Crear espacios abiertos y sinceros donde los cristianos y militantes de la UJC dialogaran fue la razón que impulsó a crear la brigada Frank País hace 35 años. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
Si a todo le imprimimos amor y responsabilidad seremos mejores padres, mejores trabajadores, mejores con el prójimo, la Patria y el planeta.
Así declara, a pie de surco, Estela Hernández Márquez, pastora de la Iglesia Bautista capitalina William Carey, quien está al frente de los integrantes de la brigada Frank País, constituida por cristianos de seis denominaciones que trabajan junto a militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas, y sueñan con la posibilidad de un mundo mejor aunando voluntades que defiendan la justicia social.
Desde el 12 de julio el Campamento San Justo, ubicado en los predios de la Unidad Básica de Producción Agropecuaria Blas Roca Calderío, en Artemisa, acoge a 148 miembros de 31 iglesias de toda la Isla, las cuales representan la fraternidad de iglesias bautistas de Cuba.
«Nunca esperes el momento de una gran acción, ni que pueda lejos ir tu luz. De la vida a los pequeños actos da atención. Brilla en el sitio donde estés». Esos versos que tanto gustaban a Frank País, uno de los jóvenes revolucionarios más valiosos con que cuenta el pueblo cubano, fueron recordados por Estela, para quien brillar en los momentos actuales es una urgencia que no puede gastarse el lujo de excluir, sino de sumar.
Por eso la brigada ahora está en el campo escardando boniato y asistiendo otros cultivos, y estará siempre presta a brillar donde haga falta, sobre todo en las improvisaciones a las que nos somete la cotidianidad, esas acciones que suelen pasar como nimiedades, pero sedimentan conductas, valores y sentimientos.
La pastora alude al surgimiento de la brigada hace 35 años. Crear espacios abiertos y sinceros donde los cristianos y militantes de la UJC dialogaran, fue la razón. Solo así la labor ecuménica podría desarrollarse a plenitud, e insertarse sin cortapisas para transformar un país pensado para todos. «A todos nos une el amor por Fidel y la Revolución. Por estos días no solo hemos trabajado en el campo, también realizamos una ceremonia en el cementerio para recordar al capitán mambí Alberto José Díaz, fundador de la Iglesia Bautista, y a Francisco Naranjo, cuyo nombre honra el centro que patrocina nuestra brigada.
«Estar aquí por estos días nos permitió, además, disfrutar juntos de la presencia del líder histórico de la Revolución en la Mesa Redonda y nos regocijamos al verlo recuperado, lúcido como siempre, batallador por la paz, apto para seguir yendo al futuro y alertarnos».
No hay un brigadista que no recuerde la conferencia del martes luego de concluir las faenas agrícolas. Reinerio Arce, rector del Seminario Evangélico Teológico de Matanzas, se refirió en ella a las semejanzas entre José Martí y Frank País.
«Demostró que esos hombres alejados cronológicamente han andado juntos, unidos por la ética y la preocupación por el bien de las mayorías, violando barreras físicas de tiempo y espacio, porque el patriotismo y la entereza los tiene en un sitio donde la desmemoria no los alcanza», asintió el pastor de la iglesia Elohim, en Las Tunas.
«Aún quedan cosas por lograr. Hemos pensado que la brigada alcanzó su mayoría de edad, por la madurez con que analiza cuánto puede hacer en el momento histórico que le toca vivir. Los cristianos del país debemos entender que podemos ser los mejores cristianos del mundo, los más fieles cumplidores de los preceptos de Dios sin limitarnos a darlo todo por la Patria y servirle de corazón», considera Estela.
Fortalecer alianzas
Euler Velásquez, un trabajador social que representa la vanguardia de la juventud cubana, nunca antes había convivido con cristianos en un marco tan estrecho. Ahora comparte con ellos la tierra húmeda y rojiza de los campos artemiseños y el asedio de los mosquitos provenientes de playa Majana.
«Solo se defiende lo que nos pertenece, y a ellos como a nosotros nos es inherente el presente y el futuro de la nación».
Yaser García, al igual que Euler, se estrena en la experiencia con la Frank País: «Nos identifica el humanismo. Mientras eso sea un factor común tenemos que estar conscientes de que somos el mismo pueblo. El porvenir hay que levantarlo juntos».
Mejorarnos y mejorar a los demás
En el tren espirituano se montó para llegar hasta la capital y de ahí a Artemisa, la pastora Milagros de la Caridad Pérez Gómez. «Soy de profesión ingeniera agrónoma y de vocación licenciada en Teología. Esa mezcla de saberes me ha ayudado mucho a luchar por mejorarme y mejorar a los demás. No siempre hay que estar mencionando a Dios, obras son amores y eso es precisamente Dios: amor. Hay que hacer más por salvar toda la creación y no hablar demasiado. Solo así se fortalece el espíritu y también salimos adelante en todos los órdenes económicos y sociales».
La fragua de una fe
El reverendo Orlando Corales Moreno, secretario ejecutivo de la Coordinadora Obrero-Estudiantil Bautista de Cuba, quien ejerce como pastor en Nuevitas, Camagüey, fue invitado al IX Congreso de la UJC, en abril último, y recuerda el evento como un espacio valioso para diseñar el futuro de los jóvenes en una sociedad donde ellos deben asumir responsablemente sus roles.
«Hacer el bien, ser austero, ponerse junto a los humildes fue el legado de Cristo y es también la esencia de la Revolución. Por eso no se puede predicar sin tener en cuenta esos preceptos».
La andariega
En Artemisa, para animar las noches de la brigada Frank País, se encuentra la Compañía Teatral La Andariega, grupo que ya casi está a punto de cumplir 15 años. Interactuar con su público es la mayor satisfacción de estos artistas que, bajo la dirección de Luis Orlando Antúnez, se propone en cada presentación dejar un mensaje que invite a reflexionar.
«Casi todo el elenco está integrado por niños, adolescentes y jóvenes camagüeyanos. Trato de que siempre vayamos a los lugares donde más se precise del arte, no importa cuán intrincado o poco confortable sea. Con la brigada Frank País tenemos un compromiso que no se borrará nunca».
Obras son amores
Para José Luis Sánchez Contreras, pastor de la iglesia Adonai, en la ciudad de Pinar del Río, embarrarse de tierra no es una novedad. Estudió técnico medio en Veterinaria, y ejerció durante un tiempo prolongado hasta hace dos años y medio, desde que lidera a los cristianos de su templo.
«Más que filosofar sobre teorías creacionistas o evolucionistas entre cristianos y no cristianos, tenemos que armónicamente luchar para hacer más por la vida que nos toca vivir. Este país ha tenido revolucionarios, como José Antonio Echeverría, que amaron a Jesús y a su Patria al unísono y de manera muy coherente. Así tenemos que ser los cristianos actuales».