Decenas de miles de mujeres cubanas con diferentes discapacidades logran su plena integración a la sociedad, gracias a las oportunidades creadas por la Revolución, informa la AIN.
Antes discriminadas y dependientes económicamente, hoy se rehabilitan e incorporan a la educación el trabajo, la cultura y los deportes.
Ejemplos de esos resultados son aquellas que cursan los diferentes niveles de enseñanza y se gradúan en las más diversas disciplinas universitarias y técnicas, así como también las incorporadas a centros ordinarios y talleres especiales.
Además, forman parte del movimiento de aficionados o laboran como profesionales en la esfera cultural, como Tomasita Quiala y Lis Rivero, o son campeonas mundiales y paralímpicas como Suslaidy Giral y Yunidis Castillo, mejores atletas del sector en los últimos años.
Las féminas de ese segmento de la población se integran a las organizaciones políticas y de masas y desatacan como vanguardias en la Central de Trabajadores de Cuba, y en las actividades de la Federación de Mujeres Cubas y los Comités de Defensa de la Revolución.