Son horas de mucho ajetreo: maestros, padres y alumnos se juntan para engalanar las aulas, reparar libros, e higienizar los locales. Autor: Humberto Líster Publicado: 21/09/2017 | 05:38 pm
ARTEMISA.— El noveno mes del año reserva para todos gratas emociones. Su llegada marca el inicio del curso escolar, una etapa importante en la vida de cada ser humano, porque entraña descubrir y aprender del mundo que nos rodea. Por eso, desde las vacaciones, muchos son los detalles que se deben alistar en cada centro educacional para que nada frene el aprendizaje.
Las últimas jornadas de agosto son decisivas. Entonces maestros, padres y alumnos se juntan para engalanar las aulas, reparar libros, higienizar los locales, y en la casa la agitación es constante para dejar listos los uniformes y forrar libros y libretas.
Un simple vistazo por las escuelas revela el ajetreo. En el centro mixto José Licourt Domínguez, en San Cristóbal, las vacaciones han sido de intenso trabajo. Arelis Serrano Torres, subdirectora administrativa, explica que el éxito está en la constancia. «Todos los trabajadores de la administración nos mantuvimos trabajando en la etapa veraniega, para dar mantenimiento al centro».
Por eso, cuando los estudiantes comiencen sus clases encontrarán una segunda planta renovada, con un tanque de agua nuevo, las aulas pintadas y limpias y la base material de estudio completa, al igual que el claustro de profesores.
Aunque el mobiliario está bastante deteriorado por los años de uso, los trabajadores buscan alternativas para alargar la vida útil de los muebles y que esto no constituya un impedimento.
Según destacó Sergio Suárez Bermúdez, director general de Educación, Cultura y Deporte en la provincia, recibieron reparaciones considerables la ESBU Rafael Valdés, de San Antonio de los Baños, la escuela Grandes Alamedas y la ESPA Julito Díaz, hoy EIDE provincial.
También se pintaron 19 centros, una treintena recibió enchape cerámico y otros 50 fueron reparados de una u otra forma, y se garantizó un nivel de detergente líquido y sólido, colchas para trapear y escobas.
Reconforta saber que la cobertura docente mejora notablemente gracias a la aplicación de algunas alternativas. Sergio Suárez explicó que «se incorporaron más de 200 jubilados y regresaron 50 profesores que habían solicitado la baja».
La base material de estudio se halla en más del 95 por ciento en los centros educacionales, y también el Ministerio de Educación ha entregado material gastable. Y ya está el cloro para garantizar la calidad del agua.
Igual de alentador resulta, según Suárez Bermúdez, la instalación de 17 laboratorios de Química, Física y Biología en la enseñanza Secundaria.
Hasta el 2 de septiembre continuarán las labores. Entonces las aulas reabrirán y la magia de los libros atrapará a miles de estudiantes. De nuevo los profesores cautivarán con sus historias y la pizarra cobrará vida. Los días del saber re-gresan, y todo parece estar listo para ese momento especial.