Con las luces finales de un día que devino lluvioso, el presidente Barack Obama y su familia llegaron a la Catedral de La Habana. Allí, el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, les dio la bienvenida al religioso y cultural recinto, símbolo de Cuba y escenario de importantes eventos.
Previo a su entrada a la edificación colonial, el mandatario estadounidense saludó afable, nuevamente, a espectadores que le esperaban, resguardados del mal tiempo en los edificios que bordean la Plaza de la Catedral, ubicada en La Habana Vieja.
La familia del ejecutivo disfrutó el bello interior de la iglesia barroca, donde mismo celebrara misa el papa Francisco el 20 de octubre de 2015.
En privado, el cardenal de La Habana dialogó con Obama, al tiempo que le mostró la emblemática Catedral, espacio de fe e identidad para los cubanos, fundamentalmente para los católicos.