Fue vital para ver el café, y aún lo es, el quehacer de brigadas de todas las empresas cafetaleras del país. Autor: Jorge Luis Merencio Publicado: 21/09/2017 | 06:50 pm
MAISÍ, Guantánamo.— En las labores para restablecer las plantaciones de café en este municipio del oriente cubano, después del devastador paso del huracán Matthew, el camino no ha sido tan largo como intenso. De otra manera no fuera posible que, unos tres meses después de que el meteoro impactara en los cafetales de la zona, estuviera recuperada casi la totalidad de las plantaciones que pueden rescatarse.
«De las 4 958 hectáreas afectadas, recobrarán vida 3 564, tarea que se proyectó culminar en ocho meses, es decir, en marzo. Las restantes son plantaciones cuya existencia rebasaba los 20 años de producción, y serán renovadas (más de mil hectáreas)» aclara Leonel Pelegrín Ortiz, experto local en agrotecnia del cultivo de café.
Tres meses, según el especialista de la Empresa Municipal Agropecuaria, no es mucho tiempo para quitarle de encima toneladas de ramas y troncos a más de 2 500 hectáreas de cafetos, enderezar miles de plantas que podían sobrevivir y resembrar las que sucumbieron ante la fuerza de los vientos y el arrastre de las aguas montaña adentro.
En esas áreas se adentraron, desde los primeros momentos, 12 brigadas de todas las empresas cafetaleras del país, equipadas con moto sierras y otras herramientas. Ellas abrieron el camino y, aun en medio de la humedad y de la lluvia, comenzaron a cambiar el desolador panorama signado por pérdidas de 16 millones 109 000 pesos.
Gracias a esas labores hoy no es descabellado prever que, al menos para empezar, en 2017 habrá zafra; una contienda que en cuanto al acopio no le llegará al tobillo al potencial productivo antes del huracán (un millón 200 000 latas), ni a la rodilla a lo que se preveía recoger (unas 300 000 latas) cuando Matthew tocó tierra por allí, justo en zafra y con unas 86 000 latas del rojo grano en las plantaciones. Pero es el comienzo en concreto de la recuperación.
«Este año acopiaremos unas 80 000 latas, aseguradas en unas 1 700 hectáreas recuperadas. El resto de las áreas rescatadas está en desarrollo. Se trabajó duro, y aún es fuerte el quehacer en lo más urgente después de desobstaculizar las áreas en capacidad productiva: la atención cultural, que incluye la fertilización.
«Es muy importante ponerle “techo” al cafetal, y en ese sentido se concreta un plan emergente de siembra intercalada de plátano; pero fundamentalmente de piñón florido, tipo de árbol que da permanentemente la sombra sin la que no es posible un buen desarrollo de las plantaciones», subrayó.
El reordenamiento cafetalero, que incluye la renovación de miles de hectáreas, en marcha antes de Matthew, tenía una clara definición: en 2020 todas las áreas plantadas tendrían menos de nueve o 12 años, y solo entonces podría hablarse con entera certeza del logro de la potencialidad productiva en Maisí. Ahora ese plazo se alarga porque la recuperación ha demandado un ingente esfuerzo también en la creación de viveros para posturas, reparación de la infraestructura destinada al beneficio húmedo (plantas despulpadoras) y seco (secaderos), entre otras acciones que ya suman la inversión de más de 12 millones y medio de pesos.
Restablecer la producción cafetalera es un asunto vital para la economía local y nacional, pues constituye la principal actividad económica de Maisí (dependen de ella unos 3 200 labriegos y sus familias), municipio mayor aportador de ese rubro exportable.