Plaza joven ha llevado impregnado mucho de disfrute, ímpetu, felicidad y energía. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:04 pm
Los sorprendidos ante lo que apreciaban solo atinaron a preguntar de qué se trataba, qué se celebraba con tanta euforia y entusiasmo. «Súmate y verás», les respondían los más jóvenes que sí estaban al tanto de lo que se les venía encima: una fiesta con diversas opciones, prácticamente para todos los gustos.
Aquel resultó el suceso de un viernes invernal para quienes en Manicaragua, Villa Clara, llegaron hasta la Casa de Cultura. Y confirmó, además, lo factible de realizar actividades culturales, con la sabia utilización de las instalaciones y la actuación de los artistas aficionados que existen en la localidad.
La satisfacción fue mayoritaria en quienes acudieron a la instalación, donde se desarrollaron peñas infantiles para los pioneros, quienes actuaron para sí mismos y participaron en competencias deportivas. Tampoco faltó la música y el baile, que tuvieron jornadas en el Centro Aires Libres y en el área de la feria. La actividad asumida a favor de una recreación sana y útil no tuvo más andamiaje que los recursos de la localidad.
La experiencia de los manicaragüenses no fue única, pues también la vivieron decenas de muchachos que han asistido o escuchado hablar de Plaza Joven, una iniciativa de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) como parte de su X Congreso, la cual se ha convertido en un suceso cultural.
Según datos brindados por el Comité Nacional de la UJC, en este espacio han participado casi 200 000 jóvenes, militantes o no, quienes consideran atractiva la propuesta de la organización y por tal motivo sugieren incrementar proyectos como este.
Apuesta por la identidad
Compartir buenas energías con jóvenes de varios sectores, descubrir el talento local y encontrar una propuesta de recreación a tono con las tradiciones y potencialidades de los territorios ha sido el otro saldo positivo que va dejando Plaza Joven, según comentaron varios entrevistados capitalinos con quienes JR intercambió poco después de asistir a una de esas actividades.
No imaginaba que fuera un espacio tan fresco, dinámico y, sobre todo, sirviera para intercambiar con tantas personas. Después del trabajo en comisiones pensé irme a casa, pero cuando me hablaron del proyecto decidí conocerlo, afirmó María Carla Díaz, quien resaltó que en él se representan casi todas las manifestaciones del arte.
La comunidad, donde confluimos todos, debe ser siempre un sitio singular y atractivo. En ese escenario pueden nacer diversas iniciativas para vivir a plenitud, expresó Juana González Pérez, quien se sumó con su pequeño Noel al proyecto de los delegados a la Asamblea Municipal de la UJC en Plaza de la Revolución, desarrollado en la céntrica calle 23, del Vedado capitalino.
Para el joven Alejandro Gumá, especialista del Centro de Investigación Cultural Juan Marinello, Plaza Joven le demostró que no podemos prescindir del arte y la cultura, y que estas deben estar en el centro de la transformación social, sin perder de vista las actuales y diversas preferencias de una población muy heterogénea.
«Tenemos que apostar por una cultura acorde con nuestra identidad, tradiciones y los valores que deseamos formar. Cuanto diseñemos, en todos los espacios para los más jóvenes, tiene que ser sin imponer patrones recreativos», afirmó.
La iniciativa ha demostrado que la vanguardia política juvenil tiene diversas oportunidades de cambiar sus maneras de involucrar a los jóvenes. Como en otras partes del país, opiniones de jóvenes villaclareños así lo confirman: «Ha sido una buena actividad, nos hemos divertido mucho»; «la UJC debe coordinar con más frecuencia este tipo de espectáculos para que el público de diferentes edades tenga una alternativa para entretenerse».
Espacios sin formalismo
Guelianni Brito González, director municipal de cine en Bolivia, Ciego de Ávila, señaló que este nuevo espacio debe cuidarse de los formalismos y la inercia. «No se puede hacer lo mismo todo el tiempo. Eso es lo primero a tener presente para no caer en la apatía. En un lugar se puede hacer de una manera y en otro de una forma distinta.
«Si en Carrillo, una comunidad apartada de Bolivia, a la gente le gusta el karaoke, pues Plaza Joven tiene que tener un karaoke; en otra serán unos mariachis. Pero pienso que la esencia es que la gente participe en su organización. Si eso ocurre, habrá mayor sentido de pertenencia».
Para Dagoberto Feris Franco, funcionario de la UJC en Bolivia, este proyecto tiene que verse como una de las plataformas de la Juventud Comunista para promover mayores niveles de participación de las nuevas generaciones. «Eliminar los malos hábitos, la descortesía. Eso se puede hacer en estos espacios. Hay que decirlo y pedirles a los muchachos que se comporten de manera educada. Estoy seguro que se logrará».
El güinero Camilo Pérez Pérez, reserva científica del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, aseveró que estas son jornadas fructíferas y necesarias, en las que los delegados interactúan con el pueblo y el talento local. «La UJC tiene el reto de integrar al universo juvenil a sus actividades y depende además de cada comité de base».
No pensé que llegaran a un poblado como este, donde en la vida cultural no abundan fiestas como la de esta noche. Me ha impactado el entusiasmo de esos muchachos y, por ello, los apoyo. Fueron esas las impresiones de Maidel Almaral Soto, directora de la Casa de Cultura en Tapaste, municipio de la provincia de Mayabeque.
«Los jóvenes pueden debatir y fiestar. Creo que los que, como yo, pensaron alguna vez que la UJC era solo reuniones sin frutos, ven su equivocación en noches como esta. No se trata de imponer un criterio, sino de convencer», destacó Maidel, quien además reconoció la necesidad de que los más nuevos se sientan protagonistas de su tiempo.
Lo que ha de perdurar
Ariadna Guerra Pereira, miembro del Buró Municipal de la UJC y profesora del Instituto Preuniversitario Urbano (IPU) José Carmona Ventura, de Ciego de Ávila, y Lisset Núñez González, estudiante de ese centro, expresan que la experiencia puede llevarse a distintas comunidades y zonas intrincadas, y no quedarse en los conglomerados urbanos; de lo contrario, no se crearían espacios de participación.
Ahora, para que Plaza Joven no se pierda, es necesaria la unidad de los organismos, entidades y organizaciones, refirió Feris Franco, quien llamó a no olvidar la presencia del talento local, como tampoco se puede dejar de convocar a artistas reconocidos, aun cuando no se les pague mucho. «Que participen por una cuestión de servicio social, de ayuda, siempre y cuando se les garanticen las condiciones materiales indispensables».
Como Ariadna Ginarte Vázquez, instructora de arte en el IPU, nadie duda de que Plaza Joven pueda convertirse en una opción más de intercambio y esparcimiento entre jóvenes pertenecientes o no a la organización, además de una manera de aglutinar.