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El cuarto entierro de Céspedes

Este 10 de octubre el Padre de la Patria fue nuevamente inhumado al ser trasladado su Mausoleo hasta el área patrimonial central del cementerio Santa Ifigenia. Allí descansa de cara al futuro junto a Martí, Fidel y Mariana Grajales

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

En una fosa común del patio G, en la hilera 1ra., enmarcada con los números 2 y 3, en el cementerio de Santa Ifigenia, fue enterrado, sin penas ni glorias, el cadáver del Padre de la Patria el domingo 1ro. de agosto de 1874, tras el ocaso de San Lorenzo.

Como trofeo del desigual combate en el que cayó el bayardo, las tropas del Batallón de San Quintín habían llevado su cadáver hasta Santiago de Cuba, a bordo de una embarcación en la que compartió espacio con puercos, gallinas y sacos de carbón.

Sobre una ordinaria mesa de pino fue expuesto por unas horas en la Casa de la Intendencia, contigua al Hospital Civil La Caridad, ubicado en El Tivolí, y al final de la tarde conducido al cementerio en un carretón llamado La Lola. Sus restos se hubieran perdido en el olvido de no ser por el gesto de un grupo de patriotas que juraron preservar su secreto.

El 25 de mayo de 1879 aquel grupo de dignos cubanos, entre los cuales se encontraban dos exesclavos suyos, consecuentes con la palabra empeñada y a la tenue luz de un farol, exhumaron los restos del héroe de La Demajagua y celosamente guardados en un cofre los trasladaron hasta el Patio B, el más antiguo de la necrópolis, donde lo ubicaron en un lugar secreto sin identificación alguna.

En 1898, emigrados cubanos masones residentes en Jamaica costearon una lápida de mármol para ser colocada en la tumba de Céspedes, lo que se materializó el 16 de octubre de ese año.

En pleno período republicano, el Consejo de Gobierno Provincial de Oriente aprobó construir un monumento al Padre de la Patria, que finalmente fue inaugurado el 7 de diciembre de 1910.

Tras 36 años de oprobiosa omisión, los restos mortales de Céspedes fueron trasladados al edificio de gobierno y venerados en capilla ardiente hasta ser enterrados en un mausoleo a su altura, un conjunto escultórico ecléctico confeccionado con mármol de Carrara, en el que recibió el tributo de los cubanos hasta ahora.

Este 10 de octubre el Padre de la Patria fue nuevamente inhumado al ser trasladado su Mausoleo hasta el área patrimonial central del cementerio Santa Ifigenia. Allí descansa de cara al futuro junto a Martí, Fidel y Mariana Grajales. (O.R.C.)

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