Alexander talla gigantografías de personalidades de la literatura cubana y de próceres en paredes de la ciudad. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:32 pm
CAMAGÜEY.— El joven Alexander Hernández Alonso, miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) e instructor de arte, persigue con sus obras abrirle espacio a la belleza, poniendo luz sobre lo gris. Su entrega le valió el pasado año el premio Salón de la Ciudad, en su edición XXII, con el proyecto Con lo que se construye un pueblo.
—¿Cómo surgió la idea de tallar en paredes en desuso de la ciudad los rostros de próceres de la historia y figuras relevantes de la cultura nacional?
—No me conformo con concebir el arte como algo estático, como pieza decorativa en medio de un salón expositivo, porque creo que debe ser útil en su tiempo y que debe generar pensamientos en quien lo asume, para que perdure a través de sus vivencias.
«El arte puede y debe estar más allá de salones y galerías, o sea, también en lugares inesperados e inhóspitos como los espacios que ocupan las gigantografías del proyecto Con lo que se construye un pueblo, hechas en paredes viejas que adquieren otro sentido».
—¿En tu creación la palabra «viejo» adquiere otro sentido?
—Por supuesto, porque lo viejo, sinónimo muchas veces de fuera de moda y contexto, retoma en mi obra actualidad y vida.
«Por ejemplo, con el proyecto Con lo que se construye un pueblo busqué paredes no solo en desuso y viejas, sino que procuré que estas hubieran sido testigos del paso y actuar de esas personalidades y próceres en nuestra ciudad de Camagüey.
«Quise mantener entre nosotros desde esas paredes a Nicolás Guillén, José Martí, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Fidelio Ponce de León, Luis Casas Romero e Ignacio Agramonte y Loynaz. Ahora, para mi satisfacción, ya no son aquellos muros que antes nadie miraba».
—Con tu obra no solo expresas mensajes, sino que interactúas con el público…
—Es vital para mí la comunicación, porque con esta consolido mi obra, con la cual persigo cambiar también el contexto, mejorarlo.
—¿Expectativas?
—Extender por varias ciudades del país el proyecto Con lo que se construye un pueblo, que además me impone el reto de estudiar la historia local de esas ciudades.