Christian Núñez Gómez. Autor: Roberto Garaicoa Martinez Publicado: 24/12/2017 | 01:14 am
Quienes los antecedieron en esta disciplina apostaron por cambiar el destino de sus sucesores y definitivamente lo han conseguido apoyándolos en sus propósitos. Por eso no es casual que los jóvenes de estas fotos sean los más exitosos del mundo en la Filatelia Juvenil.
Uno de sus mayores admiradores, y presidente de la Federación Filatélica de Cuba, el profesor universitario José Raúl Lorenzo Sánchez, reflexionó sobre los resultados de ellos y alegó que pudiera pensarse que los países ricos son los que más oportunidades tienen, pero estos han roto ese supuesto al lograr, con su inteligencia y dedicación, ocupar los lugares más prestigiosos en las competencias dentro y fuera de Cuba.
Emocionado recordó que en 2004 estos muchachos empezaron a sorprender al mundo: fue en Valencia, España, donde arrasaron con los premios. En 2006, en Washington, fueron los únicos merecedores de un lauro conferido a alguien que no fuera norteamericano. Ese mismo año la Isla estuvo entre los tres mejores lugares en la Exposición Mundial juvenil, en Bélgica.
En 2007 participaron en la Exposición Mundial de Rusia y volvieron a resultar campeones. Dos años después conquistaron el certamen en la Exposición Mundial de China, la más difícil lid sostenida, «porque los chinos querían ganar, y al final el gran premio no se les arrebató a nuestros muchachos, sino que se compartió con los asiáticos».
En 2010 ganaron en Portugal. En 2011 el éxito se repitió en Japón, donde enfrentaron una batalla muy difícil. En 2012 el triunfo lo merecieron en Indonesia; en 2013 salieron victoriosos en Australia y Brasil. En 2014 se llevaron los lauros en Malasia. En 2015 les llegó la alegría de los vencedores desde el centro del mundo, en Quito, donde conquistaron para Cuba el gran premio juvenil y otros dos lauros.
Este año obtuvieron la victoria, cuando en Brasilia compitieron 82 países y se otorgaron cuatro premios en la clase juvenil: España conquistó uno, Indonesia ganó otro, y la Mayor de las Antillas se llevó dos.
Inteligencia y modestia puras
La única fémina que integra esta generación es cienfueguera y lleva por nombre Elizabeth Losa Pérez, tiene tan solo 18 años; proviene de una familia de filatelistas y es la mujer con más premios en la contemporaneidad: más de una decena internacionales.
Pudo haber escogido la Biología o la Agronomía como carrera, porque siendo muy pequeña empezó a conformar su colección filatélica sobre las flores, que no solo es bella, como afirmó, sino instructiva y curiosa. Sin embargo, Elizabeth eligió las nuevas tecnologías y cursa hoy estudios en la Universidad de Ciencias Informáticas, en La Habana.
«Cuando tenía ocho años mi abuelo nos enseñó a mi hermano mayor y a mí sus libros filatélicos que tenían sellos impresos en blanco y negro. Nos indicó que debíamos buscar sellos iguales impresos a color, e ir pegándolos hasta completar el álbum.
«A raíz de ese ejercicio me incentivó el mundo de la Filatelia, entonces mi abuelo me comentó que existía en Cienfuegos un círculo filatélico. Me sumé a este y empecé a armar mi colección, que versa sobre las flores».
Con tres años menos que Elizabeth, Harold Fernández González se agenció este año el premio a la colección con mejor investigación demostrada, con una muestra titulada Papel sellado notarial Cuba 1808-1874, otorgado en Brasilia. En esta compilación se pueden apreciar importantes documentos, como los que avalan la venta de esclavos.
Harold, quien es el único filatelista juvenil que posee premios internacionales con dos colecciones diferentes, estudia en el preuniversitario Onelio Dampiel Rodríguez, en el municipio capitalino de Regla, donde se esfuerza para obtener buenas notas, pues quiere estudiar Biología.
De visita a la granja es su colección más perfilada, y narra un recorrido a un centro de producción donde se pueden apreciar todos los procesos del lugar que, como advierte Harold, no se enmarca en ningún punto geográfico, ni se temporaliza, aunque pudiera tener un toque de contemporaneidad, porque cuenta con un sistema de trabajo avanzado. También atesora una colección sobre la mitología y la religión que disfruta y continuará mejorando.
Antes de dedicarse a la filatelia, Dayron Giro Monzón se entretenía con la numismática. Con avidez coleccionaba monedas y billetes. Fue en las vacaciones de 2015 cuando, a través del proyecto del historiador de La Habana Rutas y Andares, su tía lo inscribió en un curso de verano relacionado con esta especialidad.
De la mano del profesor Juan Hernández, del círculo filatélico del Cerro, este muchacho de 15 años, estudiante del IPVCE Vladimir I. Lenin y con vocación por la Sicología, logró enamorarse de lo que al principio rechazó por su amor a la numismática. «Cada sello es una historia que traslada a un lugar, a una época, y eso es maravilloso», aseguró.
De manera responsable combina sus estudios con las actividades filatélicas. Debido a eso, sus profesores lo apoyan para que lleve paralelamente ambos deberes.
En 2016, durante el último concurso nacional de filatelia juvenil, este joven conquistó el Gran Premio, y en el año actual es considerado como el filatelista juvenil más destacado de la Isla.
Dayron cuenta con dos colecciones: una sobre sellos y material postal de diferentes países, que tiene al agua como temática. La otra es más tradicional e investiga sobre los sellos emitidos en Cuba en un período de la época colonial. Ambas compilaciones le han dado muchos alegrones en diferentes lugares del mundo y dentro de Cuba.
Christian Núñez Gómez es el benjamín entre estos muchachos, pero no por eso deja de ser igualmente reconocido como grande entre los grandes. Es la personalidad más joven que ha obtenido el Tulipán del Cerro, una distinción que otorga la Dirección de Cultura en el territorio a figuras destacadas en la vida cultural del municipio.
En cuarto grado sintió curiosidad por la filatelia gracias a un concurso que se realizó en su escuela relacionado con esta materia. Ganó en aquel entonces el certamen, y su profesora le indicó que se acercara al círculo filatélico del Cerro, donde el profesor Juan Hernández lo motivó y lo ha ayudado siempre, al igual que sus padres, quienes se ocupan de facilitarle la bibliografía y otros materiales.
Ahora, con 14 años, cursa el noveno grado en la secundaria básica Ignacio Agramonte, en el municipio capitalino del Cerro; y la Filatelia le ha abierto el camino para investigar y adueñarse de muchos conocimientos que luego se han convertido en congratulaciones.
Navegar, una fascinante travesía es la colección en la que trabaja. Sugiere un recorrido por la historia de la navegación, incluye la construcción de barcos, la evolución de los puertos, los conocimientos que deben tener los marinos a bordo, entre otras aristas de esta temática.
Christian ama el fútbol. En octavo grado terminó con 99 de promedio y encabeza el escalafón en su escuela. Todavía no tiene definida su vocación, pero asegura que será algo que lo apasione, porque quiere entregarse a su profesión en cuerpo y alma.
Cuba es un paradigma mundial en la Filatelia juvenil desde el 2006. Aunque nunca pueden asistir a los lugares donde transcurren los eventos internacionales a recibir sus premios, por falta de financiamiento, estos muchachos no se cansan de seguir retando a esta disciplina que siempre los tiene ocupados en tareas productivas.
Y ahora que están en la cumbre no dejan de pensar en el compromiso de apoyar a los sucesores, como hicieron con ellos los filatelistas que los antecedieron, porque comparten, como el filósofo latino Séneca, la idea de que la sabiduría vale poco o nada, si viene con la condición de guardarla para uno, sin compartirla con la humanidad.
Elizabeth Losa Pérez y Harold Fernández González. Foto: Laura Borges
Dayron Giro Monzón. Foto: Roberto Garaicoa