Fidel llegó a su ciudad y la del Che. Autor: Archivo de JR Publicado: 21/09/2017 | 06:43 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— Fidel volvió a la plaza Ernesto Che Guevara, de esta ciudad, escenario donde, en más de una ocasión, los villaclareños lo aclamaron y le mostraron su cariño y admiración, como ocurrió la víspera.
¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel!… se volvió a escuchar con más ímpetu todavía que el 6 de enero de 1959 cuando entró, al frente de la Caravana de la Libertad, a esta ciudad que se volcó a las calles para escuchar y ver, por vez primera, al líder de la Revolución.
La Revolución es el mayor legado del Comandante. Foto: Ramón Barreras
Ahora sucedió igual. El cortejo fúnebre llegó la víspera al monumento donde se custodian sus cenizas con una vigilia en el área de la fuente luminosa que simboliza la estrella del Comandante Ernesto Che Guevara.
El Comandante regresa invicto.
Durante el homenaje póstumo, en el que participó una multitud, se destacaron aspectos relacionados con Fidel y los jóvenes, Fidel y la Revolución y el Fidel universal.
Artistas aficionados, estudiantes de la enseñanza artística, y profesionales interpretaron temas antológicos de la canción revolucionaria, declamaron y danzaron. Asimismo, se exhibieron documentales sobre el Comandante, mientras un grupo de jóvenes destacados portaron retratos que reflejan el protagonismo de Fidel en diferentes facetas de su ejemplar vida revolucionaria.
El cortejo fúnebre llegó, pasadas las cinco de la tarde, a tierra villaclareña en Cuatro Palmas, límite con la provincia de Matanzas, en el poblado de Cascajal.
Desde allí hasta esta plaza, miles de villaclareños, entre los que sobresalieron jóvenes y adolescentes dijeron ¡Fidel, hasta la victoria siempre!
Así transcurrió el recorrido hasta la Plaza Ernesto Guevara, donde pasaría la noche. Al amanecer de este jueves la ciudad se volcará de nuevo a las calles para rendirle tributo.
La urna con las cenizas del líder de la Revolución reposó la noche de este miércoles en el Memorial al Che en Santa Clara. Foto: Juvenal Balán
El Comandante en Las Villas
La Caravana de la Libertad en Santa Clara. Foto: Archivo
En este momento renace intensamente ese vínculo proverbial que tuvo Fidel con la geografía villaclareña y su gente a partir de los años 50 del pasado siglo, cuando enfrentaba los desmanes del régimen corrupto del presidente Prío Socarrás.
Esa particularidad forjó una relación sentimental, especial, que se expresa en un sano orgullo por haberlo tenido acá en tantísimos lugares, avizorando futuras realizaciones que, en ese momento, parecían sueños.
Por estos días de homenaje, en el que le decimos «Hasta la victoria siempre», muchísimos recuerdan aquellos memorables acontecimientos, incluido los juegos de baloncesto con estudiantes de la escuela al campo en el Valle del Yabú.
Pero esta historia comenzó con un combate. Cristalizó, a sus 24 años, en 1950, exactamente el 14 de diciembre, cuando asumió su autodefensa, por vez primera, ante el Tribunal de Urgencia de Las Villas. Estaba acusado de provocar disturbios en la ciudad de Cienfuegos.
Para sorpresa de todos, dejó a un lado los cargos contra su persona para argumentar abiertamente sobre la falta de garantías constitucionales, los atropellos del régimen, la política corrupta de Prío Socarrás, la malversación y otros males que sufría Cuba. No les quedó más remedio que absolver a los acusados por entender que no se había probado el delito.
Por aquí pasó, en mayo de 1953, cuando fue a visitar a su entrañable hermano de luchas Abel Santamaría y su familia en Encrucijada. Luego, ese mismo año, camino a Santiago de Cuba, el 25 de julio, se detiene aquí porque se habían roto sus espejuelos. Fue a la Óptica López, en la calle Cuba, entre Eduardo Machado y Parque, donde se los confeccionaron.
Tras el triunfo de la Revolución resultó memorable su recibimiento en esta ciudad y después inició, de manera más frecuente, sus visitas a la provincia. Aquí se le vio en el Escambray durante la lucha contra bandidos; posteriormente promovió el desarrollo de esa zona a la que acudió en reiteradas ocasiones.
Y, quizás, el ejemplo más palpable de esa empatía entre Fidel y los villaclareños se dio el 30 de septiembre de 1996 cuando, apenas en unas horas, miles acudieron a la plaza Ernesto Che Guevara para escucharlo.
El líder de la Revolución calificó ese acontecimiento como fecha histórica que «me unirá eternamente en el recuerdo a esta ciudad y a ustedes, que nos colma de orgullo a todos nosotros, que nos llena de confianza y de fuerza».
En realidad fue el Comandante invicto quien nos colmó de orgullo a todos. ¡Qué gran privilegio!
«Y cuando tenga una dificultad vendré a ver al pueblo y cuando tenga un problema vendré a ver al pueblo; y siempre agotaré hasta la saciedad los razonamientos, los argumentos, la persuasión, la diplomacia, ¡jamás la fuerza porque no será necesario nunca más usar la fuerza en nuestra patria! Cuando tengamos una queja que exponer, vendremos al pueblo y la expondremos; si el que manda es el pueblo, y si el pueblo está dispuesto a actuar, como actuará siempre, con honradez y con justicia, el pueblo será quien diga la última palabra sobre todos nuestros problemas». Fidel en Santa Clara el 6 de enero de 1959