Equipo de traductores e intérpretes. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:26 pm
La Habana, “dueña del tiempo y la memoria” -como dijera el poeta Miguel Barnet- continúa siendo la ciudad esplendorosa y singular que no deja indiferente al espíritu humano.
El Vedado, enmarcado por famosas vías como la Calle 23, Paseo, Avenida de los Presidentes -más conocida como G- y Línea, llamada así porque por allí transitaba el ferrocarril que lo unía con La Habana Vieja, resulta una suerte de icono por sus cualidades urbanísticas y constructivas y es considerado uno de los barrios residenciales de mayor aceptación entre los habaneros.
Esta zona, elegante, fue imponiendo desde sus inicios su carácter y no sólo por sus majestuosas residencias, sino por el buen trazado de sus calles y avenidas. Distinguido por un diseño original casi perfecto, y sin perder las virtudes que le ofrecía la cercanía del mar, se convierte en una suerte de patrimonio citadino, al incluir verdaderos parques, el arbolado, el césped, áreas públicas y de descanso, así como otras edificaciones con fines educacionales, benéficos, religiosos, culturales e intelectuales.
En la esquina de la Calle Línea y D, se vislumbra una de las más llamativas “casonas” del reparto, originalmente denominada Villa Campa. Fue construida en 1905 por el señor Ramón Rodriguez Campa, comerciante y natural de Avilés, España. La vistosa vivienda consta de tres plantas y su entrada, frente a Línea, fue concebida con amplios portales, como comenzaba a estilarse en las construcciones de la época, para facilitar la necesaria entrada de las brisas que menguaran el sol abrasador diario. La estructura de hormigón, con refuerzos de acero y paredes de ladrillos, pisos de mármol y granito, majestuosos enrejados y puerta de cedro, hicieron posible su perdurabilidad en el tiempo. En 1962 fue abandonada por sus dueños quienes salieron del país por no estar de acuerdo con las medidas tomadas por la Revolución. Años más tarde fue entregada a la Organización de Solidaridad de los pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAL) y a partir de ese momento, el inmueble esplendoroso, cuyo único sentido fue el de ser una casa de vivienda, pasó a tener un uso completamente diferente. A esta casona arribó un pequeño grupo de personas para formar un equipo de traductores e intérpretes que reuniera los idiomas fundamentales. Trabajarían dando servicios a la más alta dirección del país y a los organismos que lo solicitaran. Más adelante, los eventos y la atención a delegaciones comenzaron a multiplicarse, por lo que fue necesario crear una estructura que garantizara un trabajo eficaz en ese sentido. Se creó un sistema de becas y se inició la formación de traductores e intérpretes en el Instituto Pablo Lafargue fundado con un grupo de estudiantes de la naciente escuela Máximo Gorki, concebida para formar docentes. En un corto período de tiempo fueron preparados los primeros especialistas en ruso, alemán, francés y checo; y unos años después se extendieron a 13 idiomas.
Fue así que el 23 de octubre de 1973 quedó fundado el Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI) por un grupo de traductores del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Su misión: garantizar la comunicación mediante servicios profesionales de traducción e interpretación de acuerdo con las necesidades del Partido, el Estado, el Gobierno cubanos y demás personas jurídicas y naturales nacionales y extranjeras. En los inicios, la institución fue desempeñando su labor en significativos e importantes eventos como el Primer Congreso del Partido en 1975, el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en 1978, y la 6ta. Cumbre del Movimiento de Países No Alineados en 1979.
Hasta el día de hoy es la entidad encargada de la traducción y la interpretación en Cuba con presencia en el ámbito internacional. Se extendió también la prestación del servicio a particulares y otras organizaciones.
El 14 de mayo de 1994 se fundó también la Asociación Cubana de Traductores e Intérpretes (ACTI); la asociación es miembro de la Federación Internacional de Traductores (FIT) desde 2002 y su objetivo es promover el desarrollo de la profesión en el país.
El ESTI actualmente realiza traducciones a 19 idiomas y cuenta con un gran prestigio en el escenario mundial, pues fue incorporando el trabajo de traducción a organismos internacionales, así como la contratación de sus especialistas en el Sistema de las Naciones Unidas.
La traducción de las Mesas Redondas en vivo, las Reflexiones de Fidel y las teleclases forman parte del quehacer diario de la entidad. También desde el centro se brinda el servicio de Traducción en Línea, con el objetivo de trasladar a varios idiomas las noticias que publica nuestra prensa. Apoyar a las brigadas de internacionalistas cubanos en zonas de desastre y a las distintas misiones diplomáticas constituye otra responsabilidad de este grupo de trabajo
Adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores, el Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes cumple 39 años de creado y en el fervor del nuevo aniversario ratifica la disposición de continuar comunicando, con el más alto sentido de la ética y la verdad, las traducciones gubernamentales y oficiales de Cuba.