Escultura levantada a Celia Sánchez, ferviente celadora de numerosas metas del Frank País para convertirse en la Escuela Iberoamericana de Ortopedia que es Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
Las manos de Ambrosio Cuervo han dejado sus huellas en casi todos los metros cuadrados del Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País. Por esa razón el albañil, de 101 años de edad, se contó entre los homenajeados cuando este lunes la referida institución apagó 40 velas.
Minutos antes de que fuera reconocida la labor y perseverancia de fundadores y de otros que en poco tiempo se han hecho muy necesarios en este centro, como el joven médico Liván Peña, se develó una escultura de Celia Sánchez, reconocida como ferviente celadora de numerosas metas de esta institución para convertirse en la Escuela Iberoamericana de Ortopedia que es hoy.
Aunque la grandeza de la guerrillera es imposible de empotrar en ferrocemento y bronce, el escultor Andrés González empleó la sencillez en la concepción del monumento, para que Celia acompañe eternamente a Frank País, como lo hizo en la lucha.
«Frank y Celia son nombres que se articulan y están aquí juntos, porque como expresara Martí “Ser bueno es el único modo de ser dichoso”, y este es un lugar donde se siente la dicha de quienes se recuperan», apuntó Armando Hart al pie de la escultura sobre «la fibra más útil de la Revolución», como el mismo Hart calificara a la heroína hace 30 años, cuando esta falleciera.
El doctor Rodrigo Álvarez Cambras, director del centro, dijo que todos los méritos del Frank País son la suma del esfuerzo de personas sencillas y sabias, así como son el resultado del empeño de Fidel por la excelencia.
El miembro del Buró Político y ministro de Salud, José Ramón Balaguer, presidió la ceremonia por las cuatro décadas de la institución. También asistieron el vicepresidente del Consejo de Ministros José Ramón Fernández y personalidades como Jorge Risquet y el comandante Julio Camacho Aguilera.