Alrededor de una quinta parte del área total cultivada en nuestro país se beneficia con sistemas de riego. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:56 pm
La producción de alimentos es la actividad económica que más agua consume en el país, a pesar de que solo 473 000 hectáreas se benefician con el riego. Eso representa el 18 por ciento del área total cultivada, y el siete por ciento del área total agrícola, pues parte de esta última son los bosques y otros enclaves que no requieren ser irrigados.
Cerca del 46 por ciento del agua que se contrata con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) la solicitan las estructuras adscritas al Ministerio de la Agricultura (Minag).
Pero, ¿hasta qué punto este recurso, valorado por especialistas como un insumo de mucho valor, se emplea con eficiencia?
Para analizar por dónde comienza la ineficiencia en el uso del agua destinada a las labores agrícolas hay que señalar que el sistema cuenta con 595 micropresas distribuidas en 80 municipios del país. De estas se encuentran en buen estado técnico 104, regular 247 y malo 244. Entre todas embalsan 397 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales solo aprovechan el 63 por ciento de su volumen, debido al mal estado técnico de estos reservorios.
Rodobaldo López Valle, jefe del Departamento de Riego del Minag, no solo ofreció los datos anteriores, también señaló que del total del agua que se balancea anualmente para la agricultura, desde 2011 y hasta la fecha, el consumo se comporta entre un 82 y 85 por ciento.
López Valle se refirió al cultivo del arroz como la actividad que más agua demanda dentro del sector. El 60 por ciento de toda la que se destina cada año a la agricultura se gasta en la producción de ese cereal.
Este año, hasta el mes de julio, el empleo de ese recurso se incumplía en un 14 por ciento. Eso significa que del total planificado se usó hasta ese momento el 86 por ciento.
Según López Valle, los factores fundamentales que inciden en ese déficit son la rotura en los equipamientos de bombeo, la falta de partes, piezas y agregados para repararlos, la falta de insumos y el atraso en la preparación de las tierras, y las lluvias ocurridas en ese período. También conspiró contra el pleno uso del agua prevista el incumplimiento en la ejecución de inversiones planificadas en cultivos como el arroz.
Aunque recordó que la agricultura es una industria a cielo abierto, donde casi nada es predecible, reconoció que todavía no se ha alcanzado la objetividad requerida para solicitar este recurso. Por esa razón se dilapida dinero, y se entorpece el suministro del necesario líquido a otros organismos que también lo necesitan.
El especialista en Riego y Drenaje, Alejandro Alfonso Ledesma, especificó que cada metro cúbico de agua que se use le cuesta al productor 18 centavos, y si se contrata y no se usa también hay que pagar cada metro cúbico conciliado a 13 centavos. Solo se exime de pago a quien por razones de causa mayor —como huracanes, temporales…—, no la emplee luego de haberla solicitado. Quienes se sobregiren en el consumo deberán liquidar 36 centavos por cada metro cúbico que se exceda.
Alfonso Ledesma consideró que estas tarifas han permitido el ahorro de agua, desde que se implementaron hace más de un año. Aclaró que existen mecanismos para ajustar y hacer flexibles los contratos que se realizan con el INRH, cuando por razones lógicas, como la ocurrencia de precipitaciones, no se usa el agua.
Los granos primero
La eficiencia del riego en Cuba se comporta a un 68 por ciento, según reconoció el Jefe del Departamento de Riego del Minag, quien dijo que para elevar el desarrollo y la eficiencia de esta actividad, el drenaje y abasto de agua, hay una serie de acciones que se encuentran en proceso de implementación paulatina, en consonancia con las posibilidades económicas del país.
«Se elaboró el Programa Hidráulico Nacional como base para la proyección de la eficiencia que tenemos que alcanzar. Con el equipamiento que empezamos ya a recibir y esa plataforma que permitirá orientarnos, estimamos que la eficiencia ascienda a un 74 por ciento en 2020», acotó.
Significó como una de las medidas emergentes, incluidas en el Programa Hidráulico Nacional, la necesidad de un financiamiento estimado de 46,2 millones de pesos para acometer arreglos en 410 micropresas, de las 595 que posee este organismo.
Para la ejecución de las reparaciones de los sistemas de riego y drenaje está prevista la incorporación, por el Grupo Agroindustrial de Granos, de 14 brigadas que trabajarán principalmente en la reparación de viales, canales y sistemas de riego.
López Valle explicó que para incrementar las áreas bajo riego se están recibiendo equipamientos modernos. Desde 2014 y hasta 2020 existe un programa de fabricación, concertado con el Ministerio de Industria, para asegurar la adquisición de 250 máquinas de riego, fundamentalmente para la producción de granos (frijol, maíz y sorgo), por constituir renglones que sustituyen de forma directa importaciones de alimentos al país.
«Contamos con 90 nuevas máquinas (40 en 2012 y 50 en 2013); se espera que la entrega se mantenga a un ritmo de 50 por año hasta el 2020. Para la ubicación del riego con máquinas modernas, como las de pívot central eléctricas, priorizamos los polos productivos identificados en el programa de granos, los municipios priorizados en los programas de desarrollo, y las áreas cercanas a los centros educacionales transformados en comunidades agrícolas.
«Consideramos, además, condiciones como la electrificación y la perforación de pozos. Existe un programa de 2014 a 2020 con el Instituto de Recursos Hidráulicos que permitirá en ese período perforar 1 700 pozos, a un ritmo anual que oscile entre 250 y 270. El año pasado se perforaron 191, y para el presente existe un plan de 183, de los cuales se han acometido 79.
«Para los programas de cultivos varios, ganadería, cítricos y frutales hemos demandado hasta el 2020 al Ministerio de Industria 34 900 sistemas de riego por aspersión portátil de 1, 2,4, 6 y diez hectáreas. Además, para el incremento de áreas de plátanos, cítricos y frutales solicitamos 18 kilómetros de goteros insertados», refirió.
El funcionario señaló que el INRH cuenta con la capacidad constructiva necesaria para ejecutar los 183 pozos correspondientes al año en curso, y que para 2015 tienen aprobados cuatro millones de pesos, con los cuales darán respuesta al programa que traerá beneficios para la ganadería, el arroz, cultivos varios, frutales y la Unión de Empresas del Combinado Avícola Nacional.
Destacó el papel que jugará la Carpeta Rectora de Riego y Drenaje Agrícola, la cual se encuentra en fase de aprobación por la Dirección Jurídica del Minag, y coadyuvará a la racionalidad y eficiencia que persiguen en el sector con el uso del agua.
Reconoció como un paso importante en el ordenamiento del referido recurso, el hecho de haber definido a los administradores de 74 sistemas de riego que se abastecen desde fuentes del INRH. Precisó que en esos lugares el estado técnico de los canales para la conducción del agua es deficiente y hay carencia de hidrómetros para medir el consumo.
López Valle aseguró que el Minag ha conciliado con la Empresa Nacional de Análisis y Servicios Técnicos del INRH la contratación de los estudios necesarios para el tratamiento de los residuales porcinos, avícolas, ganaderos y los procedentes de las despulpadoras de café. Los dos organismos identificaron 256 hipocloradores para clorar el agua en los acueductos pertenecientes a la agricultura, que suministran el vital líquido a 93 487 habitantes en 269 comunidades.
Otros lastres de la eficiencia
Pero, según valoró Alejandro Alfonso Ledesma, no solo hacen falta financiamiento y recursos materiales para hacer eficiente el uso del agua en la agricultura. También urge capacitar a los recursos humanos que se relacionan con este insumo natural agotable. Para operar las modernas máquinas se precisan personas capacitadas que sepan emplearlas correctamente y garantizar su ciclo de vida útil.
Por eso —precisó— el Minag se relaciona estrechamente con el sistema de educación para la formación de técnicos y profesionales que conozcan las especialidades de Riego y Drenaje.
Otro fenómeno que atenta contra el óptimo desempeño del riego en el país son los hechos de vandalismo, principalmente aquellos que se cometen contra las partes y piezas de las máquinas de regadío. Aunque se reportan menos que en años anteriores, todavía persisten estas manifestaciones, las cuales han de controlarse en la medida en que el sentido de pertenencia se entronice en las bases productivas, y los dividendos que lleguen a los bolsillos de sus miembros guarden relación directa con el cuidado de todo su patrimonio.