La brigada de la UCI ayudó en el traslado de medios básicos hacia las salas de cirugía del hospital. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 21/09/2017 | 06:22 pm
Desde el pasado mes de agosto la juventud habanera ha tomado la ciudad. Además de viajes a provincias y el disfrute de las piscinas de los círculos sociales y centros nocturnos a precios módicos, ha participado con su voluntad y espíritu en los principales proyectos de impacto social que se desarrollan en la capital del país.
«Al menos una vez al mes —por lo general los segundos sábados—, los jóvenes de La Habana llegan a centros médicos, docentes y sociales para realizar trabajos voluntarios, recorridos por las instalaciones y encuentros con trabajadores que los acercan a los programas que desarrolla cada institución», aseguró Yisel Elena Lozano Campos, cuadro del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Entre los pioneros en este tipo de actividades, la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) realiza acciones similares, incluso desde antes de la convocatoria oficial por la organización. Según aseguró a nuestro diario Leonardo Rodríguez González, secretario general de la Juventud en ese centro de altos estudios, tienen entre sus acuerdos mantener este tipo de proyectos.
«El pasado año trabajamos durante seis fines de semana consecutivos en obras sociales del municipio de Playa, para restablecer y mejorar los servicios de dos hogares de ancianos y círculos infantiles. En 2015 hemos participado en igual número de estas instituciones en La Lisa y en el Hospital infantil William Soler, en Boyeros», explicó.
En este último, aclaró, su presencia responde al interés de su comité de base por involucrarse más en las principales transformaciones económicas, políticas y sociales del país como parte de la formación integral de sus integrantes.
De ahí que una brigada de 22 trabajadores y estudiantes del centro ayudara durante el mes de noviembre en las labores constructivas que se realizan actualmente en el Pediátrico. Entre las tareas desempeñadas ocuparon las jornadas el traslado de documentos e instrumental, la limpieza de los nuevos locales de consultas y la pintura de sus paredes y mobiliario.
Yaremis Pedro Peña, secretaria general de la UJC en el William Soler, dijo: «Que vengan a ayudarnos muchachos jóvenes de la UCI y otras instituciones de la ciudad es vital para nosotros, que no contamos con la suficiente fuerza humana en el hospital para agilizar el proceso constructivo. Ellos nos ayudan a realizar más rápido la mudanza, a acomodar los locales de las nuevas consultas y a ultimar detalles para la reapertura de los servicios afectados por las obras».
En estos momentos, aclaró, las instalaciones del William Soler se encuentran inmersas en una reparación total que incluye la mudada completa del policlínico para el cuerpo de guardia, y del archivo para la tercera planta, ya que el local ocupado por este pasará a las consultas de los lactantes, de ortopedia y de cirugía, como parte de un proyecto encaminado a mejorar la calidad de los servicios. La informatización de las consultas se encuentra entre las novedades del plan restaurador.
«Antes —expuso— las placas llevaban un proceso muy largo: ir a tirársela, esperarla y llevársela al médico. Con la informatización de este servicio, el paciente solo tiene que hacérsela en el local establecido y cuando regresa a la consulta, ya el médico la tendría digitalizada en la computadora, lo que lo agiliza todo».
Gracias al esfuerzo juvenil que ha inundado sus locales en estas jornadas, el centro pudo terminar las nuevas consultas que en un futuro integrarán el policlínico de especialidades del hospital, y reabrir otras afectadas por las obras.
Además del trabajo, los jóvenes informáticos tuvieron la oportunidad de recorrer las instalaciones del centro médico de referencia nacional e intercambiar con los especialistas y médicos que día a día salvan la vida de niños cubanos y extranjeros en las salas y locales que ellos ayudaron a terminar.