José André Asanza, paciente del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 05:12 pm
Al verse rodeado de juguetes, José André Asanza, un santiaguero de cuatro años que desde mayo está ingresado en la sala de pediatría del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), estalló ebrio de gozo, contagiando a su madre y al personal médico que lo rodeaba. Sus expresiones menudas me congelaron y paré de fotografiarlo para disfrutar a plenitud de aquella maravillosa escena. «Los juguetes los llevaré para Santiago para jugar con mis amiguitos», dijo sonriente el pequeño.
Los garantes de tal fiesta fueron los trabajadores de la empresa Aguas de La Habana, quienes, cargados de juguetes y golosinas, «invadieron» ayer la institución médica para compartir con los pequeños pacientes, sus familiares y el personal que allí labora.
Este gesto humanitario se ha convertido en una constante desde el año 2000, cuando se fundó la empresa. Es posible gracias a los aportes monetarios y voluntarios que hacen todos los trabajadores y llega en saludo al 10 de agosto, Día del Trabajador Hidráulico.