El Servicio Sismológico Nacional, del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) santiaguero mantiene una vigilancia constante de 24 horas en relación con el sismo de magnitud 7.1 en la escala de Richter, ocurrido el pasado martes a unos 125 kilómetros al sudoeste de Cabo Cruz, provincia de Granma.
La víspera, según despacho de la Agencia Cubana de Noticias, el Doctor en Ciencias Bladimir Moreno Toirán, presidente del Consejo Científico del referido centro, informó que en las últimas 26 horas de ocurrido el evento se han reportado más de 500 réplicas, distribuidas en dos zonas de la Falla Oriente, que se extiende desde Isla Caimán (pasando por el sur de Cuba) hasta el norte de Haití.
La primera de las zonas, localizada justo en el epicentro del sismo principal, reporta apenas un 30 por ciento de esos movimientos sísmicos, mientras que con el 70 por ciento aparece la segunda en la zona de Isla Caimán, como resultado de la activación de otro segmento de la Falla Oriente, distante a más de 200 kilómetros del territorio nacional.
El especialista explicó que dada la lejanía del foco principal, ese mayor número de sismos últimos no pueden considerarse réplicas del terremoto de 7.1, el cual tiene una longitud de ruptura aproximada de unos 60 kilómetros, y aunque han llegado hasta 6.1 en la escala de Richter no han sido perceptibles por su lejanía respecto a Cuba.
Ante el interés de la población por saber cuánto pudo haber sido la mayor o menor magnitud en una provincia u otra, el experto precisó que la magnitud es un parámetro único y se corresponde con la energía que se libera en el foco o epicentro del terremoto, de ahí que lo que realmente se percibe en un punto determinado es la intensidad, que en escala de XII grados refiere los efectos del evento.
Moreno Toirán dijo que especialistas del Cenais comenzarían este jueves un recorrido por las costas sudorientales, desde Santiago de Cuba hasta algo más allá de Cabo Cruz, a fin de determinar in situ cualquier indicio de posible afectación en inmuebles, costas y el terreno en general de los efectos del sismo de 7.1 y sus réplicas.
La citada vigilancia al comportamiento sísmico, así como la inspección que se llevará a cabo, resultan determinantes para la información trasladada a las autoridades en toda la nación, y la que se brinda a la población, para que unos y otros puedan oportunamente adoptar las medidas que cada situación requiera.