El Plan de la Economía para 2019 prevé un crecimiento mínimo del 1,5 por ciento, pero si trabajamos mejor y unidos puede hacerse más, enfatizó ante la Asamblea Nacional Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/12/2018 | 09:12 pm
EL crecimiento estimado de la economía cubana en 2018, un ligero 1,2 por ciento por encima de 2017, es un resultado meritorio, afirmó Alejandro Gil Fernández, titular del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), en el Segundo Período Ordinario de Sesiones de la 9na. Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Si bien no se cumplió el plan previsto —que estaba en el entorno del dos por ciento—, se avanzó en programas importantes para el desarrollo y en actividades que impactan favorablemente en la población. «Es un resultado alcanzado con el esfuerzo de nuestros trabajadores, del pueblo, sin incrementar el endeudamiento externo, ajustado a nuestros recursos», afirmó.
Diputadas y diputados analizaron el comportamiento de la economía en 2018, la propuesta del Plan de la Economía para 2019 y el proyecto de Ley del Presupuesto del Estado para el año que comienza, documentos que fueron aprobados tras el debate de la mañana de ayer.
Gil Fernández resaltó que la tasa de crecimiento fue positiva a pesar del impacto del huracán Irma; evento hidrometeorológico que azotó al país en septiembre de 2017 —recordó—, pero que buena parte de sus consecuencias (los daños superaron los 13 000 millones de pesos —equivalentes a dólares—), se extendieron al actual calendario.
Cuba no fue golpeada por eventos climatológicos extremos en 2018, pero no escapó a las consecuencias del cambio climático, como la tormenta subtropical Alberto, en mayo último.
No obstante, señaló el Ministro, los mayores daños los continuó provocando el bloqueo económico, financiero y comercial de EE. UU.; el crecimiento se alcanza en medio de su reforzamiento, que en el año provocó pérdidas por 4 321 millones de dólares a precios corrientes: 12 millones de dólares diarios.
Nosotros tenemos que resolver problemas de eficiencia, se critica nuestra gestión, las condiciones en que la realizamos, pero quienes nos critican no revisan cómo el bloqueo impacta en nuestra economía, expresó Gil Fernández, quien solo puso como ejemplo de su impacto, que un ómnibus cuesta 100 000 dólares (tómese esa cuenta y compárese con las pérdidas que día a día deja al pueblo cubano la agresividad del Gobierno norteño).
Argumentó además que para analizar el crecimiento del PIB en el año, hay que estudiar el comportamiento de la economía internacional, lo cual nos afecta directamente.
Para la región de América Latina y el Caribe, de un crecimiento inicial de 1,3 por ciento, ahora lo está dando más a la baja, a 1,2 por ciento con respecto a 2017, explicó.
Pero se mueve
En el incremento del PIB en 2018 contribuyeron los sectores del transporte y las comunicaciones, la industria manufacturera, el comercio, la salud pública y la cultura y el deporte. Mientras que decrecieron, siempre en relación con el año anterior, los sectores del azúcar, la agricultura, la construcción y el de minas y canteras.
En los resultados pesaron los incumplimientos por exportaciones, como en el área de la zafra y el turismo, y los niveles de endeudamiento, lo que continuó generando tensiones financieras y para el pago a los suministradores, lo que limitó el respaldo al plan de importaciones para el funcionamiento de la economía. También se incumplió en el programa de inversiones, que quedó 15 por ciento por debajo de lo previsto.
En otro momento de su intervención ante la Asamblea Nacional, el titular del MEP informó que tras el comportamiento de la economía en el primer semestre del año, cuando se reportó un alza de 1,1 por ciento, se adoptaron para el segundo semestre medidas adicionales para asegurar el Plan.
Entre las decisiones adoptadas estuvo una mayor racionalidad en materia de importaciones y otros gastos en divisas; reducción del consumo de combustible y una mejora en la intensidad energética (toneladas de petróleo utilizadas para producir un millón de pesos); y la utilización de los inventarios para garantizar los principales niveles de actividad.
Gil Fernández explicó a los legisladores que entre los principales resultados alcanzados en 2018 en los programas priorizados estuvo la continuación del Programa de recuperación ferroviaria; la inversión en la terminal (puerto) multipropósito de Santiago de Cuba; la ampliación de las líneas telefónicas y el servicio de internet a la población; la culminación de nuevos hoteles e inicio de sus operaciones; y el sobrecumplimiento de las exportaciones de tabaco, ron, camarón, entre otros resultados, aunque eso no puede hacer olvidar lo mucho que falta y que se puede lograr si se trabaja con entrega.
2019: Para empezar, lo mínimo
El Plan de la Economía para el año que comienza prevé un crecimiento mínimo del 1,5 por ciento. Esto es una buena noticia —significó—; quiere decir que el país tiene potencial para garantizar un crecimiento sin incrementar la deuda y cumplir así las orientaciones del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido.
En la propuesta del Plan 2019, el Ministro de Economía y Planificación subrayó que en su elaboración primó que debía emitirse «de manera realista y cumplible, bajo el principio de que los gastos se ajusten a los recursos disponibles y que a su vez garanticen crecimiento y desarrollo potenciando la utilización de las reservas internas».
Prevaleció también el principio de «asegurar un proceso inversionista capaz de cubrir con su rendimiento los financiamientos otorgados y que respalden los programas priorizados». Tenemos que devolver el dinero con la rentabilidad de esas inversiones y no es lo que está sucediendo, expuso.
El plan enfatiza además en lo imperioso de incrementar las exportaciones y garantizar el cobro por estas, algo en lo que también se está confrontando problemas.
Otras de las metas son potenciar la industria nacional con un mayor aprovechamiento de las capacidades productivas existentes; lograr mayores niveles de encadenamientos productivos en la economía en general, fundamentalmente en las entidades exportadoras y de la inversión extranjera; y garantizar los niveles de actividad que tributen al desarrollo.
El plan también se propone garantizar el abastecimiento de los principales productos priorizados, y una mayor circulación mercantil minorista, con énfasis en las líneas económicas, las que más demanda la población, de forma tal que se tenga una presencia más estable y mayor de estas ofertas en las tiendas.
A punta de lápiz
Las previsiones económicas para 2019 enmarcan a su vez las principales líneas de trabajo y análisis a seguir, a saber: incremento y diversificación de las exportaciones; eficiencia del proceso inversionista y la participación de la inversión extranjera directa; y el análisis integral de las operaciones de importación y ejecución de los créditos.
Se continuará enfatizando en la sustitución de importaciones con mayor participación de la industria nacional; en la gestión de las cuentas por cobrar en el exterior como fuente de ingreso que debe potenciarse, y en la gestión de inventarios.
Sobre este último aspecto, argumentó que hoy están en el entorno de entre 24 000 millones y 25 000 millones de pesos, alrededor del 25 por ciento del PIB a precios corrientes.
Sin embargo, la economía —explicó— puede trabajar con una correlación entre inventario y PIB de 23 por ciento; reducir estos solo en dos por ciento aportaría a la economía 400 millones de dólares por componente importado, dijo.
Al abundar sobre el crecimiento previsto del PIB, explicó que en ello tendrán un importante papel la agricultura, la ganadería y la silvicultura, la industria azucarera, la construcción, el comercio, y el transporte y las comunicaciones.
Además, se prevé un crecimiento de las exportaciones y se pondrá énfasis y control a las importaciones. Entre alimentos y combustibles, el país está importando casi 5 000 millones de dólares, como el 40 por ciento del total de gastos que se hacen por este concepto. Se supo que estas dos facturas, junto a la relativa para las inversiones, representan alrededor del 60 por ciento de las importaciones de la nación.
El Plan de la Economía para 2019, señaló Alejandro Gil Fernández, no tiene previsto reservas. No tendrá déficit en la cuenta corriente, pero tampoco superávit, por lo cual su cumplimiento es una tarea que debe «llevarse a lápiz», y eso no se hace solo desde los despachos ministeriales, también es una tarea que debemos cumplir todos en cada uno de nuestros centros de trabajo.
Este es el diseño del Plan, pero estos objetivos se logran en el día a día, en cada lugar, indicaba el Ministro del MEP. «Tenemos que seguir invirtiendo en el desarrollo, eso es fundamental, y el plan de 2019 va en ese propósito», ratificaba.