El Honorable Sr. W. Baldwin Spencer en su intervención en la III Cumbre Cuba CARICOM. Foto: Franklin Reyes Discurso del Honorable Sr. W. Baldwin Spencer, Presidente de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe y Primer Ministro de Antigua y Barbuda. Ceremonia Inaugural de la Tercera Cumbre Cuba-CARICOM, Santiago de Cuba, 8 de diciembre de 2008
Excelentísimo señor Raúl Castro, Presidente de la República de Cuba,
Colegas Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe,
Ministros del gobierno de la República de Cuba y de la Comunidad del Caribe,
Altos funcionarios del gobierno de la República de Cuba,
Delegadas y delegados,
Representantes de la Prensa,
Amigas y amigos:
Los Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe se sienten sumamente complacidos de encontrarse aquí con ustedes en esta cálida y acogedora ciudad caribeña de Santiago de Cuba.
Señor Presidente:
La convocatoria emitida por usted para celebrar esta conferencia en esta ciudad tiene sin dudas una gran importancia. Ayer tuvimos la oportunidad de rendir homenaje al Héroe Nacional de Cuba y Apóstol de la Independencia José Martí, así como a uno de los héroes de la Guerra de Independencia de Cuba: Antonio Maceo. Mucho nos honra este gesto suyo.
Permítame citar al ex Presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, quien el 7 de diciembre del año pasado al cumplirse otro aniversario de la caída de Antonio Maceo describió en breves palabras la esencia del significado para Cuba de estas dos personalidades emblemáticas y cito: “El rostro ceñudo de Martí y la mirada fulminante de Maceo señalan a cada cubano el duro camino del deber y no de qué lado se vive mejor. Sobre estas ideas hay mucho que leer y meditar”.
Hoy conmemoramos el trigésimo sexto aniversario de un hecho histórico: el establecimiento de relaciones diplomáticas entre los entonces cuatro países independientes del Caribe anglófono y la República de Cuba.
En circunstancias normales la formalización de esos acuerdos no se habría catalogado de extraordinaria ni de histórica. Pero esas circunstancias no eran normales. La firma el 8 de diciembre de 1972 ocurrió en un entorno hemisférico e internacional de hostilidad hacia Cuba. De hecho se trató de un acto audaz acometido por aquellos líderes caribeños: Barrow, Burnham, Manley y Williams, el cual indicaba que Cuba era parte integral y vital del Caribe.
La Comunidad del Caribe jamás se ha apartado de esa posición de principios; posición esta, me atrevo a decir, que no solo se corresponde con los principios que sirven de base a la política exterior de nuestros respectivos países, sino que también rinde tributo a la valentía, resistencia, inventiva y solidaridad ejemplares demostradas por el gobierno y pueblo de Cuba durante todos estos años.
Tales principios comprenden el apego a la Carta de las Naciones Unidas, y para nosotros en nuestra condición de pequeños Estados, el apego específico a los principios de la libre determinación de los pueblos, de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados y de la defensa del carácter rector del derecho internacional.
En el día de hoy nos reunimos en Cuba en tanto el mundo en que vivimos se diferencia muchísimo del mundo de los años setenta. Sin embargo, subsiste una sorprendente reliquia de esa época: el embargo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra la República de Cuba.
Este embargo se mantiene a pesar de los abrumadores llamados de casi todos los Estados miembros de las Naciones Unidas a favor de su eliminación. La Comunidad del Caribe espera que el cambio transformador en curso en los Estados Unidos relegue para siempre esa medida a la historia.
En los últimos meses, Cuba ha enfrentado los peores estragos ocurridos en años recientes como consecuencia de desastres naturales: cuatro huracanes asolaron las costas cubanas en menos de tres meses. Los corazones de los pueblos de todo el Caribe y de hecho del mundo entero estuvieron al lado de ustedes, nuestras hermanas y hermanos cubanos. Algunos de nuestros jóvenes que estudian aquí en Cuba vieron un huracán por primera vez en su vida. Debe haber sido una experiencia traumática para ellos.
La resistencia de los cubanos y la manera dinámica con la que han acometido la recuperación han sido ejemplares. En mi carácter de Presidente de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe me complació la respuesta de socorro brindada por los Estados miembros de CARICOM en el epílogo desolador de las tormentas que azotaron a Cuba.
Señoras y señores:
En la Segunda Cumbre Cuba-CARICOM celebrada en Barbados el 8 de diciembre de 2005, que fue la última ocasión en que nos reunimos como grupo con nuestro estimado amigo y colega Fidel Castro, el tema de ese cónclave fue “Las estrategias para el desarrollo humano en el Caribe”.
Entre otros temas, deliberamos sobre la cooperación en el desarrollo humano, las cuestiones de interés específicos para los pequeños Estados como los nuestros del Caribe, el comercio y el desarrollo, y la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio.
En aquel momento, centrábamos nuestra atención en los desafíos que enfrentaban los pequeños Estados Insulares y de bajo litoral en desarrollo en el contexto de la economía mundial.
Albergábamos la esperanza de ver la reanudación de la Ronda de Desarrollo de Doha en cuanto a las negociaciones comerciales multilaterales, a fin de materializar acuerdos internacionales que hubieran redundado en beneficios para el mundo en desarrollo, y en particular, hubieran satisfecho las necesidades especiales de las pequeñas economías vulnerables en el contexto comercial internacional.
Los avances que hemos podido alcanzar en la esfera del desarrollo social pudieran verse en peligro e incluso revertirse debido a los acontecimientos actuales en la arena internacional.
Las negociaciones de Doha están por concluir; el escenario económico internacional se torna oscuro bajo la sombra de la crisis financiera agudizada; el cambio climático ya amenaza el futuro de algunos pequeños estados y pone en peligro la propia existencia de muchos de nuestros pueblos.
Los países de nuestra región y de nuestro hemisferio reconocen la importancia de fortalecer nuestros vínculos en la medida en que enfrentamos estos y otros problemas internacionales.
Me sentí complacido al conocer que en la recientemente concluida reunión del Grupo de Río, celebrada en México el pasado 12 y 13 de noviembre, Cuba fue aceptada como miembro pleno de ese Grupo. Ahora puede decirse que el Grupo de Río es un foro político importante de América Latina y el Caribe, porque nos comprende a todos.
Dentro de una semana, los líderes de los países de América Latina y el Caribe, se reunirán en Salvador de Bahía, Brasil, en el marco de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo.
Los líderes de CARICOM esperan con ansias el desarrollo de esta Cumbre que consideramos constituirá una iniciativa muy valiosa y oportuna. Esperamos que esta cree un espacio para el diálogo entre los grupos de integración existentes en América Latina y el Caribe.
Consideramos que la convergencia resultante puede crear sinergias que beneficien a todos nuestros Estados miembros y faciliten además el desarrollo de posiciones que reflejen verdaderamente todos los intereses y preocupaciones de los países de América Latina y el Caribe en nuestra relación con otros Estados.
Señor Presidente,
Los países miembros de CARICOM han reconocido durante mucho tiempo el papel rector que desempeña Cuba dentro del mundo en desarrollo, desde los puntos de vista político, económico y social. La presidencia de Cuba al frente del Movimiento de Países No Alineados durante el período 2006-2009 es digna de elogio. Este mandato tiene lugar en momentos en que los cambios en el sistema internacional son más constantes que la propia continuidad, lo cual redunda en desafíos que exigen una dirección inteligente.
Desde el punto de vista económico Cuba ha logrado sobrevivir las mareas que azotan a otros muchos países, y lo ha logrado analizando la economía internacional y realizando los cambios que ha considerado necesarios para la construcción de una economía más sólida.
La Comunidad del Caribe tiene el criterio de que se necesitan cambios sistémicos en el sistema financiero internacional, incluida una mayor democratización y regulación de estas instituciones y dentro de ellas. Las Naciones Unidas deben tener una mayor preponderancia en los asuntos de gestión económica internacional.
Asimismo, debe analizarse la posibilidad de establecer un verdadero sistema de moneda internacional de reserva, mediante el cual no tengamos que depender de monedas nacionales para guardar las reservas de nuestros países.
En nuestra condición de pequeños estados, los países de la Comunidad del Caribe piden que el marco financiero internacional se oriente hacia una gestión de la deuda que permita un mayor espacio a las economías susceptibles a las dislocaciones y cataclismos externos; en especial, las economías pequeñas y vulnerables clasificadas como países muy endeudados y de ingresos medios.
La Comunidad del Caribe confía en el apoyo que recibirá de Cuba en este sentido.
Señor Presidente:
La Comunidad del Caribe a menudo ha expresado su agradecimiento a su país por el apoyo que ha brindado a los gobiernos y ciudadanos del Caribe en las esferas de educación y salud. Cada año, llegan a Cuba numerosos ciudadanos de la Comunidad del Caribe para comenzar un período de estudios que en ocasiones se extiende hasta 6 años.
A cambio de ello, los Estados miembros de CARICOM reciben los beneficios de un personal bien calificado en esferas tales como la ingeniería, la agricultura, la medicina, el deporte y las artes, los cuales ayudan a desarrollar capacidades en nuestros Estados miembros.
Presidente Raúl Castro:
Al asumir la presidencia de Cuba usted expresó su compromiso de mantener y fortalecer las relaciones amistosas y fraternales que han existido entre los gobiernos de la Comunidad del Caribe y el de Cuba durante los últimos 36 años. Ese lazo de amistad fue forjado por su hermano, el compañero Fidel Castro.
Por tanto, la Comunidad del Caribe desea reconocer públicamente el apoyo brindado por el compañero Fidel Castro a esta Comunidad para el logro de nuestro desarrollo económico y social.
Él ha demostrado que Cuba es y sigue siendo una verdadera amiga. La Comunidad del Caribe alberga la esperanza de que la gratitud de nuestros pueblos se haya demostrado en los últimos años a través de nuestro enérgico apoyo al derecho del pueblo de Cuba a decidir su propia vía de desarrollo.
Es con profundo sentido de agradecimiento que la Comunidad del Caribe reconoce hoy al Excelentísimo señor Fidel Castro, ex Presidente de la República de Cuba, otorgándole la Orden Honoraria de la Comunidad del Caribe.
Esperamos con entusiasmo la llegada de ese momento histórico en la tarde de hoy, cuando presentaremos esta condecoración al defensor de nuestra civilización caribeña que más se la merece.
Señor Presidente:
Mis colegas y yo esperamos que continúe nuestro diálogo en esta Cumbre y que se sigan profundizando nuestros lazos de amistad y colaboración.
¡Viva Cuba!
¡Viva CARICOM!
Muchas gracias