Campesinos en plena faena de cosecha de frijol en la cooperativa de créditos y servicios fortalecida (CCSF) Juan Darias. Autor: Oscar Alfonso Sosa Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
YAGUAJAY, Sancti Spíritus.— El olor a esfuerzo, consagración y entrega hacia la tierra anuncia la llegada a cualquier comunidad de este norteño municipio espirituano. Los campos con los sembradíos de frijol, como tableros de ajedrez, reafirman ese extraño aroma. Sus campesinos dominan bien los surcos y desde cada uno de ellos obtienen excelentes frutos como resultado del trabajo.
Gracias a la alta producción de ese grano hasta este período, Sancti Spíritus, con un plan de 2 326 toneladas a entregar al Estado logró ya más de 3 000 toneladas, distribuidas en la canasta básica y consumo social. Los números indican que el territorio sobrecumplió el plan al 131 por ciento, principalmente, gracias a las cosechas obtenidas en las tierras de Yaguajay.
La provincia, junto a Cienfuegos, Matanzas, Pinar del Río y Ciego de Ávila se distingue a nivel nacional por contar con el frijol del año. Además, ha tributado más de 1 455 toneladas a los territorios de Guantánamo, Santiago de Cuba y Camagüey.
Preparación de la tierra
En el pasado 2013 la realidad fue totalmente diferente. Acopio incumplió el plan de entrega de frijol a la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios de Sancti Spíritus, debido a la escasa producción del grano. Ello provocó la creación de una estrategia basada en una mayor planificación y organización desde todos los niveles para la siembra y cosecha de ese producto agrícola.
Las diferentes estructuras del Ministerio de la Agricultura (Minagri) y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) junto con los Consejos Municipales de la Administración, dirigieron entonces sus esfuerzos a elevar la calidad y el número de toneladas de este producto, de gran importancia en la sustitución de importaciones.
Precisamente, una de las trascendentales transformaciones tuvo lugar en la Empresa Agroindustrial de Granos (EAG) Valle del Caonao, única de su tipo en Sancti Spíritus. La entidad, ubicada en el Consejo popular Iguará, del municipio de Yaguajay, tras varios años sin cumplir sus planes anuales y con tres embargos del tribunal por el monto de 3 400 000 pesos, inició este 2014 libre de todas las deudas. Su producción de frijol fue de 186 000 toneladas, lo que permitió la obtención de 2 500 000 pesos de ganancia.
A juicio de Luis Javier Molina, director adjunto de la entidad, el secreto recayó en sembrar más y controlar todas las tareas del plan de siembra y producción.
«No se cumplía lo planificado debido a las malas administraciones, además de los eventos meteorológicos adversos. Nuestra empresa estatal socialista en poco más de un año es otra, y aunque aún nos queda mucho por hacer con la producción del frijol y el maíz, continuaremos elevando los indicadores económicos», agregó.
Las Unidades Empresariales de Base (UEB) San Marcos y Batey colorao, pertenecientes ambas a la empresa, hoy agilizan todo el proceso de preparación de tierras para la siembra de frijol de la próxima etapa, que comienza en septiembre venidero.
El directivo de la entidad explicó que de las 230 hectáreas incluidas en el plan de este 2014 hasta la fecha, solo de 186 se han obtenido frutos, por la afectación de la antracnosis, causada por el hongo Colletotrichum lindemuthianum, enfermedad que dañó gran parte de la plantación del frijol. A ello se unieron las altas temperaturas, junto a las lluvias que incidieron negativamente en la siembra de la segunda quincena de octubre de 2013.
«Debimos repetir la siembra del cultivo porque no podemos retroceder en lo avanzado», refirió.
Como resultado del reordenamiento existente en todos los organismos para respaldar la actualización del modelo económico del país, la EAG Valle del Caonao cambió su objeto social. A partir de este año comercializa y distribuye los granos de la provincia. Su puesta en práctica debe ser en la próxima siembra en septiembre. Bajo su tutela estarán todos los productores espirituanos.
«Por ello, se prepara una industria de secado y beneficio de frijol con carácter provincial, que se ubicará en Iguará, y se importará una planta desde Brasil para igual uso que va a tener una capacidad de 30 toneladas diarias. Esta última beneficiará desde la ciudad de Sancti Spíritus a todos los graneros del centro sur de Cuba», destacó Luis Javier Molina.
Ambas plantas permitirán una mayor calidad del grano y un proceso de preparación más rápido para su posterior comercialización.
Mano de obra
Iván Ramón Espinosa, campesino de más de 20 años en la UEB Batey colorao, conoce bien todos los secretos de la tierra. Aún recuerda cuánto sufrió con el deterioro de la EAG Valle del Caonao y cómo el poco apoyo estatal limitó sus cosechas.
Afortunadamente, hoy las hectáreas de sembrado crecen con un verdor diferente. Un pelotón de tractores, las máquinas cortadoras llegadas desde el Sur del Jíbaro y las estrechas relaciones con otras entidades enriquecen la producción de sus granos.
«Aún tenemos insatisfacciones con los precios de algunos insumos del paquete tecnológico. Aunque reconozco que al subirnos el pago de las producciones debieron elevar también el precio de ellos», refirió.
En opinión del administrador de la UEB yaguajayense, desde hace dos años los componentes del paquete tecnológico llegan con mayor disciplina a manos de los campesinos. Esa sistematicidad ha influido, también, en los altos índices de producción de la zona.
El municipio de Yaguajay, uno de los territorios más fértiles en Cuba cuando de frijol se habla, no solo exhibe resultados en la EAG Valle del Caonao. Las más de 20 entidades entre CPA y CCS, distribuidas en todas sus comunidades, apuestan por la siembra y recolección de ese grano.
El joven de 25 años Carlos Alberto Herrera decidió acogerse al Decreto-Ley 259, aprobado en 2008 con el objetivo de entregar tierras estatales ociosas en concepto de usufructo a personas naturales o jurídicas para ser utilizadas en forma racional y sostenible. Junto a su padre y hermano recibió un total de cuatro hectáreas para la producción de frijol.
«Apostamos por ese producto porque, además de que la tierra de aquí es buena, es una necesidad para el país», afirmó el miembro de la CCS Félix Rodríguez, de la zona de Itabo.
La familia yaguajayense firmó para este 2014 un contrato con Acopio de 73 quintales. Tras sobrecumplir el plan entregó alrededor de 90 de frijol colorado y el Estado se lo pagó a nueve pesos la libra, mientras que el frijol negro fue a ocho. Con ese estímulo, sus resultados en el rendimiento por cordel estuvieron entre los más destacados.
«La producción está sometida a varios factores como los cambios meteorológicos. Hay que tener mucha voluntad y deseos de trabajo para preparar la tierra bien; realizar las fumigaciones. Es un ciclo que no entiende de peros, ni de descansos», añadió.
Carlos Alberto Herrera es el secretario del comité de base de la UJC en su CCS. Todos sus militantes en cada una de las reuniones analizan, además de los temas de interés político— social, cómo solucionar algunos problemas que hoy afectan al campesinado.
«Los altos precios, sobre todo del abono, la necesidad de las guardias operativas para eliminar el robo de los sembrados y las tuberías para el regado y cómo elevar las producciones para bajar sus costos están siempre entre los puntos de la reuniones», afirmó.
—A pesar de tu juventud, ¿nunca le tienes miedo al campo?
—Todo el mundo le coge miedo. Es duro y exige sacrificio, pero yo le recomiendo a todos los que tengan las posibilidades y las condiciones que trabajen la tierra. Da resultado y se ve el fruto en un pequeño período de tiempo, dice.
Recogida del fruto
Gracias a la gran producción de frijol, hoy todos los centros de comercio en Sancti Spíritus han vendido a la población lo establecido en la canasta básica hasta el mes de agosto y se ha entregado al consumo social el ciento por ciento de lo previsto.
Para Eduardo Morales Rodríguez, director de la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios, en la provincia aún se debe seguir exigiendo a Acopio por la calidad del grano y del saco en que se transporta.
«El frijol producido por el campesino aún no tiene todo el tratamiento tecnológico, principalmente en el secado y sobre todo la humedad. Eso ha propiciado que debamos distribuirlo con meses de antelación porque en nuestros almacenes solo tenemos condiciones para su durabilidad por seis meses», explicó.
La propia fuente añadió que dentro de un mismo embalaje aparecen granos de diferentes colores y tamaños, lo que provoca opiniones desfavorables entre la población.
«Fundamentalmente, cuando lo trasladamos a largas distancias hemos perdido gran cantidad de frijoles porque los sacos se rompen. Eso debe ser tomado en cuenta para próximos contratos», agregó.
En criterio del directivo, otro de los factores que permitieron los significativos resultados en la siembra, cosecha y comercialización del importante grano fue el engranaje y unión de todos los responsables con el proceso productivo.
A pesar de que aún hoy, cuando en Cuba se habla sobre cualquier producto agrícola aparecen disímiles dificultades, Sancti Spíritus demostró en este 2014 que con un mayor control, planificación y organización, la tierra recompensa.