El Parque Nacional Alejandro de Humboldt presentaba uno de los mayores niveles de endemismo y diversidad de vida del Caribe insular y el mundo. Autor: Trabajadores Publicado: 21/09/2017 | 06:40 pm
GUANTÁNAMO, julio 29. —Gracias al accionar de muchos, prácticamente extinguido está hoy el incendio forestal iniciado hace más de una semana en virgen e inhóspita localidad del Parque Nacional Alejandro de Humboldt, hacia donde se movilizaron brigadas especializadas de guardabosques y forestales, reporta la ACN.
Rolando Villaverde, experto forestal de la guantanamera Unidad de Servicios Ambientales, explicó a la ACN que el siniestro tuvo lugar en zona cercana al río Toa, específicamente en la cueca del afluente Fortunita, en los límites entre Cupeyal del Norte y Ojito de Agua, respectivas localidades de los municipios Yateras y Moa.
El paraje está próximo a donde hace dos años hubo otro incendio, y en esta ocasión el hecho presumiblemente sea también consecuencia de una descarga eléctrica, y aunque no se ha cuantificado aún el volumen de pérdida, pudiera considerarse alrededor de las 280 y 300 hectáreas dañadas, estimó el especialista.
Amplia área de charrascales y algunos remanentes de pinos y bosques siempre verdes se quemaron entre la espesura pero, tras hacer todo lo posible en el intrincado paraje, las fuerzas contra incendio controlaron la peligrosa propagación de las llamas, que amenazaban grandes extensiones de pinares próximos allí.
Para aplacarlas se crearon trochas cortafuego y otros métodos básicos, tradicionales, atendiendo lo poco accesible del lugar que impidió la entrada de otras tecnologías, como camiones cisternas, o los buldócer que se dispusieron y solo lograron acercarse a unos seis kilómetros del sitio, donde las brigadas instalaron campamento y se adentraron a pie.
Todavía quedan pequeños focos ardiendo y, aunque ya parecen no constituir amenaza, se mantiene su monitoreo permanente, teniendo en cuenta el peligro que implican las altas temperaturas, el aire, y raíces y árboles soterrados que aún arden.
Próximamente quedará evaluar las áreas dañadas, la posible extracción de madera rolliza de algún rodal con acceso —para su aprovechamiento—, y la rehabilitación del área, dada la lejanía, se le dejaría al proceso de regeneración natural, a la resiliencia del ecosistema para sobreponerse a estas circunstancias, y algo de ayuda del hombre.