Los jóvenes Maykelis Díaz y Javier Arece han encontrado en este centro un espacio especial para su crecimiento profesional. Autor: Hugo García Publicado: 21/09/2017 | 05:19 pm
INDIO HATUEY, Perico, Matanzas.— La Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, el primer centro de investigaciones agropecuarias creado por la Revolución hace 50 años, contribuye al desarrollo agrario sostenible.
El Doctor Giraldo Martín Martín, director de esta entidad, manifestó a Juventud Rebelde que llegaron al medio siglo con una institución más fortalecida y diversificada, con perfil amplio de trabajo y que centra sus investigaciones en el campo de la agroecología.
Actualmente la Estación cuenta con 98 profesionales, 48 investigadores, de ellos 26 doctores y 33 másteres, e incursiona en un proceso de formación doctoral para los jóvenes.
Ciencia que crece
En los primeros años el principal objetivo era producir variedades de pastos y forrajes para la alimentación del ganado, y para ello se hicieron estudios con alrededor de 5 000 plantas de diferentes géneros y especies, hasta que fueron aprobadas 30 variedades comerciales y conservados los germoplasmas vivos de más de 2 000 tipos de plantas de gramínea, arbóreas y leguminosas, que pueden ser de interés para la alimentación de diferentes tipos de animales.
En los últimos años han incursionado en el trabajo con las especies que se emplean para brindar servicio de césped a jardines y campos de cultivo, y en la crianza del gusano de seda.
También estudian los sistemas agroenergéticos, buscando cómo los residuos de los sistemas productivos se convierten en nuevos productos de interés para la agricultura.
«Se trata de convertir un residual de un árbol podado en un sistema silvopastoril en energía eléctrica, biofertilizantes o en bioabono, o las excretas de los animales en bioabono y en biogás, que puedan servir como sustento energético de los sistemas productivos», añadió el directivo.
Tenemos centrados los estudios —refirió Giraldo Martín— en la búsqueda de sistemas sostenibles de producción agropecuaria, menos dependientes del petróleo, que tengan impacto en la economía del país por los niveles productivos que se puedan lograr, y que contribuyan a sustituir parte de las importaciones que eroga el país para la alimentación animal y que cubra en cierta medida la demanda energética de su sistema productivo.
También ahondó en que trabajan mucho con el sector productivo en la transferencia de tecnología, capacitación y preparación de talentos. Hay algunas experiencias en diferentes provincias, vinculadas al proyecto BiomasCuba, «en el que pretendemos que la biomasa se convierta en fuente de energía renovable en el medio rural».
Se efectuaron igualmente estudios y se aplicaron tecnologías relacionadas con la evaluación fitotécnica y química de la planta Jatropha curcas para la producción de biodiésel.
«Esta planta oleaginosa —precisó Martín Martín— se cultiva bien en las condiciones de Cuba y produce un fruto con alto contenido de aceite, que a través de un proceso químico se convierte en biocombustible, y que puede ser usado para sustituir parte de los combustibles que usa la agricultura en la preparación de la tierra y labores agrícolas en general.
El directivo enfatizó en que «trabajamos la producción del biocombustible para producir alimento; no cogemos los alimentos para producir biocombustible; es un enfoque diferente, y a la vez que producimos biocombustibles intercalamos alimentos en esas tierras».
Igualmente en Indio Hatuey se contribuye al desarrollo local, enfocados en cómo convertir un municipio rural como Martí en un territorio que se pueda autoabastecer de alimentos y mejore la calidad de vida de sus ciudadanos en sentido general.
La Estación mantiene vínculos con varios países y tiene aprobados cuatro proyectos internacionales; cuenta con tres laboratorios: uno de salud animal, otro de biotecnología y un tercero de análisis químico.
Jóvenes de la ciencia
El Doctor en Ciencias Veterinarias Javier Arece García, graduado en Medicina Veterinaria en la Universidad Agraria de La Habana en el año 1998, es un joven que trabaja en la Organización Socialista de Base Tecnológica Ganadería Sostenible. Es líder de un proyecto que trata sobre la búsqueda de alternativas para el control parasitario en pequeños rumiantes en producción.
Posee más de 20 publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Ha participado en varios eventos en Cuba y en el extranjero.
Javier Arece afirmó que aunque está satisfecho, considera que ha hecho poco, que aún tiene que seguirle aportando al país. También hizo referencia a todo el apoyo institucional recibido, al punto de que en la Estación se siente como en su propia casa.
«En Indio Hatuey se respira un ambiente muy especial; es un centro respetado por sus resultados. Aquí me jubilo; en este lugar casi todos tenemos un plan interno de desarrollo, y mi meta es un segundo doctorado con resultados tangibles, con contribuciones al país», expresó el joven.
«Aquí llega un graduado de cualquier especialidad y se rota por las áreas; después el Consejo de Dirección decide dónde ubicarlo. A mí me han tocado dos y ya uno defendió la maestría y al otro lo estamos preparando para un doctorado», concluyó.
Confianza en el relevo
Maykelis Díaz Solares, con 29 años de edad, se graduó de Doctora en Bioquímica en la Universidad Autónoma de Barcelona, con título homologado en Cuba como Doctora en Ciencias Biológicas.
Desde que culminó sus estudios trabaja en la Estación Experimental como investigadora; forma parte del Módulo de Bioproductos y es líder científica del laboratorio de Biotecnología, donde investiga en extractos de Morus Alba y sus potencialidades para la salud, además de otras plantas de interés. También labora en la caracterización de microorganismos eficientes con usos agropecuarios.
Al llegar pasó cursos iniciales en el centro, como de Inglés y de Pastos y Forrajes, y después obtuvo la beca en España para el doctorado.
«En el laboratorio de Biotecnología laboro en el proyecto de estudios in vitro de la planta Morus Alba (planta Morera), la cual se usa en la alimentación animal, por sus variadas propiedades, y en la medicina china para prevenir muchas enfermedades».
En 2010 ganó el Premio del Consejo Científico de la Estación por ser el trabajo de mayor originalidad del año.
El hecho de que los laboratorios estén equipados con tecnologías de avanzada ha propiciado que las investigaciones sean de mucha más calidad y que sus resultados sean publicados en revistas de impacto.
«Uno de los éxitos fundamentales de la Estación —en opinión de Maykelis Díaz— es que confía en los jóvenes, lo que hace que ellos se comprometan y se superen; así sientes este lugar como parte de tu vida».
Maykelis recordó que conoció la Estación cuando estaba en cuarto año de la Licenciatura en Bioquímica en la Universidad de La Habana.
«Aquí me he desarrollado científicamente, porque nos exigen elevar nuestro nivel científico y acompañar la tarea de investigación con la docencia; por eso soy profesora titular en las asignaturas de Bioquímica y Biotecnología Vegetal de los estudiantes de Ingeniería Agrónoma y Bioquímica Básica; y Bioquímica y Metabolismo para la carrera de Medicina Veterinaria».
Además ella es miembro del claustro de profesores de la Maestría en Pastos y Forrajes; pertenece al Comité Editorial de la Revista Pastos y Forrajes; es miembro del Consejo Científico y del Consejo Técnico Asesor de la institución, y se desempeña como vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Pastos.