Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

No afectemos nuestra calidad de vida, pero evitemos el despilfarro de electricidad

Ni en los meses de agosto se han producido picos de demanda tan altos como los que están ocurriendo ahora

Autor:

René Tamayo León

El consumo de energía eléctrica en el sector residencial ha crecido sobre un diez por ciento en lo que va de abril de 2020. Ni en los meses de agosto se han producido picos de demanda tan altos como los que están ocurriendo ahora.

Se sabe la causa: la necesidad de que permanezcan en los hogares millones de cubanas y cubanos, desde niños hasta ancianos que aún laboran, como medida de contención —con el aislamiento y distanciamiento social— ante la pandemia de COVID-19.

A la sazón, también hemos tenido unas temperaturas tan altas que han sido récords históricos. Si no hemos tenido una «ola de calor» ha sido porque somos una isla larga y estrecha. El mar y sus brisas —aunque a veces parecen briznas— siempre nos libran de ella, nos dicen los meteorólogos.

La situación de la generación, transmisión, distribución y consumo de energía eléctrica en el país; las averías e interrupciones ocurridas en los últimos días en la red, y las acciones que podemos hacer en nuestros hogares para ahorrar electricidad, fueron los temas abordados la tarde-noche de este miércoles en el programa televisivo Mesa Redonda.

Asistieron Liván Arronte Cruz, ministro de Energía y Minas (Minem); Armando Cepero Hernández, director general de la Unión Nacional Eléctrica (UNE), y Elaine Moreno Carnet, directora de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure).

Evitar los apagones

Pese al incremento del consumo en los hogares, el país está haciendo enormes esfuerzos para garantizar la generación y distribución de electricidad y evitar los apagones, señaló el Ministro del Minem. Y lo hace —enfatizó— a pesar del recrudecimiento del bloqueo y el incremento de la persecución para impedirnos la importación de combustibles.

La voluntad del país es mantener el servicio para así garantizar en las mejores condiciones el cumplimiento de las medidas de aislamiento social; asegurar el acceso en los hogares a las teleclases para niños, adolescentes y jóvenes, y la realización del teletrabajo por los adultos; así como el consumo de los programas informativos y de entretenimiento. Al mismo tiempo, es propósito mantener las rutinas cotidianas dentro de las casas, desde la cocción de alimentos hasta el lavado.

No obstante, el consumo de electricidad en el sector residencial ha crecido un diez por ciento. De otra manera: se ha tenido que generar casi 4 000 MW hora por encima de lo planificado, lo cual ha exigido el empleo de más de mil toneladas de combustible por arriba de lo previsto para cada jornada.

Sobre la percepción de que ese consumo podría ser cubierto por los decrecimientos de la actividad en sectores de la producción y los servicios, Arronte Cruz informó que la caída en el turismo, la paralización del curso escolar, la disminución de operaciones en los aeropuertos y la ralentización de las actividades en otros ramos, solo ha significado una disminución del consumo eléctrico del tres por ciento.

El sector estatal se mantiene trabajando, indicó: los servicios públicos, la industria azucarera y las acerías; las industrias que producen para la higiene, la química, las fábricas de cemento, la agricultura, la industria alimentaria... El turismo recibe electricidad para garantizar sus condiciones mínimas; siguen vitales también las industrias del níquel, el petróleo, las refinerías, la extracción de sal, la minería...

El titular del Minem reflexionó que el crecimiento del consumo de la energía eléctrica va ligado a un aumento del consumo de combustibles fósiles, fundamentalmente del diésel por parte de los grupos electrógenos que utilizan este combustible, y que cubren los picos eléctricos, y cuando hay excesos de consumo como los que están sucediendo ahora.

Y ese diésel, que es el hidrocarburo más caro, es el mismo que utiliza el transporte automotor y el resto de la economía. El ahorro de diésel en la generación eléctrica  —explicó— nos permite disponer de él para otras actividades, por eso es tan importante el llamado al ahorro, tanto en el sector residencial como en el industrial.

Seguiremos «alumbrando»

A instancias de Randy Alonso, moderador de la Mesa Redonda, Armando Cepero Hernández, director general de la Unión Nacional Eléctrica (UNE), explicó las características del sistema electroenergético nacional, desde la generación, la transmisión, la distribución y la comercialización de electricidad, tareas muy imbricadas a cargo, en su totalidad, de esta entidad. El nuestro —dijo— es un servicio permanente, de 24 horas, en el que laboran más de 53 000 hombres y mujeres.

Al explicar las interrupciones del servicio en los últimos días, señaló que se debieron, fundamentalmente, a un aumento de la carga, especialmente por el incremento de la demanda en el sector residencial, además de las altas temperaturas. La coincidencia de ambos factores conllevó —adujo— a una saturación en los circuitos, los transformadores, los interruptores, las líneas eléctricas...

También —añadió— se han producido incendios debajo de las redes, lo cual ha afectado transformadores. Hemos tenido fallas de envergadura tanto en la capital como en otras localidades del país, lo cual ha incrementado los tiempos en las soluciones y el restablecimiento del servicio y malestar en la población, reconoció.

El Director General de la UNE indicó que los trabajadores eléctricos han laborado en la solución de los problemas acontecidos a tiempo completo y sin descanso. Aclaró también que las interrupciones no han sido por falta de generación. La capacidad generadora del país, a pesar de las restricciones financieras, no han estado limitadas, aseguró.

Cultura del ahorro, práctica cotidiana

Elaine Moreno Carnet, directora de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure), explicó que el llamado al ahorro de la electricidad no debe suponer una afectación a la calidad de vida de la población. De lo que se trata, dijo, es de evitar el despilfarro. En Cuba hay cultura del ahorro, pero no siempre hacemos una práctica cotidiana de él, señaló.

Insistió en la necesidad de que en los hogares, toda la familia e individualmente, se realicen acciones en este sentido, desde apagar una luz al menos una hora hasta desplazar el horarios de cocción de los alimentos en la medida de lo posible.

Abundando en el incremento del consumo en las casas, señaló que en el sector no residencial el gasto de energía pasó del 41 por ciento a cerca del 30 por ciento; pero en el residencial subió del 59 por ciento al 69,7 por ciento.

Es imprescindible que todos cooperemos para lograr un ahorro, especialmente en los horarios picos del mediodía (de las 11:00 a.m. a la 1:00 p.m.) y de la noche (de las 6:00 p.m. a las 10:00 p.m.). Con pequeñas acciones —enfatizó— podemos contribuir grandemente a la disminución del consumo.

Moreno Carnet subrayó las fortalezas que tenemos, como la implicación en estas acciones de la FMC, los CDR y la CTC, así como de las pioneriles «patrullas clip».

«Si cada integrante de las organizaciones de masa aplica una medida de ahorro en su casa, ahorraría mucho», agregó la Directora de la Onure, quien llamó «a un consumo responsable de la energía eléctrica», a «hacer del ahorro una práctica de vida».

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