Más de 10 000 jóvenes han participado en movilizaciones masivas, justo cuando los escombros sepultaban al malecón de la ciudad y la producción de alimentos demandaba mayor esfuerzo
BARACOA, Guantánamo.— Si alguien le hubiera susurrado al oído que los humanos somos capaces de vencer cualquier adversidad, tal vez el célebre monarca francés Luis XV no habría resultado tan categórico con aquello de que «Después de mí, el diluvio».
A la vuelta de los siglos, ese rey, al contemplar el renacer de la Ciudad Paisaje de Cuba, herida por la furia del mar en marzo y septiembre de 2008, de seguro matizaría su regia sentencia con un axioma bien cubano: «Aunque siempre que llueve, escampa».
La embestida de Ike causó numerosos destrozos a la infraestructura vial, planes agroalimentarios, servicio eléctrico, a varias escuelas... al acueducto local... Pero los mayores estragos se registraron en el fondo habitacional, en el que 6 153 viviendas recibieron daños y de estas 642 quedaron totalmente destruidas.
En septiembre pasado el malecón de la Ciudad Primada de Cuba (Monumento Nacional) sucumbía ante el devastador huracán, que igualmente se ensañó contra comunidades costeras como Nibujón, Cayogüín, Jamal, Mata, Guandao, Barigua y Yumurí.
Y fue en esas jornadas de pelea continua contra el infortunio donde las virtudes del baracoense prevalecieron sobre el desaliento y las incomprensiones de una situación que, al unísono, estremecía a casi todo el archipiélago.
Ayuda solidaria desde adentro y fuera del terruño empezó a fluir con determinación, mientras la dirección del país no perdió un minuto en asignar cuantas reservas existían para satisfacer en lo posible las necesidades.
Fervor juvenilAprender a levantar paredes, acarrear materiales de construcción y batir mezcla son tareas de albañiles y ayudantes, que muchos jóvenes en Baracoa sin relación con el oficio ahora dominan. Pregúntesele si no a Yoannis Lineres Rodríguez, a cargo de la Brigada juvenil para responder a las urgencias de la recuperación.
«Somos 30 muchachos y muchachas del Curso de Superación Integral para Jóvenes Desembarco por Duaba, de Cabacú, dispuestos a cumplir la misión que se nos asigne; nos involucramos conscientemente, porque queremos recuperarnos lo antes posible de los golpes de aquellos eventos meteorológicos del año pasado», explica el joven, devenido cuadro de la FEEM por su poder de convocatoria.
Desde las primeras desgarraduras se ha visto a muchos de ellos «en un hervidero por sacar a flote su terruño», como lo definió Orlis Rodríguez Rodríguez, primer secretario de la UJC en esta villa de leyendas: «Más de 10 000 asistieron a las movilizaciones masivas los fines de semana, en momentos en que los escombros sepultaban el malecón y paralelamente la producción de alimentos demandaba mayor sacrificio», afirmó.
«Ningún programa de la Revolución permanece al margen del esfuerzo por recuperarnos en el menor tiempo posible. Ahí, en roce diario con las familias evacuadas, están los integrantes de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, mientras los trabajadores sociales explican, alientan y cooperan con las autoridades en lo que sea necesario», argumenta el dirigente juvenil.
Explica que ahora la participación se dirige hacia otros puntos donde resulta imprescindible. «Alrededor de 80 comités de base cumplen tareas después de las cinco de la tarde, aportando los hombres y mujeres que hagan falta en la construcción de viviendas y obras sociales del municipio».
En medio de tales desafíos, las fiestas en Baracoa tienen el sabor del merecimiento, luego de tantos sudores: los carnavales, a inicios del mes de las flores, y las celebraciones por el 4 de Abril, aniversario 47 de la UJC y 48 de la Organización de Pioneros José Martí, «serán jornadas en las que reconoceremos a quienes han brillado en estos tiempos de acción y compromiso», adelantó Orlis.
Vuelven las casasEl malecón de Baracoa hoy ofrece otro panorama a sus visitantes; diariamente van reduciéndose los espacios de desolación que ocuparon los escombros. Ahora Gloria Pérez Cueto disfruta de su hogar, cuya parte posterior había sido destrozada.
«Con los recursos asignados pusimos carpintería metálica nueva y reconstruimos el baño y la cocina con techo de placa, además de los aleros; debemos empezar en el segundo nivel, el cual resultó destruido por las olas; ese y otros trabajos que restan dependerán de la agilidad con que se distribuyan los recursos, sobre todo el acero, pues el cemento lo tenemos», dijo Gloria.
Eladio Abad Lambert, que vive en la calle Máximo Gómez, siente que su problema fue atendido y resuelto: «El baño y la cerca perimetral ya están restablecidos», añade, pero agrega que «las autoridades deben crear puntos para distribuir más rápidamente los áridos; ello ayudaría a resolver mas problemas».
Siete meses después del huracán Ike y la carga de destrozos que se le sumó debido al mar de leva ocurrido en marzo de 2008, más de 3 400 acciones de recuperación se han acometido aquí, según contabilizan las autoridades del Gobierno municipal.
Ese guarismo de tanta connotación lo traduce Robert Maresma Gaínza, vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal para atender las construcciones y las comunicaciones, como la rehabilitación del 56 por ciento del total de las casas registradas con derrumbes parciales o daños en los techos; la terminación de unas 40 viviendas nuevas para quienes perdieron la suya completamente en este último evento y otras 11 moradas a la cuenta de los golpeados por el mar de leva.
«Cuando concluya el mes de marzo —asegura Maresma— debemos completar la cifra de 28 inmuebles terminados, de los 58 que se destruyeron hace un año por las inundaciones del mar de leva; en tanto, continúan los esfuerzos constructivos para propiciar el retorno a sus hogares, en el menor tiempo posible, de unas 40 familias —más de 130 personas— que permanecen en centros de evacuación.
«Al mismo tiempo —amplía el funcionario— se trabaja en la rehabilitación integral de los edificios afectados en la zona del malecón baracoense; la respuesta rápida del país con la asignación de recursos permitió restablecer seis de ellos, mientras continúan las labores en los cuatro restantes.
«La inversión —agregó— contempla cambio de carpintería, impermeabilización, reforzamiento estructural, eliminación de fugas hidrosanitarias, reparación de balcones y paredes interiores, remozamiento de las escaleras y pintura de esas residencias, entre otras acciones».
El flujo estable de recursos, sobre todo de cemento, mantiene altas las expectativas de dar respuesta al mayor número posible de casos contabilizados con afectaciones de techos y derrumbes parciales. Aseguró el dirigente que se materializan otras inversiones que mejoran las condiciones de vida de los baracoenses, como la construcción de carpas plegables para el expendio de alimentos en el malecón y un área de recreación con cancha de baloncesto incluida.
Interrogado por este diario acerca de la seguridad que ofrecen las casas rehabilitadas y reconstruidas en áreas próximas al litoral, Maresma explicó que se ha hecho hincapié en el empleo adecuado de los recursos, conforme a la dosificación, para elevar la resistencia, además de construir muros de contención con perfiles cóncavos, los cuales evitan el impacto directo de las olas.
Sin embargo, al parecer los mejores consejos sobre este crucial tópico lo darán expertos de la empresa Geocuba quienes, junto a especialistas de la Universidad de La Habana realizan estudios de impacto y harán simulaciones a pequeña escala del efecto del oleaje en este litoral, explicó Maresma.