La Oficina de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZED) ha recibido ya 138 posibles inversores. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:44 pm
El grupo brasileño Odebrecht busca ampliar sus proyecciones en Cuba con la reciente autorización como usuario de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), y dos contratos en las ramas azucarera y de aeronáutica civil.
En entrevista con Prensa Latina, el representante de la empresa Mauro Augusto Hueb aseguró que las potencialidades de negocios son enormes, y Odebrecht sigue la filosofía de establecerse para apoyar en el crecimiento económico interno y perpetuar su presencia en el país.
El 13 de enero la firma recibió la notificación oficial de que su empresa Companhia de Obras e Infraestructura (COI) podrá establecerse como usuaria de la ZEDM a fin de ofrecer servicios de ingeniería y construcción a los potenciales inversionistas en ese enclave.
Con capital ciento por ciento del grupo Odebrecht, COI tiene licencia para operar durante los próximos 15 años en la zona, ubicada al oeste de La Habana, pero el autorizo prevé la factibilidad de extender del plazo de tiempo, como es nuestro deseo, indicó Hueb.
En estos momentos, la entidad realiza los trámites legales con vistas a asentar sus operaciones en el Mariel y está lista para iniciar los contactos con empresas usuarias de la demarcación, precisó el ingeniero civil.
De cara al futuro, COI evalúa la posibilidad de solicitar a las autoridades cubanas otro permiso en el Mariel para intervenir como inversionista mediante el montaje y explotación de una planta productora de envases y embalajes plásticos, anunció el entrevistado.
Odebrecht posee una amplia experiencia en ese campo y tiene plantas de resinas plásticas en México y Brasil, lo que facilitaría el negocio, acotó.
Al analizar la política del gobierno cubano sobre sustitución de importaciones, identificamos oportunidades para esa iniciativa, así comenzamos las primeras conversaciones con la industria ligera nacional a fin de conocer sus intereses y prioridades, detalló.
COI también tiene actuaciones fuera de la ZDEM; de tal forma, apoyará la modernización y la ampliación de la terminal número tres del Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana.
Según lo pactado, la futura instalación estará interconectada a la edificación existente y entrará en operaciones en un plazo de dos años, ello duplicará la capacidad del aeropuerto para dar respuesta al incremento del turismo internacional, apreció Hueb.
El contrato de asistencia técnica (ingeniería, procura y gestión de la construcción) suscrito para este caso contempla que nuestra empresa realice la importación de bienes y servicios necesarios para la ejecución del proyecto, expuso el ingeniero.
Creada hace más 70 años y con operaciones fuera de Brasil durante casi cuatro decenios, Obebrecht comenzó sus actividades por las especialidades de ingería y construcción, pero a lo largo del tiempo diversificó su espectro.
Actualmente la compañía está presente en una veintena de países y trabaja en sectores como petróleo y gas, química y petroquímica, ingeniería ambiental e industrial, energía renovable y edificaciones inmobiliarias.
Al mismo tiempo interviene en concesiones para las esferas de transporte y energía eléctrica, carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y energía renovable en distintos territorios de América Latina.
En su actuar mundial, el grupo incorporó a lo largo de los años diversos servicios, entre ellos estudios de factibilidad de los proyectos, estructuración financiera, suministros, puesta en marcha y en algunos casos hasta la operación asistida, «es decir, tratamos de completar la cadena», señaló Hueb.
Además la compañía tiene una empresa productora de etanol, azúcar y bioenergía, con 10 ingenios, nueve de ellos en Brasil y uno en Angola.
A partir de esa experiencia firmamos un contrato de administración productiva con el grupo cubano Azcuba, para el central azucarero 5 de Septiembre en Cienfuegos, estimó el empresario.
Nuestra labor, precisó, incluirá la estructuración del crédito, la modernización de la planta, la mejora de la parte agrícola y la administración del central, con garantía de máxima generación eléctrica a partir del bagazo de la caña.
Hoy en día estamos en la fase de estructuración financiera y la primera acción será aumentar las plantaciones y la eficiencia por hectárea, pues no tendría sentido tener una industria con mayor capacidad sino hay más gramínea para moler, evaluó.
La primera experiencia de Odebrecht en Cuba fue la construcción de la terminal de contenedores del puerto del Mariel como parte de la Zona Especial de Desarrollo.
Como recuerda Hueb, en apenas tres años se hizo una moderna terminal marítima con capacidad para un millón de contenedores, un vial de acceso con 12 kilómetros de extensión y 70 kilómetros de ferrocarril de doble vía.
Según el empresario, llegado el momento COI se ofrecerá para participar en las siguientes etapas de la terminal de contenedores, cuyo plan maestro es muy amplio y avanzará de acuerdo con la demanda.
En Cuba encontramos «un gran potencial de permanencia y perpetuidad» para nuestra compañía con la mirada puesta en el mercado interno de 11 millones de habitantes y las posibles necesidades dentro del área del Caribe y América Latina , subrayó.
Cuando vinimos por primera vez, con ánimo de explorar la situación, «nos llamó mucho la atención que los lineamientos económicos aprobados por el gobierno surgieron de un trabajo conjunto con la población», distinguió.
Las ideas conceptuales partieron del análisis con el pueblo; existe una visión clara del rumbo que quiere seguir Cuba para construir su desarrollo, y ello ofrece seguridad a los inversionistas, razonó.
Sin embargo, muchos extranjeros que llegan a la isla en tareas de prospección de negocios manifiestan preocupaciones casi generalizadas por la figura de las empresas empleadoras y cuestionan su papel como intermediarias, opinó.
«Siempre que tengo la oportunidad les comento mi experiencia en la ejecución de la terminal de contenedores del Mariel: por ahí pasaron unos seis mil cubanos, y para nosotros la empresa empleadora nunca fue un obstáculo, su intervención resultó viable, beneficiosa, económica y eficiente», argumentó.
El trabajador cubano, observó, «tiene un alto nivel cultural, sentido de la disciplina, y una facilidad de aprender impresionante».
Para Odebrecht «es realmente un reconocimiento y un honor alcanzar la aprobación del gobierno cubano para nuestros proyectos», resumió.