Más de un centenar de respetados intelectuales, empeñados en preservar la identidad cultural de América Latina y el Caribe, expusieron en el encuentro del Foro de Sao Paulo en La Habana ideas y propuestas para enfrentar el empuje avasallador de la globalización neoliberal imperialista, que –dijeron- impone símbolos, lenguajes y gustos en la formación de una sociedad enajenada, que propicie el despojo y la sumisión de pueblos.
El desaliento y la aparente falta de salidas frente a un callejón sin salida, que se quiere imponer en la región desde los medios de prensa hegemónicos manipulados desde Washington, chocó con la repulsa de un análisis sabio y demoledor de mentiras, capaz de voltear las expectativas y hacer dueños de sus destinos y artífices de su emancipación a millones de latinos y caribeños sin futuro.
Ante todo, el análisis justo de lo que está pasando en la región. ¿A dónde apunta el actual gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump? En un novdoso enfoque, Ignacio Ramonet, afirmó que las políticas económicas proteccionistas –tanto contra enemigos rusos y chinos, como aliados europeos o el socio mexicano en el Tratado de Libre Comercio- provocan la repatriación de capitales invertidos en Latinoamérica y el Caribe, en pos de los beneficios de la reducción de impuestos. Igual efecto provoca el proteccionismo.
La ofensiva Trump va contra progresistas y «amigos», lo que abre nuevas posibilidades para acciones unitarias más amplias en torno a programas emancipadores. Un aporte teórico valioso, sin dudas.
El cubano Santiago R. Feliú plantea una propuesta simple y clara. «Hagamos el relanzamiento de la ética del Ché Guevara, el modelo de honradez revolucionaria, expresada en su frase «se puede meter la pata, pero no la mano», recordó. La ética del que predica con el ejemplo, del que sacrifica su vida por la humanidad. Después del hombre revolucionario Jesucristo, el Ché es la figura con más «audiovisualidad» en el mundo. Hay que darle a conocer el Che Guevara a los jóvenes desde los móviles, la música, las imágenes. Los 117 intelectuales presentes en esta reunión deberíamos reflexionar qué podemos hacer con este fin.
Dificultades de audio impiden escuchar el nombre de otro ponente, pero también se enfoca en la nueva generación y el desafío para romper el mito del desinterés en la política y la preferencia por los adictivos juegos digitales. Niega el carácter absoluto del diagnóstico y argumenta que «los jóvenes son el presente, no el futuro. Ellos son los que van o no a votar en estas o las próximas elecciones». Hay que estudiar la creatividad de los jóvenes en las redes sociales y proponerse sumarlos a la batalla cultural.
El peruano Gustavo Espinoza recuerda que en el 2019 se cumplen 60 años del triunfo de la Revolución cubana y demanda dedicarle todo el año a Cuba y a Fidel Castro.
La argentina Estela Calloni opina que en América Latina y el Caribe «está en curso un proyecto geoestratégico de recolonización» contra el que se requiere emplear nuevas armas culturales al servicio de la unidad y la resistencia.
«Nos han querido tumbar –dice en referencia a la ofensiva contra los gobiernos progresistas de la región como Venezuela y Nicaragua, como antes en Argentina y Brasil- no solo por nuestros errores, sino también por nuestros aciertos, que es lo que disgusta».
Tiene razón Estela. Todavía actuamos como colonizados, dice, y tenemos que revertir esa posición. «No olvidemos que nos tienen miedo, porque no tenemos miedo».
Hay mucho más que contar de las palabras de los intelectuales latinoamericanos en el Foro de Sao Paulo.Todo lo resumirán en un programa de acción que resumen las propuestas. Ese es el plan. Están avisados, a partir de ahora, muchas cosas podrán cambiar.