, haciendo lo mismo no vamos a resolverlo, ni vamos a avanzar más», indicó el Presidente.

Notas:

(1) Henry A. Kissinger: The Coronavirus pandemic will forever alter the world order (La pandemia de coronavirus alterará para siempre el orden mundial), en Wall Street Journal, 3 de abril de 2020 (www.wsj.com). Traducido en https://translate.google.com.cu/.

(2) Reseñas de los Consejos de Ministros de mayo, enero y marzo, publicadas en el periódico Granma.

 

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