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La gente de la base es la mejor escuela

La camagüeyana Yoseily Góngora López, con solo 36 años, es la gobernadora provincial más joven de Cuba, y se define en su nueva responsabilidad como «una servidora pública que se debe por completo al pueblo»

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— Sí, es una mujer alegre por naturaleza. Y razón tienen quienes lo aseveran y la conocen de cuando era una niña y se «robaba» el show en su escuela Amistad con los Pueblos, y en su barrio nuevitero Primero de Mayo, allá en esa norteña localidad industrial, ubicada a más de 80 kilómetros de la ciudad cabecera de la provincia agramontina.

No es casual entonces que Yoseily Góngora López (Yosi, como muchos la llaman), quien ayer tomó posesión de su cargo, y con solo 36 años es la gobernadora provincial más joven del país, se defina como una cubana que lleva el entusiasmo en la sangre y que ama, por encima de todo, a su Patria, su bandera y su familia, y muy especialmente a su madre Beba.

—Nuevitas y Camagüey, dos ciudades diferentes hasta en sus atractivos y cualidades naturales. ¿Cómo ha logrado adaptarse en su paso de un lugar a otro?

—Vengo de una tierra de encantos, de un pueblo de pescadores donde el mar brilla y encandila, donde el sol rojizo muchas veces es lo primero que se ve durante los amaneceres y los atardeceres, y donde las chimeneas de las industrias dan la bienvenida desde lo lejos. Todo eso se extraña.

«A veces cierro los ojos y logro sentir el salitre en el aire, pues aún no logro acostumbrarme del todo al Camagüey legendario. Luego de dos años de estar aquí, como vicepresidenta de la Asamblea del Poder Popular en la provincia, todavía siento mucha nostalgia.

«Camagüey es una ciudad bella y de valores culturales y arquitectónicos universales. Es también la gran llanura de pródiga historia, que redescubro y estudio todos los días. Está por encima de cualquier interés personal, de añoranzas y nostalgias. Esta tierra es ahora mi deber».

—Usted con apenas 22 años de edad fue elegida como delegada de la comunidad nuevitera Primero de Mayo, ¿cómo fueron esos inicios?

—Recuerdo que fue mi vecino Félix Balón quien me propuso. Era hasta ese momento la profesora de Historia y Marxismo del preuniversitario Álvaro Barba Machado; desde entonces nunca más he tenido muchas reservas e intimidades. Ser delegada me cambió la vida por completo.

«Aprendí el valor de estar al lado del pueblo, el poder de convocatoria que tiene la solidaridad y el de escuchar a todos por igual. El cambio fue brusco, pero me impuse conociendo a mis vecinos y las necesidades de mi comunidad, y preparándome todos los días. El respeto se gana con el ejemplo y el conocimiento».

—¿Considera que su liderazgo es expresión también de su carisma?

—Tal vez el carisma ayude, pero lo que me ha permitido influir en los demás es haber agrupado a muchos por un objetivo común: la comunidad. El método de dirección colectiva para la toma de decisiones colegiadas ha sido indispensable. El liderazgo en la base se lo debo al trabajo comunitario, junto a los líderes naturales que están en el barrio. Esa unidad ha sido mi gran escuela.

—Es su caso el ejemplo de un dinámico proceso de formación en el que llega ahora a la altísima responsabilidad de Gobernadora provincial de Camagüey. ¿Cuánto de desafío aprecia en esta nueva etapa de dirección?

—Sí, fue un proceso de formación dinámico. En 2009 asumí la vicepresidencia de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Nuevitas, y en 2013, la presidencia; ahí también fui la primera mujer en desempeñar ese cargo. En 2018 fui electa vicepresidenta de la Asamblea Provincial, hasta ahora que me eligen como Gobernadora.

«Pero la juventud con la que comencé en el trabajo del Poder Popular me favoreció, pues defiendo el concepto de que entre más temprano se inicie el joven en la base, algo que considero vital, más intensa y provechosa será su formación. Transitar por diferentes responsabilidades y nunca quemar etapas es fundamental para alcanzar la madurez política que se exige  de un cuadro.

«Mi mayor desafío ahora, de conjunto con todo el pueblo agramontino, está en mantener, consolidar y desarrollar los resultados que exhibe Camagüey, y en retribuir la confianza depositada por tantas personas durante estos años.

«Me sorprendió ser la gobernadora más joven de Cuba. Siento que no es nada fácil estar entre tantos experimentados; pero tampoco me siento en desventaja, porque las nuevas generaciones se imponen. Si en lo adelante hubiera algún síntoma de cansancio, entonces iré a la historia, que siempre da las claves para seguir hacia adelante. No olvidemos que fueron los hombres y las mujeres jóvenes quienes hicieron esta Revolución».

—Quienes han compartido con usted momentos de su mandato aseguran que su destino no podría ser otro, porque nació con ese don, con el arte de dirigir…

—Considero que ni el destino ni la suerte han tenido mucho que ver, sino las circunstancias que me han obligado a crecerme, a dar más de lo que alguna vez pensé. A todo lo que una hace hay que ponerle inteligencia, organización, disciplina y planificación. Tal vez la forma de ser de una ayude, pero nada es más provechoso ni constituye mayor exigencia y privilegio para el que dirige, que escuchar a los demás, que ponerse en el lugar del otro.

—Luego de 13 años ininterrumpidos como dirigente del Poder Popular, ¿qué cambiaría en su vida profesional? ¿Cuál ha sido la mayor enseñanza?

—Me hubiese gustado estar más tiempo en la base, porque fueron solo dos mis años como delegada. Durante todo este período he aprendido que sin el vínculo directo con las masas es imposible dirigir bien en el Poder Popular. He aprendido, además, que nunca se puede perder la humildad y que siempre a una le falta mucho por aprender.  

—¿Cuántas horas duerme al día? ¿A qué dedica su tiempo libre?

—No hay mucho tiempo libre, el que queda se lo dedico a mi familia y a prepararme. Duermo solo de cuatro a cinco horas diarias y a veces hasta menos. Por eso es tan importante ser optimista y disfrutar mientras se comparte con la gente.

—Entonces, ¿cómo es posible que sea tan activa en las redes sociales, de dónde saca el tiempo?

—La gobernanza en internet tiene que ser parte esencial de nuestra labor como dirigente y de nuestra cotidianidad. El pueblo se expresa en este escenario digital, y para mantener ese vínculo con las masas hay que estar allí. El gobierno electrónico, como nos ha enseñando nuestro Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, es clave para un armónico intercambio con la gente y para gobernar con eficiencia.

—¿Satisfecha con lo hecho en el escenario digital?

—No, soy una eterna insatisfecha con tolo lo que hago. Y en el escenario digital hay que multiplicar la presencia de todos los actores y decisores de la sociedad para convertir el gobierno electrónico en una herramienta que dinamice nuestro trabajo con la gente.

—¿Dirigir en un contexto que, por lo general, ha estado conducido por hombres, considera que le limita o facilita sus funciones?

—El país ha tenido como política desde el triunfo de la Revolución ponderar a la mujer a cargos de dirección en todos los sectores y niveles. En los últimos diez años esto se ha consolidado, lo que ayuda a un mayor aporte y desempeño de nosotras. Pero el quid del asunto está, y siempre estará, en hacer las cosas bien, en el respeto que una se gane con la preparación diaria.

«En Camagüey, tierra de Ana Betancourt, ahora tenemos también una vicegobernadora, Carmen Hernández Requejo, y ello convierte a la provincia en la única del país donde las dos responsabilidades de gobernación son ejercidas por mujeres.

«Además aquí hay diez presidentas de asambleas municipales, de 13 existentes, más de 50 directoras provinciales y una fuerte tradición de mujeres en cargos de dirección; el ejemplo más cercano es el de Isabel González Cárdenas, quien fuera presidenta de la Asamblea Provincial. Todo ello demuestra que la mujer camagüeyana sigue conquistando escenarios».

—¿Qué momentos la han marcado como dirigente?

—Los huracanes Ike e Irma, en septiembre de 2008 y 2017, respectivamente, impactaron negativamente en la población. Ante esta realidad devastadora ninguna experiencia y preparación previa son suficientes, por lo que hubo que sacar de una el extra y sembrar esperanza y confianza en nuestra gente. Luego del paso de ambos eventos estuve, junto al equipo de trabajo, unos 21 días prácticamente sin dormir, buscando soluciones y alternativas que permitieran a las familias afectadas, durante los primeros días de la recuperación, resistir.

«Tampoco olvido la escuela que fue el ciclón del 26 de julio de 2013, cuando Nuevitas fue sede provincial por la efeméride. En esa ocasión se hicieron más de 200 objetos de obras, por lo que hubo que garantizar un movimiento masivo de pueblo para ejecutarlas. En esos tres momentos aprendí de la capacidad y solidaridad de nuestro pueblo para responder cuando se le necesita y convoca».

—En síntesis, y ahora que acaba de tomar posesión de su cargo, ¿cómo define a la figura del gobernador en Cuba?

—Es sencillo el concepto: el gobernador es un servidor público que se debe por completo al pueblo.

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