Los cadetes adquieren los conocimientos teóricos y prácticos que necesitarán en las unidades militares donde serán ubicados durante el servicio militar activo. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
Con la concentración que exige conducir por una avenida, en la cual hay situaciones estresantes, el soldado Rolando Diéguez Ruiz asume el volante del simulador. Realiza un ejercicio que lo entrenará para enfrentarse a la técnica con mayor seguridad y precisión.
Nervioso por el lente del fotógrafo, deja libre por un instante el automóvil virtual. Inmediatamente el instructor Henry Borges Cobas lo requiere. «El auto no puede quedarse en punto muerto en la vía, porque puede ser fatal…».
Señala que con el vehículo en esa condiciones aumenta la velocidad, y si se rompe una tubería de freno, no se podrá detener. «En el Centro de Preparación de Choferes del Ejército Occidental enseñamos como dictamina el código de vialidad. La “paragüería”, como se les dice a los que improvisan detrás del volante, puede descalificarlos cuando se presentan al examinador».
Rolando reconoce que en ese centro ellos adquieren los conocimientos teóricos y prácticos que necesitarán en las unidades militares donde serán ubicados durante el servicio militar activo. «Culminamos la etapa inicial de la preparación básica y se hizo una selección rigurosa de quienes teníamos vocación para conducir. Con el entrenamiento que recibimos se supone que podremos hacerlo bajo cualquier situación».
El centro cuenta con aulas especializadas para el estudio de las leyes del tránsito, en las cuales se enseñan la Ley 60 «Código de Vialidad y Tránsito» y lo relacionado con conducción práctica, tanto en ciudad como en carretera.
Con un motor que parece dar la hora, el profesor Lázaro Terry Súlera, explica cada parte del vehículo. Este ingeniero mecánico estima que es necesario conocer los componentes del vehículo para poder solucionar los desperfectos, sobre todo cuando los soldados están en maniobras. Recalca la importancia del mantenimiento en tiempo y forma.
Los conocimientos sobre la preparación técnica se profundizan durante las clases de conducción, los días de parqueo y en los de mantenimiento y eliminación de desperfectos.
Los exámenes para obtener la licencia de conducción se realizan de acuerdo a lo establecido por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Las pruebas teóricas contemplan los resultados de las realizadas por los instructores durante la etapa de preparación, la cual se extiende a seis semanas.
Ventajas del tiempo
El teniente coronel Aramís Hurtado Elers, director del Centro de Preparación de Choferes del Ejército Occidental, explica que muchos de los soldados que ingresan al centro lo único que traen es el deseo de ser choferes, pero hay quienes poseen la licencia de conducción. A los últimos se les refuerzan los conocimientos de las técnicas de conducción, y el tiempo en la escuela es más breve.
«Cuando se gradúan adquieren la licencia militar especial de categoría C, la cual autoriza a conducir vehículos con más de 3 500 kilogramos. Esa licencia les sirve solo en el período de servicio en las FAR para conducir transportes militares; al concluir su servicio militar, y de acuerdo a la experiencia acumulada y avalados por sus jefes, tienen derecho a convertir la licencia militar especial en licencia civil nacional».
Alexander Mayo Falcón, examinador práctico de licencia de conducción en el municipio habanero de Guanabacoa, precisa que tienen la oportunidad de presentarse a tres exámenes teóricos y prácticos. Entre una prueba y otra distan nueve días para prepararse adecuadamente.
«Aunque a veces los nervios traicionan a estos jóvenes, regularmente la mayoría aprueba. La diferencia entre los muchachos del referido centro y los que se presentan libremente, es que los primeros tienen un claustro de profesores que les enseña a ser responsables en la vía. Los métodos y estilos de enseñanza del centro deberían tomarse de ejemplo», señala.