Queridas hermanitas Adriana y Elizabeth:
Esta es mi felicitación para mis hermanos Gerardo y Ramón en sus venideros cumpleaños.
El 27 de marzo de 1999, en el «hueco», escribí un poema que nació de una breve conversación con Gerardo. Ellos evitaban hablar sobre sus vidas, sus verdaderas vidas. Algo él me dijo sobre el cumpleaños de un ser querido, creo recordar que era el de su esposa, y como el tuyo es en enero, lo más seguro que aquel breve intercambio fue en ese mes y luego escribí el poema. Jamás mis dos hermanos dieron la más mínima muestra de tristeza. Todo lo contrario, irradiaban constantemente un inmenso optimismo y una indestructible firmeza. Su inocencia se podía ver con claridad en sus ojos. Su dignidad crecía en la medida que el ensañamiento era más cruel. Siempre los recuerdo, por aquellos días, alegres y jodedores (no encuentro otra palabra); claro, mientras no comenzaron a jugar entre ellos en ingenioso parchís que Gerardo «manufacturó» con la «fórmula mágica».
Luego cuando, incluso yo, supe de sus vidas, de sus familias y de sus amores, los admiré aún más, si era posible admirarlos más.
Aquí les va ese poema, que con acierto fue seleccionado para el libro La verdad me nombra.
Felicitación
Yo sé que hoy es día de fiesta
aunque en tus adentros lloras.
El camino está lluvioso de ti,
al mismo tiempo que de ti está soleado.
Escúchame, cuando llegue a tu puerta
la tristeza, no la dejes entrar,
dile que es por amor que hemos llegado
a donde no todos pueden llegar
y agrégale que ese amor es una flor
capaz de pertenecer
a todas las estaciones y a toda la tierra,
capaz de abrirse de súbito
como una ingente estrella.
Dile que somos, mejor dicho,
que son nuestros principios, invencibles.
Mi abrazo más inmenso para mis dos hermanos y también para ustedes, que son tan parte de ellos.
¡Venceremos!
Tony
3 de junio de 2014
Prisión Federal de Marianna.