Prueba del favorable ambiente en que transcurren las relaciones entre Cuba y China, ha sido por estos días el intercambio de Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros de la Isla, con altos dignatarios del país asiático, destaca la AIN.
Con la visita del también miembro del Buró Político del Partido Comunista, la cual culmina hoy, ambas naciones ratifican su disposición para desarrollar nuevos proyectos en el área científico-técnica, inversión agroindustrial y comercio, como continuidad de los acuerdos de 2007 en la XIX Sesión de la Comisión Intergubernamental.
En contraste con la distancia de miles de kilómetros que separa a los dos territorios, cada vez se estrechan más sus nexos históricos, económicos y políticos.
Si bien Cuba resultó el primer país de América Latina en establecer vínculos con la República Popular de China (septiembre de 1960), esta fue una de las pocas naciones que apoyó a la Isla, cuando muchos preveían el fin d su proyecto socialista, ante el colapso de la antigua URSS, por los años 90 de la pasada centuria.
Transcurrido más de medio siglo de relaciones, hoy China es -tras Venezuela- el segundo socio comercial de la Ínsula, con la cual en 2010 intercambió alrededor de mil 800 millones de dólares, según la embajadora china, Liu Yuquin, en declaraciones al semanario Opciones.
Por concepto de exportación, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información refiere que Cuba pasó de los 590 millones de dólares en 2004 a mil 171 millones 485 mil en 2009, cifras -aunque significativas- signadas por efectos de la crisis mundial y los desastres naturales ocurridos en ambos países, sobre todo a finales del período.
Más allá de la afinidad ideológica, el elemento central en el crecimiento sostenido de los vínculos económicos mutuos es el níquel, dada la importancia de este mineral para la industria metalúrgica china y la existencia de grandes reservas en Cuba, como bien reflejó el especialista Antonio Montoro, del Observatorio de la Economía y Sociedad China.
Esa convergencia de intereses favorece la construcción de agendas comerciales comunes en la esfera internacional, en especial si se tiene en cuenta que el 14 por ciento del níquel consumido por el país asiático proviene de la Isla, mientras que el 70 por ciento de las exportaciones cubanas de ese rubro tienen como destino a China.
Otras áreas de importancia en la reciprocidad comercial entre La Habana y Beijing, devenidas renglones de significativo peso en los últimos años, son la industria petrolera, el turismo y las telecomunicaciones.
Un peso especial lo tiene la Biotecnología, rama en la que hay varios acuerdos para el desarrollo de vacunas, fármacos y productos destinados a la agricultura, inscritos en el Memorando de Entendimiento para la Cooperación Biotecnológica, firmado en 2004 al más alto nivel entre ambos Estados.
Esto es posible gracias al auge de las relaciones entre instituciones científicas, como las empresas mixtas Biotech Pharmaceutical LTD y la ChangHeber, importantes productoras y distribuidoras de vacunas, y los centros cubanos de Ingeniería Genética y Biotecnología y de Inmunoensayo, y el Instituto Finlay.
La tendencia creciente descrita por los lazos de cooperación durante los últimos tiempos, se mantuvo en 2011, año en el que la potencia asiática continuó la venta a Cuba de electrodomésticos, equipamiento médico, vehículos y maquinarias, entre otros bienes, mientras que la Isla ofreció ron, medicamentos, azúcar y níquel.