«Cuba es una de los naciones que más ha luchado contra la ceguera en el mundo, y con ello ha demostrado que nuevamente Fidel tuvo razón al concebir la idea de adquirir la tecnología necesaria y de formar oftalmólogos para ese noble empeño».
El doctor Marcelino Río Torres, reelecto como presidente de la Sociedad Cubana de Oftalmología en el VI Congreso Internacional y XIV Nacional de esa especialidad, clausurado este viernes, dijo que de 38 oftalmólogos que se quedaron en Cuba luego de 1959, sobrepasaremos los 2 000 en el próximo año.
«Ya los cubanos no tienen que ir a La Habana para operarse de la vista —anunció—, porque se han creado 24 centros oftalmológicos, desde Guantánamo hasta Pinar del Río, que cuentan con el equipamiento más moderno del planeta, y en los que se aplican las técnicas quirúrgicas más avanzadas mediante especialistas de alto nivel. Ese es el logro más importante de esta esfera de la salud pública cubana».
El también Director del Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, de Ciudad de La Habana, informó que ninguna institución en el orbe practica 15 000 operaciones al año, mientras que la suya realiza más de 20 000.
«En los últimos diez años en nuestro instituto hemos efectuado más de medio millón de cirugías de todo tipo: trasplantes de córnea, desprendimiento de retina, tumores oculares, estrabismo, cataratas, glaucoma y cirugía plástica y refractiva con excimer-láser».
Expuso que el Ramón Pando Ferrer cuenta con 104 oftalmólogos, el 90 por ciento mujeres, porque se trata de «una especialidad de la delicadeza».
«Tenemos equipamiento de última generación de la oftalmología mundial, como el llamado Spectralis, con el que diagnosticamos afecciones sin tocar el ojo. En cataratas estamos poniendo los últimos lentes intraoculares que hay en el orbe.
«En retina hacemos lo último que practican los centros más sofisticados del mundo; el trasplante de córnea lo empezamos a aplicar por la vía endotelial, sin dar puntos, la técnica más avanzada que se conoce. En glaucoma empleamos el láser, con varias sesiones, y el ojo no queda con ningún tipo de cicatriz. Y, además, practicamos la cirugía plástica con un equipo multidisciplinario de especialistas».
«Solo en el cuerpo de guardia atendemos más de cien casos diarios. Y si alguien acude con un desprendimiento de retina reciente —para citar nada más un problema— puede que lo operemos al otro día», aseguró.
Prácticamente no hay allí lista de espera para nada, cuando hace pocos años había 360 para trasplante de córnea y en casos de retina la situación del país era gravísima.
«Con la Operación Milagro al principio tuvimos detractores que hoy son admiradores. Nos acusaban de evitar que haya ciegos. Pero se dieron cuenta de que ellos no podían resolver los problemas visuales de sus países. De saberlo sus familiares, los hubieran combatido a pedradas», dijo finalmente con una sonrisa.